Mérida, Abril Miércoles 17, 2024, 06:17 pm
Ya es oficial. Alberto Núñez Feijóo ha anunciado, como se esperaba, que concurrirá al congreso extraordinario de abril,
en Sevilla, para presidir el PP y abrir una nueva etapa tras la
reciente 'guerra civil' y el final de la era de Pablo Casado. El anuncio
de Feijóo se ha producido ante la junta directiva de los populares
gallegos, congregada en el Multiusos do Sar de Santiago. Al menos unas
600 personas -era la estimación inicial- han escuchado, en abierto, cómo
el mandatario regional oficializaba que da el «paso al frente», tal y
como le han pedido sus colegas regionales, para «darle a este país el
Gobierno que merece y el Gobierno que necesita». «Pido vuestra autorización para
presentar mi candidatura a la presidencia del Partido Popular», ha
dicho Feijóo con voz quebrada, tras emocionarse en varias ocasiones y
asegurar que se siente «preparado» y cree que puede, «junto a un partido
unido, lograr el objetivo que tenemos, y porque estoy convencido» de
dar el paso. En
Santiago, «en el que confluyen todos los caminos», es donde le tocaba
emprender «uno nuevo». Palabras que han sido secundadas con una salva de
aplausos y gritos de «presidente, presidente», a los que ha
correspondido primero dando las gracias y después bromeando: «Por
vuestro comportamiento, no es necesario someterlo a votación y entiendo
que es un sí». A su llegada ya había sido recibido con otra larga ronda
de aplausos y más gritos de «presidente, presidente» de un atestado hall
del Multiusos santiagués. Feijóo, pulgar hacia arriba, sonriente en
cuanto se ha despojado de la mascarilla. «A Galicia le debemos
todo, Galicia me transformó en lo que hoy soy. Galicia es mi vida
personal, mi vida familiar, mi vida profesional y mi vida política», se
ha emocionado, durante el preámbulo al esperado anuncio. «Todo lo que soy es gracias a Galicia,
a la confianza de los gallegos. No estaría aquí si no fuera por
Galicia. Mis convicciones y ambiciones políticas se colmaron siendo
presidente de la Xunta (...), por eso me quedé aquí y por eso estoy
aquí». Feijóo ha explicado así porque ahora sí acepta el reto de
liderar el PP: «En el 18 entendí que la mejor manera de servir a mi país
era la decisión que comuniqué entonces», mientras que ahora, cuando
«España padece al peor Gobierno posible», se siente en la «obligación
institucional y moral» de ponerse «a disposición de mi partido y de mi
país, para garantizar el Gobierno sólido, sereno, fiable y solvente que
necesita España». Sin rodeos, ha lanzado: «No vengo aquí a insultar a Pedro Sánchez, vengo a ganar a Pedro Sánchez. Y creo que es posible ganarle, lo creo». Ha
vuelto a aquel 2018 para recordar cómo fueron muchos quienes le
pidieron que se postulara e, incluso, «a algunos les defraudé». «En el
18 dije que fallarle a Galicia sería como fallarme a mí mismo. Hoy
siento que fallarle al PP es fallarle a Galicia y al resto de España, y
por eso me presento», ha abundado. «Podría justificarme y alegar que
todo esto [la crisis del PP] no tiene nada que ver con Galicia y el PP
de Galicia, y por tanto, no tiene nada que ver conmigo mismo. Pero sí
tiene que ver (...). Tiene que ver conmigo porque no
estoy en política para desentenderme, para acomodarme, y no estoy en
política para buscar lo que a mí más me pueda interesar egoístamente».
Tras asumir decisiones complejas en sus 13 años al frente de la Xunta,
ha reivindicado, no iba «ahora» a «escoger la opción más sencilla». Esta
sería no optar a lidera al PP justo cuando «España vive una situación
límite, y quienes están en La Moncloa ya han demostrado que no están
preparados para afrontar una crisis de esta magnitud ni para diseñar la
recuperación que España necesita». El
líder gallego ha reconocido que, aunque «lo tengo muy claro,
clarísimo», ha dudado antes de dar este paso, pero no de que el PP
«tiene un gran futuro por delante», de que «haremos lo que debemos,
nos recuperaremos, remontaremos y seremos el PP en el que España
confió, el que España necesita y por el que España está esperando». Y él
se siente «preparado» para empuñar las riendas. Sus dudas han
venido provocadas por la política actual, «de revanchismos, de
trincheras, incluso de odio, en la que no creo»; también porque ha
aprendido a ser «más humilde a y no sentirme ni imprescindible ni mejor
que nadie»; y porque «lo más importante de mi vida sigue aquí»; también
por la confianza de los gallegos en las urnas, con cuatro mayorías
absolutas. Si bien ha reconocido sin ambages que «hoy el PP
tampoco está en su mejor momento», y ha reiterado que no ha sabido, en
las últimas semanas, «estar a la altura de las circunstancias», por lo
que ha vuelto a pedir «disculpas a todos los españoles», también ha
expresado su «absoluta y total convicción de que este partido es un partido ganador, que puede gobernar España, y que es el partido al que están esperando millones de españoles en sus casas». Ha abogado por resetear al partido y relanzar al «PP que quiere y que quieren sus afiliados y votantes, los que son, los que fueron, los que dejaron de ser y los que volverán a ser».
