¿Cambios en la estrategia para provocar cambios? por Luis Vicente León
LUIS VICENTE LEÓN
Esta ha sido una semana intensa en términos de información sobre un
posible cambio en la estrategia del gobierno de Trump frente a la
situación venezolana. Arrancamos con el polémico libro de Bolton, ex
asesor de seguridad de la Casa Blanca y su capítulo sobre Venezuela,
donde habla de varias afirmaciones, supuestamente dichas por el
presidente norteamericano, entre las que cabe señalar que sería cool
”invadir Venezuela" y que "ese país formaba realmente parte de Estados
Unidos", así como su aparente decepción sobre el respaldo dado por su
gobierno a Juan Guaidó. Esto fue analizado impecablemente por Michael
Shifter, presidente del Inter American Dialogue, en su artículo del New York Times
en el que concluye que es una demostración clara de lo errática de la
política norteamericana sobre América Latina y específicamente sobre
Venezuela.
Pero más allá de la referencia al libro de un Bolton
“herido” o la nota publicada posteriormente sobre una entrevista
realizada a Trump en la misma Casa Blanca, que podría estar
condimentada por el debate electoral en EEUU, lo más interesante para
mí es el tuit que publicó Trump a título de “aclaratoria” de todos estos
temas, donde indicó: “sólo me reuniría con Maduro para discutir una salida pacífica del poder”.
Algunos
interpretan que el mensaje se refiere específicamente a la negociación
sobre “la salida inmediata de Maduro del poder” y otros, más bien a la
negociación: “para discutir una salida pacífica a la crisis
venezolana”. La verdad es que todo este conjunto de declaraciones
parece indicar que la ausencia de resultados en la estrategia frente a
Maduro se ha convertido en una papa caliente para todo el mundo.
No
hay duda que Trump quiere la salida de Maduro del poder y ha trabajado
duro para lograrla. Ese no es el debate en cuestión, sino la incapacidad
de lograrlo efectivamente por la vía unidireccional de las sanciones y
aislamiento, que parten de las premisas prepotentes de su posición de
dominio y de información errada y sesgada suministrada por sus aliados
locales, la oposción institucional, que ha pensado siempre que exagerar
la debilidad de Maduro les permite obtener mayores apoyos
internacionales. El tiempo, sin logros, deteriora la posición de los
más radicales y el liderazgo opositor no sólo pierde conectores con la
población sino con los aliados internacionales. En medio de la
campaña electoral, Trump tiene que presentar algún resultado sobre el
tema (especialmente para el público latino). ¿Qué podría pasar?
Difícilmente la administración Trump abandonará a Guaidó
explicitamente, pues como dicen en el llano, no es tan fácil cambiar el
caballo en la mitad del río. Pero si parece dispuesto a buscar opciones
de negociación. No se trata de reconocer a Maduro ni abandonar la
lucha por el cambio, ni flexibilizar sanciones. Pero es evidente que
EEUU está dándole más fuerza a la posibilidad de una negociación
política. Trump habla hoy de la posibilidad de discutir una salida
pacífica del poder. Obvio su objetivo es una salida de Maduro. Su
planteamiento no cambia el objetivo final pero si podría introducir una
nueva metodología. La posibilidad que Trump abre es una negociación
con Maduro, que plantee formas para rescatar pacíficamente la
democracia en Venezuela, incluso con procesos de transición no abruptos
ni excluyentes y que podría concretarse en una reunión entre
mandatarios. Esto no significa que vaya a ocurrir o ser exitoso, pero si
hay presiones para acelerar los intentos de negociación, partiendo del
hecho concreto que las elecciones americanas son en noviembre y los
números de Trump necesitan refuerzo.