Mérida, Febrero Miércoles 08, 2023, 12:22 am
La pobreza es, desde la perspectiva humana, la evidencia
de la violencia estructural manifiesta en la privación de una vida que la gente
quiera vivir. Esto significa que más allá de las carencias económicas para
llevar una vida sana y de calidad en términos materiales, la pobreza humana es
la denegación de las oportunidades y opciones básicas para el desarrollo humano;
consistente con una vida sana, creativa, libre, digna y respetable. Todo esto
permite señalar a la pobreza humana como la carencia no solo de salud sino también
de educación de alta calidad que elimine la privación de conocimiento y
comunicación para contrarrestar la incapacidad de saber ejercer los derechos
humanos y políticos; en los que la dignidad de la confianza y el respeto
asimismo sea una realidad.
La pobreza humana va más allá de la sencilla incapacidad
económica -por demás altamente vinculante con la vulneración y el riesgo del derecho
humano de la vida-, porque ella implica el empobrecimiento del ambiente,
entorno y medios que una sociedad o país tiene como recursos necesarios para la
vida prospera. Valorar la pobreza humana significa la vinculación de la
tolerancia de la denegación de opciones y oportunidades para vivir una vida
sana y tranquila, porque nada ni nadie obstaculiza la propia superación
individual del Ser como medio de realización de nuevos escenarios de desarrollo
humano.
Asimismo, la pobreza humana involucra la violencia
psicológica y armada como medios manifiestos que potencian estrategias cuyos
objetivos es una vida breve, ingresos por debajo de la línea de pobreza, falta
y privación de medios materiales, ausencia de capacidades básicas de
funcionamiento, carencia de oportunidades reales, amplias limitaciones
sociales, circunstancias negativas para tener una vida valiosa e internamente valorada
como positiva.
Las causas a este tipo de pobreza van desde el desempleo,
la ausencia de educación de calidad, las transiciones apolíticas, el crimen
organizado, las redes de crimen organizado transnacional, la ausencia de
democracia, la desarticulación de los actores sociales, los conflictos armados,
hasta la desinstitucionalización. Por tanto, escuchar: “en Venezuela lo que hay
es pobreza”, me traslada a un escenario en el que aún se siguen negando las
oportunidades de vida y opciones fundamentales para el desarrollo humano que
permita a la gente vivir una larga vida, sana, creativa, que les permita
disfrutar de un nivel decente de libertad, dignidad y respeto por su propia
existencia y la de los demás; no importa si están cerca, lejos o muy lejos del
país.
Aún falta mucho por recorrer, pero se puede empezar recuperando
la institucionalización de un país. Y lograr que individuo por individuo,
organización por organización, reconozcan que vivir bien no es vivir del día a
día, sino de la rutina diaria que se construye digna y creativamente para lograr
metas vinculadas con una vida larga, sana y libre, generadora de prosperidad.
* @zerpasad