Mérida, Enero Martes 31, 2023, 05:13 am
Aunque en español también podamos decir
“desecho”, “residuo” o “desperdicio”, generalmente usamos el término basura y
si nos atenemos a los problemas que en numerosas ciudades genera su manejo, es
posible reconocer, sin temor a equivocarnos, que la basura tiene poder.
El manejo y disposición final de los desechos
sólidos, como hoy en día se dice, es un tema fundamental de salud pública y
también de gobernabilidad. En Mérida, por ejemplo, varios alcaldes han sido
castigados en las urnas por no poder resolver el problema.
Aunque se trate estrictamente de la
incapacidad para su manejo, está claro que el problema de la basura es
recurrente, que de él se han generado grandes negocios, que se ha utilizado
como arma política y que todavía se emplean métodos tradicionales y ampliamente
superados para disponer de ella.
En Venezuela, y quizás en muchos otros países
de América Latina, escucharemos que una de las más importantes promesas
electorales que se hace en las campañas municipales es, precisamente, la de
recoger la basura. Sin embargo, en muy pocas partes se habla de clasificación y
aprovechamiento de los desechos y mucho menos de la necesaria formación ciudadana
que en este y otros temas tiene necesariamente que prevalecer. En Mérida se
hizo recurrente que algunos vecinos sacaran su basura inmediatamente después
que pasaba el camión que la recogía o que algunos desalmados la arrojaran desde
sus vehículos a la vía pública con total impunidad.
Lo cierto es que en pleno siglo XXI, y apenas
comenzando una nueva gestión municipal, pocos quieren saber de las viejas
lecciones y se insiste con esquemas ampliamente probados como ineficientes y
fracasados.
En medio de todo debe destacarse que la ciudad
de Mérida cuenta con múltiples especialistas en la materia, una Facultad de
Ciencias Forestales y Ambientales y mucha gente bien dispuesta para ayudar a
buscar soluciones duraderas y ambientalmente sustentables. Lo peor es que siga
faltando el ingrediente clave: voluntad política.