Mérida, Junio Viernes 09, 2023, 11:55 pm
En el actual
estado de la economía internacional, las cadenas globales de valor siguen en
evolución caracterizadas por su: 1) mayor tamaño, con un creciente número de
participantes; 2) mayor complejidad, ante el elevado número de actividades que
incluyen; y 3) continuos esfuerzos para apaciguar los riesgos de interrupción.
Además, deben atender la presión pública para que todas las actividades dentro
de las cadenas se adhieran a las normas sociales y medioambientales. A partir
de esto último, y después la crisis en el abastecimiento mundial de bienes y
servicios provocada por la pandemia del coronavirus, la meta de gobiernos y
empresas es dar transparencia y trazabilidad de extremo a extremo a las cadenas
de suministro.
Y para
alcanzar este objetivo, las nuevas tecnologías se convierten en instrumentos
que permiten mayor visibilidad a la gestión de las cadenas de valor, en
especial la tecnología blockchain. Es decir, la cadena de bloques, la
tecnología de libro mayor distribuido o blockchain permite el registro de las
transacciones a medida que ocurren mediante el registro electrónico compartido
y distribuido de la información compartida por los participantes.
En relación
con el nivel de control del acceso y la centralización, estas cadenas de
bloques pueden clasificarse en tres categorías: a) cadena de bloques pública,
que permite a cualquiera participar en la red y en el proceso de consenso para
almacenar la información; b) cadena de bloques privada, que permite solo la
participación de un grupo seleccionado de agentes económicos con una relación
comercial o de confianza; y c) cadena de bloques híbrida, que es una blockchain
pública y privada al mismo tiempo. En el caso de las cadenas de valor en Asia,
se ha privilegiado el uso de cadenas de bloques privadas.
La falta de
confianza en la autoridad centralizada y el interés por minimizar los riesgos
de la exposición al público de información relacionada con actividades
económicas privadas, han llevado a las empresas asiáticas a optar por
blockchain privadas. De esta manera, se ha avanzado en una arquitectura
descentralizada sustentada en los pares que sustituye a la tradicional gestión
de datos servidor-cliente, con activa participación de terceros de confianza
—bancos, operadores cambiarios, empresas de logística, entre otros—; y de los
que han dependido tradicionalmente las cadenas de valor.
El uso de la
tecnología blockchain para aumentar la eficiencia de las cadenas de valor
asiáticas se ha concentrado en la reducción de fricciones en la financiación
del comercio transfronterizo. Área donde la plataforma basada en blockchain de
MineHub ha sido utilizada, desde abril de 2020, por BHP Group y China Baowu
para registrar el flujo de fondos que sustenta su comercio de hierro.
De igual
forma, se están usando para lograr la trazabilidad de los insumos y productos
finales. En este orden, destaca BHP Group y China Minmetals Non-Ferrous Metals,
quienes usan blockchain para rastrear los envíos de cobre desde finales de
2021. Así como el mayor uso de TradeLens, una plataforma impulsada por la
tecnología blockchain, que ha permitido el envío sin papeles de productos
agroquímicos desde Corea del Sur a Bangladesh.
Y para
facilitar la responsabilidad social empresarial en el mercado laboral. En otras
palabras, para evitar la explotación de la mano de obra dentro de la cadena de
valor se están incorporando cadenas de bloque que permiten capturar la
información relacionada con el trabajo (identidad, salarios y contratos de los
trabajadores) del sector pesquero. Iniciativa liderada por Tailandia mediante
la normativa de contratos inteligentes —contratos escritos en código
informático que ejecutan transacciones a través de blockchain—, conectados con
la nómina de las empresas que participan de esta actividad económica.
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