Mérida, Junio Sábado 10, 2023, 01:34 pm
Cuesta entender cómo pueden hablar, de motor turismo, en una ciudad, un Estado, como el nuestro, en el que se padece de todo, se sufre y se desmejora cada día, la calidad de vida, ante la extrema deficiencia de sus elementales servicios básicos, como lo son, entre otros, la energía eléctrica, agua potable, gas, gasolina, paremos de contar, cuyas soluciones, no se ven por ningún lado.
Mérida ¿motor turismo?, en verdad, no sé en qué mundo andan, esa isla de la fantasía no tiene clientes. ¿Cómo creer?, si cada segundo, hora, día, los merideños y los que no lo son, pasan las de Caín, por contar con agua potable, servicio de telefonía fija e internet, soportar a cada momento, las bajas y altas de la energía eléctrica que pese a un cronograma de racionalización, que no se cumple según lo publicado, causa cuantiosas pérdidas en el comercio, empresas, hoteles, posadas, hogares; los cortes racionados que eran de tres horas, son de seis a ocho horas, el caos es total, es así es, aunque quieran negarlo, no se puede tapar el sol con un dedo.
La situación empeora, a cada momento, sin pecar de exageración. Las respuestas y soluciones, no se ven ni se escuchan, por ningún lado, promesas van y vienen, como los diarios bajones de luz, por lo que resulta incomprensible que se hable de motor turismo, cuando la ciudad, el interior del Estado, sufre todo un calvario martirio tortura, por la deficiencia de sus servicios públicos.
En
el gobierno regional y municipal, no les gusta que se digan las cosas como son,
les enferma la crítica, no somos enemigos del turismo por decir y escribir las
cosas como están en esta urbe andina, porque sencilla y llanamente, es la
realidad en una ciudad que se ufanaba de ser la más limpia del país, la ciudad
turística estudiantil universitaria por excelencia, entonces, ¿cómo creer? sí
ni siquiera cuenta en operatividad, su icono turístico, el Teleférico
“Mukumbarí”, una verdad, sin ser dueño de ella, duela a quien le duela, caiga a
quien le caiga, “al que le caiga el guante que se lo plante” y punto.