Mérida, Junio Lunes 05, 2023, 02:30 am
Con motivo del histórico encuentro entre Su Santidad el
Papa Francisco y el líder musulmán Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad al-Tayyib, el
día 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi, en el marco de su Visita Apostólica a
los Emiratos Árabes Unidos, se firmó el documento de sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común.
La propuesta de una fraternidad universal se fundamenta
de manera clara en la Fratelli Tutti del Papa Francisco al afirmar que todos
los seres humanos somos hermanos y hermanas y nos plantea retos que nos obligan
a asumir nuevas perspectivas y a desarrollar nuevas reacciones (FT 128).
En medio de un mundo confrontado, dividido por ideologías
que matan, nos alejan y nos hacen inhumanos, que importante poner la atención
en la importancia de educar, concienciar y promover el respeto a las distintas
culturas y religiones. Es apremiante la necesidad de velar por las personas,
promover la paz y poner fin a la violencia que nos está llevando al extremismo
religioso, las guerras y el terrorismo.
El testimonio de los líderes religiosos del mundo de
buscar la unidad en medio de la diversidad se materializa con la creación del Comité Supremo para la Fraternidad Humana, el día 20 de
agosto de 2019. Conformado por líderes cristianos, musulmanes y judíos de
diversas disciplinas.
Todo un claro mensaje a los hombres y mujeres de buena
voluntad que trabajan por fortalecer la unión de todas las personas bajo los
principios de tolerancia, respeto, dignidad,
solidaridad e igualdad de derechos de todos los seres humanos.
La escuela y el
hogar constituyen ámbitos esenciales para el forjamiento y aplicación del valor
de la fraternidad. Es tarea vital descubrir la importancia de complementarnos como
individuos conscientes, empáticos y solidarios con nuestro entorno familiar y
social.
Encarnar el valor de la fraternidad en la familia nos permitirá contar
con ciudadanos solidarios, respetuosos y empáticos con las demás personas. Para
ello es de vital importancia la transmisión y aplicación de valores en nuestra cotidianidad
que permitan bases sólidas para el crecimiento de la fraternidad, con un efecto
multiplicador que impacte en toda la humanidad.
Hoy más que nunca
estamos todos llamados a contribuir a promover la cultura de la inclusión, de
la equidad, bajo las columnas de la justicia y libertad en el actual contexto
social, político y económico de nuestra sociedad y del mundo entero.
Hagamos el esfuerzo
por construir juntos fraternidad, tomemos en cuenta algunos consejos prácticos:
sonreír, como gesto de caridad y conexión con las personas que están a tu
alrededor. No olvidemos que todo comienza en casa, enseñemos a nuestros hijos y seres
queridos la importancia fundamental convivir fraternalmente. Otra sugerencia es
la de servir
y ayudar a los demás, desde el
gesto de ayudar a cruzar la calle a un adulto mayor, de brindar apoyo a
personas en situación vulnerable o cualquier otra acción que impacte de manera
positiva en el prójimo. También podemos apoyar las causas de organizaciones y fundaciones
sin fines de lucro que tengan como objetivo trabajar en pro de la
fraternidad humana: unirte a labores de voluntariado o bien participar en
actividades y eventos desde la pastoral Caritas de la Iglesia. Teniendo en
cuenta que la Iglesia tiene un papel público que “no se agota en sus actividades de
asistencia y educación, sino que procura la promoción del hombre y la
fraternidad universal (FT 276).
Tal como lo recuerda el Cardenal Ayuso Guixot, Presidente
del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, la fraternidad no es
algo que se pone de moda con un documento, sino que es un recuperar los valores
que nos permiten involucrarnos todos en cambiar nuestro mundo, nuestra
sociedad, nuestro estilo de vida, nuestras relaciones. El tema de la
fraternidad no es un concepto sobre el cual hablar, sino es un mensaje para
transmitir de manera que cada persona pueda, en un modo concreto, poner en
práctica por medio de acciones concretas este acercamiento a nuestros hermanos
y hermanas en humanidad.
Domingo
6 de febrero de 2022