Mérida, Marzo Viernes 29, 2024, 02:00 am
Por quinto día consecutivo, vuelven a fallar la mayor parte de los corredores abiertos para evacuar civiles de las ciudades sitiadas por el Ejército ruso o en donde la situación humanitaria es insostenible. La ciudad portuaria de Mariúpol, a orillas del mar de Azov y de importancia estratégica para Moscú porque su control permitirá conectar por tierra la Rusia continental con la península de Crimea, volvió a ser intensamente bombardeada, lo que ilustra perfectamente la razón por la que se hace imposible evacuar a su población.
El Ayuntamiento de Mariúpol a través de su cuenta de Telegram aseguró que «las tropas de ocupación rusas han lanzado bombas contra un hospital infantil. La destrucción es colosal y hay personas atrapadas bajo los escombros». Los
medios de comunicación ucranianos citan también las informaciones de un
antiguo policía, Viacheslav Abroskin, difundidas a través de Facebook,
afirmando que también «resultó alcanzado el hospital de maternidad
número 2 de Mariúpol (…) testigos presenciales sostienen que la
maternidad ya no existe. Hay muchas mujeres muertas y heridas». Estas
informaciones fueron ratificadas por Pavlo Kirilenko, miembros de la
Administración militar local. Manifestó a través de Twitter: «Rusos, no
solo habéis cruzado la línea de lo que es aceptable en las relaciones entre Estados y pueblos sino que habéis cruzado la línea de lo humano». El
presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también mediante Twitter, se
hizo eco de la tragedia acaecida en Mariúpol calificándola de
«atrocidad». Según sus palabras, «hay gente, niños, bajo los escombros. ¿Cuánto tiempo más seguirá el mundo siendo cómplice e ignorando el terror? ¡
Declarad ahora mismo la zona de exclusión aérea! ¡Detened la matanza! Tenéis el poder pero parece que estáis perdiendo la humanidad». Zelenski
denunció el martes que Mariúpol, ciudad que llegó a tener 400.000
habitantes antes de la guerra en 2014 y lleva ahora nueve días machacada
por los bombardeos, está «sin comunicaciones, electricidad, comida y agua».
Se refirió también a la muerte de una niña de seis años por
deshidratación al quedar atrapada por los escombros tras ser alcanzada
su vivienda por las bombas. Pereció también su madre. El
ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, que se reunirá en
Turquía este jueves con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, ha hecho un
llamamiento a Occidente para que tome medidas de fuerza «a fin de
detener esta guerra bárbara contra civiles y bebés».
Kuleba repitió que «Rusia está bloqueando la ayuda humanitaria y la
evacuación» de civiles de Mariúpol haciendo uso de «bombardeos
indiscriminados». Señaló que «unos 3.000 bebés necesitan alimentos y
medicinas» e instó a la Comunidad Internacional a «actuar sin pérdida de
tiempo». De acuerdo con las informaciones de la vice primera
ministra ucraniana, Irina Vereshuk, en su habitual comparecencia tras
negociarlo con Rusia, se abrieron seis corredores humanitarios durante doce horas:
desde Energodar a Zaporiyia, en la parte sureste del país, de Sumy a
Poltava, en el sector noreste, de Mariúpol a Zaporiyia, también al
sureste, de Volnóvaja a Pokrovsk (sureste), de Izium a Lozovaya, en el
este, y desde las localidades cercanas a la capital de Vorzel, Bucha,
Borodianka, Irpín y Gostómel, todas ellas severamente atacadas en los
últimos días por las tropas rusas, a Kiev, en el norte. Pero,
durante la evacuación, muy cerca del corredor abierto entre Sumy y
Poltava, en Ojtirka, los disparos de la aviación y la artillería rusa
acabaron con la vida de una persona e hirieron al menos a catorce. La
agencia ucraniana UNIAN sostiene que el ataque tuvo lugar contra un
edificio de viviendas. Se registraron también bombardeos en los alrededores de Kiev, en Yitomir, Vasilkov y Vinitsia.
También Járkov, la segunda ciudad de Ucrania, volvió a ser atacada.
Centenares de civiles tuvieron que ser evacuados de sus casas.
Severodonestk, en el este, según Serguéi Gaidai, uno de los responsables
municipales, 10 personas murieron en un ataque ruso contra la ciudad. Zelenski instó una vez más a Polonia a entregarles aviones, ya que la OTAN rechaza crear la zona de exclusión aérea que Kiev solicita
para parar los bombardeos rusos. «Tomen una decisión lo más rápido
posible», dijo. A este respecto, la portavoz del Ministerio de
Exteriores ruso, María Zajárova, advirtió en rueda de prensa que
«cualquier implicación en el suministro de armas o el envío de los
llamados voluntarios, cualquier experimento en este sentido, conllevará
responsabilidad para los países concernidos». Zajárova acusó a las tropas ucranianas de
«bombardear» y «colocar armamentos en áreas densamente pobladas». Declaró que son los ultranacionalistas ucranianos quienes «impiden la evacuación de civiles
(…) mientras Kiev oculta esta circunstancia a la población». La
portavoz diplomática aseveró que Rusia «no pretende la ocupación
permanente de Ucrania, la destrucción de su Estado o el derrocamiento de
su actual Gobierno». «Paralelamente a la operación especial –como
denominan en Moscú a la invasión- también se están llevando a cabo
negociaciones con la parte ucraniana para poner fin cuanto antes a este derramamiento de sangre sin sentido y a la resistencia de las fuerzas armadas ucranianas (...) se han hecho algunos progresos», afirmó Zajárova. Lavrov y Kuleba se reúnirán el jueves por primera vez en Antalya (Turquía) para habar de cómo parar la guerra. Les recibirá su homólogo turco Mevlut Cavusoglu,
cuyo país se ha ofrecido como mediador entre Moscú y Kiev. El
presidente turco Recep Tayyip Erdogan, lleva tiempo pidiendo una cumbre
en su país de Zelenski y el presidente ruso, Vladímir Putin. Zajárova dijo también que su país «está haciendo todo lo posible por garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares en Ucrania (…)
Rusia se ha hecho con el control de algunas centrales atómicas para
evitar provocaciones», subrayó. Sin embargo, el operador ucraniano
Ukrenergo alertó en un comunicado que la central nuclear de Chernóbil,
escenario del terrible accidente nuclear del 26 de abril de 1986, «ha
sido totalmente desconectada de la red eléctrica debido a las acciones
militares de los ocupantes rusos». Kuleba explicó que «los generadores diésel de reserva pueden dar suministro a la central durante 48 horas (…)
tras lo cual los sistemas de refrigeración se detendrán, lo que
provocará de forma inminente una fuga de radiación». «La bárbara guerra
de Putin pone en peligro a toda Europa, debe parar inmediatamente»,
prosiguió el ministro de Exteriores ucraniano, que pidió al menos una
tregua para poder reparar los desperfectos en la planta de Chernóbil. ABCDetener la barbarie
Amenazas de Moscú
Reunión de Lavrov y Kuleba