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"Asamblea Nacional de Pastoral: Conversión para la renovación" por Padre Edduar Molina

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"Asamblea Nacional de Pastoral: Conversión para la renovación" por Padre Edduar Molina


Desde el pasado viernes 8 de julio y hasta el 10 de julio de 2022, nos hemos dado cita en la capital caraqueña delegados de todas las Iglesias locales de la geografía nacional para compartir la experiencia de asumir juntos el enorme desafío de "una parroquia misionera en salida, para los nuevos tiempos", lema que enmarca la realidad de un país donde las parroquias siguen siendo espacios de encuentro fraterno, cercanía, comunión, escucha y formación como instrumento importante para iniciar este camino de transformación de país que todos soñamos.

 

Las distintas delegaciones tuvimos la dicha de ser acogidos por las comunidades parroquiales de la gran Caracas, junto con las diócesis vecinas de La Guaira, los Teques y comunidades religiosas; en el caso de Mérida fuimos recibidos por la Parroquia La Coromoto de los padres Redentoristas, viviendo con intensidad el testimonio de una parroquia encarnada en los barrios más desfavorecidos como la Cota 905 donde existen pequeñas comunidades cristianas vivas, con gran coraje de Evangelio encarnado, siendo presencia de buenos samaritanos por medio de iniciativas como los comedores de Caritas, roperos parroquiales, la formación en valores, entre otras tantas, que nos muestran el rostro de una Iglesia casa de la misericordia. Gracias a la escucha de sus agentes de pastoral, pudimos intercambiar experiencias evangelizadoras y apreciar la riqueza de cada realidad tanto la capitalina como nuestra andina. Verdadera riqueza de fe que anima el caminar de Venezuela.

 

El trabajo de la Asamblea estuvo acompañado por las diferentes comisiones virtuales desde cada diócesis, un fecundo aporte que permitió gran resonancia y vitalidad al camino misionero parroquial que nos mueve el Espíritu, además de los intensos momentos de oración, nos permitieron preguntarnos sobre cuál es el querer de Dios para la Venezuela de hoy.

 

A lo largo de tres intensos días pudimos escucharnos, discernir juntos y reafirmar nuestro compromiso bautismal de compañeros de camino, que sentimos en común la realidad de gozos y esperanzas de nuestro pueblo venezolano y reconocer que todos estamos en la misma nave con la misma misión, con la apremiante tarea de integrarnos todos para una acción pastoral realmente encarnada con sabor a Cristo. 

 

Con esta actitud de escucha, los asambleístas nos reunieron en mesas de trabajo para hacer conciencia de los cambios personales y comunitarios que son necesarios para la conversión pastoral de la parroquia misionera y en salida con la que sueña la Iglesia en Venezuela. La actividad estuvo marcada por la pregunta: “¿Qué cambios son necesarios para pasar de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera?”, desde la mentalidad, el corazón, las estructuras y los métodos de ejecución.

 

En un segundo momento de trabajo pudimos hacer propuestas concretas sobre los sueños de la parroquia misionera y en salida descritos en el proceso de consulta; a partir de la invitación a descubrir nuevas perspectivas para “operativizar” las acciones necesarias que logren alcanzar los objetivos propuestos; la parroquia comunidad de comunidades, kerigmática, en comunión, que celebra la fe y que acciona la caridad y la solidaridad, al encuentro de los hermanos desfavorecidos y alejados.

 

Todo ello requiere de una auténtica conversión de corazón y mentalidad, de un dejarse encontrar con una experiencia personal con la Palabra y la persona de Jesús que nos permita cambiar actitudes, estructuras y métodos que obstaculizan el camino del Reino, se trata de asumir el lenguaje de Dios que acompaña con amor, cuida de los más pequeños y débiles y se conmueve por cada oveja. Es la hora de una Iglesia inclusiva, abierta a todos, en la que todos tenemos acogida y participación, una parroquia que sale de sus muros para ir al encuentro de sus periferias, el barrio, los ancianos solos en las urbanizaciones, los enfermos y los jóvenes que aún siguen apostando por el país, es la misión de hacer seguidores de Jesús, que conozcan su mensaje, sintonicen con su proyecto, aprendan a vivir con él y reproduzcan hoy su presencia en el mundo.

 

Para culminar este domingo 10 de julio, con las conclusiones que nos invitan a continuar siendo instrumentos de esperanza, caminar juntos con la certeza de que el Señor camina con nosotros en este proceso de conversión y renovación afirmando que Él sigue vivo en sus comunidades. Sigue con nosotros y entre nosotros curando, perdonando, acogiendo y humanizando la vida”.

 

Caracas, 10 de Julio de 2022





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