El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela informó que no se activará el referendo revocatorio contra Nicolás Maduro tras recolectar, únicamente, 42 mil 412 firmas de las 4,2 millones necesarias a nivel nacional.
“Por consiguiente, ningún estado logró el 20% requerido, tal como lo establece el ordenamiento jurídico (…) El Consejo Nacional Electoral declara improcedente la solicitud del referendo revocatorio al mandato", dijo la rectora de la institución, Tania D’Amelio, en declaraciones transmitidas en televisión estatal.
Que se podía esperar, de una nueva trampa, del gobierno, cuando en forma exprés, anuncia el CNE la implementación del revocatorio, de inmediato se prendieron las alarmas, por donde viene la trampa, era una estrategia en forma apresurada pero pensada, quemar ese recurso constitucional, abortarlo, con una convocatoria rápida, con una instrumentación imposible de realizarlo, desde la desinformación, hasta los ficticios puntos de recolección de los firmantes, imposible físicamente, era inviable, las argumentaciones iniciales cuando se publicó.
La convocatoria, de parte de un rector del CNE, el Dr. Picón, dijo "La decisión del CNE de pautar ese proceso para este miércoles ha sido considerado por algunos sectores como una manera de hacerlo inviable". El propio rector Roberto Picón, que representa a la sociedad civil dentro del organismo electoral, ha señalado que retiró su voto de la decisión. “Se tendrían que procesar cinco electores por minuto, por 12 horas, en todas las máquinas del país, sin margen de error, sin tiempo para notificar a la ciudadanía los puntos de recolección. El proceso se llevará a cabo sin auditoría del software que garantice integridad e inviolabilidad del proceso, sin tiempo para nombrar testigos en los 1.200 puntos, sin medias de bioseguridad. De haber convocatoria, habría colas de 300 personas en pleno pico de ómicron”, denunció en un hilo de Twitter los inconvenientes técnicos de la decisión.
El revocatorio divide a la oposición. Por un lado, los sectores más moderados consideran que la estrategia debe ser de largo aliento con miras al 2024. Otros grupos, sin embargo, claman por un cambio de Gobierno antes del próximo ciclo electoral, bien sea a través del revocatorio o de una negociación política que permita el adelanto de las elecciones presidenciales.
Lo cierto, por los momentos, el gobierno supera el obstáculo, enterados que cualquier elección limpia, no saldrá victorioso, definitivamente están conscientes que la voluntad popular no los respalda, cualquier iniciativa interesante o beneficiosa para el país, de parte del Gobierno hay que levantar las cejas, pero no la esperanza. Hoy salen con una arremetida, detener y abrir juicio penales a unos diputados, alcaldes, concejales y dirigentes de baja realea del PSUV, por causas que a diario practica la alta dirigencia gubernamental, como es el tráfico de drogas, el contrabando de gasolina, las comisiones y tráfico de influencia en los procesos administrativos y judiciales, es evidente que son falsos dispositivos y, así, poder maquillar los procedimientos abiertos en los organismos internacionales, también se podía pensar que, esos funcionarios y militares, acostumbrados a servir en esas operaciones cotidianas ilícitas, realizándolas en favor de sus superiores, la han entendido como una política de estado, se les hizo fácil, hacer negocio para su propio peculio.
De tal manera, que cualquier iniciativa de parte gubernamental, desde antemano sabemos su resultado, esta abortada convocatoria de revocatorio, es un preludio de lo que será, para la obligada convocatoria de la elección para el nuevo mandato presidencial 2023, desde ya prepararse para evitar que no prospere la trampa anticipada, porque los votos lo tienen la oposición.