Mérida, Junio Viernes 09, 2023, 11:12 pm
Para entender
el futuro de la integración regional es necesario reconocer los esfuerzos de
los países por consolidar lazos en un contexto de mayor interrelación. A pesar
del interés permanente por diezmar el sistema multilateral del comercio
promoviendo la bilateralización de este, existen en la actualidad iniciativas
multilaterales donde se reconoce la importancia de las regiones y los
beneficios del libre comercio. Uno de estos esfuerzos es el acuerdo de
Asociación Económica Integral Regional (RCEP). El RCEP, como hemos destacado en
entregas anteriores, es el acuerdo de libre comercio más grande del mundo.
Entró en vigencia con los primeros días del 2022 y constituye un esfuerzo
multilateral cuyo máximo potencial se encuentra en su meta de consolidar una
asociación regional dinámica; donde las puertas están abiertas tanto para los
países del mundo interesados en formar parte del acuerdo, como para los nuevos
temas que por su preponderancia deben ser abordados por las economías en
conjunto —por ejemplo: economía digital, medioambiente, pandemias, nuevas
tecnologías, amenaza nuclear, entre otros—.
Como
iniciativa comercial es el esfuerzo y resultado de los países de la Asociación
de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) por formalizar la mayor interrelación
económica, política y comercial con los países de su región más próxima —el
resto de Asia y los países de mayor tamaño en Oceanía—. De esta manera, el RCEP
reúne a Australia, China, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelanda con los 10
miembros de la ASEAN, en una agrupación de países con relevancia a nivel
mundial. Representa a una región con capacidad para influir en el nivel de
producción mundial de bienes y servicios, que puede afectar los precios de las
mercancías y generar un clima de mayor interrelación entre las economías. Esto
principalmente por su posición a favor de mantener los mercados abiertos y
actualizar las normas de comercio e inversión, en principio, en el Este y Norte
de Asia.
Planteado de
esta manera, el RCEP tiene una agenda diversa llena de oportunidades y retos
para los países miembros y las naciones con potencial para suscribir, más
adelante, el acuerdo. Son retos consolidar el libre comercio de bienes en un
entorno de incentivos al proteccionismo, agilizar las normas de origen, los
procedimientos aduaneros y las soluciones comerciales de la mano de las
tecnologías; mientras que son oportunidades, la posibilidad de refundar la
Organización Mundial del Comercio (OMC), refrescar su papel en el sistema
internacional y facilitar una rápida respuesta a temas como: el comercio de
servicios, el comercio electrónico, los derechos de propiedad intelectual y la
competencia.
Como el RCEP
está abierto y orientado al resto del mundo, él representa un espacio para
consolidar los beneficios de la mayor interrelación entre países. Un acuerdo
abierto a la adhesión de futuros miembros con relativa facilidad, siempre y
cuando demuestren disposición a cumplir los acuerdos establecidos, por ahora
reservado a Estados miembros nuevos y menos desarrollados —Camboya, Laos,
Myanmar y Vietnam—, antiguos y de medios-altos ingresos —Brunéi, Indonesia,
Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia–, y de altos ingresos — Australia,
China, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelanda—. Pero con la flexibilidad
necesaria para permitir la participación de países de otras regiones del mundo,
donde existen grandes intereses para incrementar las ganancias del comercio
internacional en las nuevas y viejas áreas del intercambio.
* @zerpasad