«Un partido unido», ha remarcado, «integrador, solvente, claro». «Que
diga no cuando haya que decir que no y sí cuando toque decir que sí».
«Una alternativa madura, responsable, fiable y, sobre todo, una
alternativa con sentido de Estado». Convencido de que «es posible ganar»
y acceder a La Moncloa, ha asegurado que para ese empeño es fundamental
que del congreso de Sevilla salga un partido «recuperado y
fortalecido», asumiendo que «no va de vencernos unos otros», sino que
«solo puede haber un derrotado, el multipartito socialista, comunista y
nacionalista». Y ese triunfo en el que cree, ha añadido, también será
«posible gracias a los que nos precedieron: el presidente Aznar, el
presidente Rajoy y el presidente Casado», ha enumerado. «En esta vida
nadie, nadie, nadie acierta siempre». Conciliador, ha afirmado que se
nutrirá de los «muchos aciertos» de su predecesor, y contará con todos:
presidentes autonómicos, provinciales y locales, ha prometido. En
un esbozo de cuál sería un esqueleto programático de su proyecto, ha
defendido un Gobierno que, a diferencia del actual, no se someta a las
minorías y defienda la Constitución, que no vea un «enemigo» en el
emprendedor ni «machaque y expulse a los autónomos»; que no vincule la
dotación de servicios públicos al «color político» de cada territorio y
no levante «barreras insalvables» a partir de las «diferencias». Un
Gobierno, en síntesis, «eficiente, serio y con sentido común»,
alejado de ocurrencias. También ha abogado por fomentar el
entendimiento, donde el «sistema público llegue a todos los ciudadanos»,
y apuntalar una «España unida» donde las comunidades autónomas no se
vean como una «amenaza», sino la «oportunidad de enriquecer y fortalecer
aquello que es nuestra Nación». En el tramo en el que más ha
empleado la primera persona, ha sacado a relucir su «trayectoria y
experiencia, para bien, para regular y para mal»; que es un «político
con trazabilidad». «Lo he hecho mejor y peor, pero tengo la suficiente
seguridad para poder afirmar que siempre he tratado de actuar con
honestidad, y lo seguiré haciendo. Después de este tiempo sé lo que
significa gobernar, y en mi opinión, tenemos un Gobierno en España que,
después de cuatro años, aún no lo sabe». Lo que no es, ha desgranado, es
un político «de manual», de «un par de tuits y una tertulia»,
que se limita al eslogan de turno. Por supuesto, no es ni un «recién
llegado ni una incógnita», pero ha aseverado que tampoco alguien que «se
cree que no tiene defectos». Al partido le ofrece, en definitiva, «todo lo que he hecho, todo lo que puedo hacer y todo lo que soy». «España nos está esperando
y en el PP van a encontrar el partido para gobernar (…) y en mí, un
servidor público, ocurra lo que ocurra en Sevilla el 1 y 2 de abril». Y
antes de poner fin a su intervención, que ha durado una media hora, ha
asegurado que se ponía ya a preparar la reunión del Consello de la Xunta
de mañana. Feijóo
anunció este martes, desde Madrid, tras asistir a las reuniones del
comité ejecutivo nacional y la junta directiva del PP, que este
miércoles, convocaría a la junta directiva de los populares gallegos,
y que sería en este marco donde desvelaría sus planes. Ha sido en este
escenario donde ha formalizado el anuncio que se ha venido aguardando en
las últimas jornadas, siempre escrupuloso con los tiempos y las formas.
Pero ya había avanzado sus intenciones durante el acto de presentación
del Plan Estratéxico 2022-2030, en la Fundación Santiago Rey
Fernández-Latorre en A Coruña. En Arteixo ha indicado que, si
bien «la precipitación de los acontecimientos de las últimas semanas» le
«obliga a adoptar una decisión», no prevé dejar Galicia «en un mes»,
una previsión temporal que ya avanzó ABC la semana pasada. «He dicho
que no me iba de Galicia en un mes. Lo he dicho en el año 18 y,
evidentemente, en el año 22 no voy a cambiar de criterio», ha
reivindicado. Feijóo ha hecho hincapié en que hablaría por la
tarde ante sus compañeros, pero a partir de ahí ha permitido leer entre
líneas, hablando de una «decisión» en la que «meditación y precipitación» van de la mano, «aunque parezca contradictorio». Por un lado, ha reconocido que se trata de «una decisión meditada», pero «que nunca pensé que iba a tener que tomar», la de coger el tren (ya el AVE) a Madrid. «Puedo asegurar que ni ha sido buscada ni ha sido ambicionada»,
ha enfatizado. Pero la 'guerra civil' desatada en el PP ha hecho saltar
por los aires cualquier plan. Es lo ocurrido durante las últimas
semanas en el seno de su partido lo que le «obliga» a posicionarse. «Hay
momentos en la vida en los que uno ha tenido que tomar decisiones. Y
cuando solo tiene una, tómala, y tómala rápido», ha subrayado. Lo que no
sucedió en 2018, ocurrirá en este 2022. ABC / ESPAÑADudas y convicciones
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