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Esperanza y pandemia por ALIRIO PÉREZ LO PRESTI

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ALIRIO PÉREZ LO PRESTI



@perezlopresti


La pandemia afecta a las economías más débiles de manera más significativa y el país de mis afectuosidades está a poco tiempo de experimentar más cambios de los que ya ha padecido. Importantes centros de análisis han manifestado de manera pública que se espera una estampida migratoria de antología histórica sin precedentes en la región. Esta ola migratoria, agravada por la pandemia, complica el escenario en función de futuro para los venezolanos. Si no hay un acuerdo interregional para atender la catástrofe que significa el éxodo venezolano, las consecuencias serán muy oscuras. Pensar en términos humanos requiere el tino de pensar fríamente. Ayudar a los venezolanos esparcidos por el mundo desde una instancia internacional será beneficioso para las naciones que creen un frente común. Abocarse al gran drama que sufre la nación del norte del subcontinente es proteger los propios espacios de cada uno de los países que tome la iniciativa en buscar soluciones mancomunadas para tan apremiante causa.


La esperanza: Afortunadamente se tomó la decisión de usar la vacuna en fase 3. Las circunstancias no permitían tomar otra disposición y los avances de algunas naciones ya señalan el sendero de lo que va a ser el futuro cercano: Por una parte, países que van a vacunar a su casi totalidad de la población y otros que tardarán mucho más tiempo en consolidar las metas propias de una sociedad que piensa en la salud de sus habitantes. En el caso de Venezuela, bien valdría la pena que quienes la dirigen apostaran por un poco de sentido común y asumiesen con responsabilidad el hecho de que en sus manos reposa el destino de millones de almas. No es menor el esfuerzo titánico que se requiere para recuperar la nación, más cuando pareciera que no existe la voluntad de muchos actores en conseguir un punto medio de encuentro para que el país que una vez fue potencia lograse encauzar su rumbo.  Por otra parte, están nuestros vecinos. Si no son capaces de ponerse de acuerdo para hacer un esfuerzo en concretar soluciones colectivas, no se podrá atender a una crisis que terminará por no tener precedentes en la región. Estamos construyendo una historia atropellada de gente que huye de escenarios que la mayoría no puede soportar. Abro de nuevo cada balcón y veo un nuevo atardecer con la esperanza de que mañana sea un día mejor.


 






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