Convergencia e integración por Alberto José Hurtado
Alberto José Hurtado
La convergencia e integración representan unión y reunión en un punto de
varias líneas o trayectorias. Matemáticamente describen una función de
una variable real a intervalo de una recta, que es igual a la región de
un plano limitada por áreas. Y es así, como en la economía se interpreta
a la convergencia y a la integración como conceptos para analizar
diversas trayectorias y escenarios comerciales, políticos,
macroeconómicos y sociales dentro de una región, cuyo objetivo busca
mejorar el nivel de vida de los países involucrados junto con la
estabilidad de precios, monedas, tipos de interés, déficit y deuda
pública.
América Latina evidencia escenarios y
realidades diversas bajo ambos conceptos, que continúan retando a
quienes formulan y analizan a la política económica, con objetivos de
crecimiento y desarrollo económico inclusivo. Los objetivos se han
contextualizados en una realidad similar a la del pasado, pero
ampliamente cargada de asuntos como: 1) El estancamiento de comercio
intrarregional, 2) desigualdad de ingreso, 3) ausencia de gobernanza
regional, 4) alta migración, 5) ausencia de diversificación productiva
para la exportación, 6) desaceleración en la creación de economías de
escala y de aprendizaje, 7) pliegue a estrategias de integración
diversas en el mundo como, la estrategia Indo-Pacífica cuya preferencia
la evidencia Brasil, la Franja y la Ruta de preferencia para Argentina,
Venezuela, Ecuador, Bolivia y México, 8) pliegue a tratados de libre
comercio con Corea del Sur y el multilateralismo, ambos preferidos por
Colombia, Chile, Ecuador y Perú. Estos dos últimos asuntos interpretados
como novedosos, pero de cuya existencia deriva la reducida importancia
que América Latina, le otorga a su región en el marco de la convergencia
e integración.
De manera que la unión y
reunión del Mercosur–Alianza del Pacifico es una estrategia para detener
la fragmentación y escaza importancia del espacio económico regional
con objetivos reales y nominales de convergencia. En ambos esquemas de
integración no solo, se reúnen diversos países de una convulsionada
América Latina en el marco de la globalización, sino que, incluye a los
países latinoamericanos protagonistas de las nuevas dinámicas del
comercio en el contexto global. Una de las destacadas características de
la convergencia Mercosur–Alianza del Pacífico es la posibilidad de
cooperación regulatoria, en pro de la reducción de obstáculos al
comercio intrarregional, y el desarrollo de la tecnología digital,
calidad de la infraestructura de transporte, logística y energía, como
temas reales no resueltos en la región.
Para
América Latina, el reto es cada vez mayor frente a ofertas de espacios
de comercio con Asia, quien representa para la región un nuevo espacio
de reunión global. Así, el desafío es exigente en el contexto de la
productividad, desarrollos tecnológicos y también del trabajo decente y
educación señalados como principales temas de la Agenda 2030.
Por
ello, la convergencia Mercosur- Alianza del Pacífico es vital a la
región porque representa la realidad comercial, macroeconómica, política
y social de América Latina, que a su vez es el despertar de la
integración latinoamericana, por medio de la concreción y avance de las
cadenas regionales de valor, en áreas enmarcadas dentro de viejos y
nuevos paradigmas económicos de la realidad global como: Inteligencia
artificial, robótica, procesos manufactureros autónomos, tecnología de
la información, comercio de tierras raras, energía alternativa entre
otros. Cada uno de ellos ambiciosos objetivos de los que dependerá ser o
no parte de la nueva realidad global.