Mérida, Junio Sábado 10, 2023, 12:20 am
Como mucho de los países del mundo, Corea del Sur tardó
relativamente en abandonar los combustibles fósiles y empezar a construir una
nueva matriz energética basada en la energía eólica y solar. Pero una vez
iniciada la transición, dicho país asiático ha demostrado dedicación y
ambición, apalancándose en la misma mentalidad desarrollista que impulsó a su
economía hacia la industrialización con base en los combustibles fósiles
durante la segunda mitad del siglo XX.
Corea del Sur construyó sus primeras industrias
manufactureras en el sector de la confección y el textil, para luego dar paso a
la electrónica simple y los electrodomésticos, y posteriormente desarrollar la
industria pesada y química, centradas en el sector del automóvil. Fue así como
el mundo evidenció, durante la década de 1990, la llegada masiva de automóviles
coreanos —Hyundais, Kias—, como resultado de un Estado fuerte con acciones
concretas para la construcción y protección de la industria automotriz.
Y durante los primeros años del siglo XXI, el interés
surcoreano se ha desplazado desde la promoción de las industrias del pasado,
intensivas en combustibles fósiles, a las nuevas industrias verdes y limpias,
amigables con el medioambiente. En este orden, desde mediados de la década del
2000, los sucesivos gobiernos surcoreanos, preocupados por los costos
económicos, medioambientales y políticos de la dependencia de los combustibles
fósiles, han dado prioridad a este cambio de estructura productiva. Además, en
respuesta a los retos de la pospandemia del coronavirus, Corea del Sur ha
avanzado hacia un Nuevo Acuerdo Digital (Cultural) y un Nuevo Tratado Verde
(Ambiental), con el objetivo de lograr un país inteligente, verde y seguro a
2025
En este Nuevo Tratado Verde se ejemplifica las tendencias
de la transición energética limpia de Asia Oriental. Contiene estrategias
claras como la provisión de una mejor infraestructura verde y un giro hacia las
energías renovables, con lo cual el país avanza de forma directa hacia una
menor dependencia de los combustibles fósiles.
El componente energético del nuevo tratado incluye el
aumento del nivel de energías renovables, la construcción de una red
inteligente y la ampliación de la oferta de vehículos eléctricos y de pila de
combustible —1,3 millones de vehículos eléctricos y 200.000 de pila de combustible
para 2025—. De esta manera, el esfuerzo público y privado se dirige hacia la
construcción de nuevo sector automovilístico basado en los vehículos
eléctricos, que abarca los vehículos eléctricos de batería y los de pila de
combustible de hidrógeno, donde la ambición de Corea del Sur es más que
evidente. Los surcoreanos apuestan a lo grande por los vehículos de pila de
combustible de hidrógeno, en los que Hyundai ya rivaliza con Toyota como
productor líder y pionero a nivel mundial.
Así, el enfoque estratégico de Corea del Sur para el
crecimiento verde consiste en centrarse en la destrucción creativa —construir
lo nuevo mientras se desmantela lo viejo— como estrategia industrial. Contando
para ello con la participación de todos los actores de la sociedad, conscientes
de que el problema medioambiental del mundo no se soluciona exclusivamente con
reducir las emisiones de carbono, sino que existe la necesidad de modificar la
matriz productiva mundial. En este sentido, Corea del Sur está construyendo industrias
ecológicas con menos emisiones de carbono, a partir de una política
gubernamental centrada en la transformación industrial del país.
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