Mérida, Febrero Lunes 17, 2025, 05:05 pm
Inteligencia artificial, asistentes digitales,
televisores con más resolución y un reflote de los relojes inteligentes. Este
puede ser básicamente en resumen de tendencias que se impregna en IFA 2018, la
feria de electrónica de consumo más importante de Europa. Samsung, una de las firmas
que toca todos los palos, ha combinado todas estas plataformas.
Su apuesta en Berlín (Alemania) pasa por un nuevo
reloj inteligente que funciones independientes y la renovación de su catálogo
de televisores, entre los que destaca su potente modelo de resolución 8K que
multiplica por cuatro las capacidades de los actuales paneles 4K o UHD. Pero
yendo por partes, uno de los dispositivos que más ha atraído de la firma
surcoreana ha sido el Galaxy Watch demostrando, con ello, que no ha tirado la
toalla en el mercado de los «wearables» -vestibles, en español-.
Una tecnología disruptora de la que solo unas pocas
marcas han logrado hacer negocio. Las ventas de «smartwatches» levantaron el
pie del acelerador a lo largo de este año a pesar de que 2017 cerró con un
incremento global en torno al 20%. El nuevo modelo del gigante surcoreano viene
a añadir más funciones independientes y reforzar otras muy demandada entre los
consumidores.
El Galaxy Watch, de esta manera, incorpora
conectividad LTE o 4G para poder funcionar separado de un dispositivo matriz,
generalmente un teléfono móvil inteligente. Para ello, le acompaña una tarjeta
eSim, que consiste en un chip que se encarga de nutrir de las conexiones
necesarias que logran las tarjetas físicas SIM, aunque para sacarle partido hay
que disponer de un servicio procedente de un operador de telefonía.
Es un «gadget» preparado para competir en igualdad de
condiciones con el Apple Watch, el reloj digital que lidera en estos momentos
el mercado. Estos nuevos Galaxy Watch vienen en dos tamaños, de 42 y 46
milímetros, de diseño esférico y muy cuidado, cuyos acabados le confieren de
una estética muy elegante. Además, permite personalizar la esfera e
intercambiar las correas. Es más, de cara a emular el comportamiento de los
relojes analógicos, este modelo continúa con una opción para hacer sonar las
manecillas y activar alarmas cada hora.
Uno de los grandes problemas adicionales que suelen
tener este tipo de dispositivos es su escasa batería. Por motivos de espacio, a
los fabricantes les resulta complicado ampliar sus densidades para lograr que
aguanten más de día y medio. Samsung, en este caso, ha querido reforzar este
apartando dando un pequeño salto; su batería, de 472 mAh, promete hasta tres
días de uso continuado, aunque todavía no se ha podido comprobar debidamente.
Pero donde más esfuerzo ha dedicado la compañía es para convertirlo como un dispositivo enfocado en la salud y la monitorización de la actividad física. Por lo pronto, el reloj incorpora un sistema de geolocalización GPS y cuenta con funciones de fitness. Automáticamente, el sistema detecta el tipo de ejercicio -entre 39 tipos diferentes, 21 más que en la anterior versión-, así como un control de estrés y análisis del sueño. Dado que soporta hasta cinco atmósferas de presión, también se puede utilizar en la piscina hasta unos cincuenta metros de profundidad. Estará disponible a partir del 18 de septiembre por 309 euros.
ABC