Mérida, Junio Sábado 10, 2023, 01:25 am
Desde el pasado viernes 8 de julio y
hasta el 10 de julio de 2022, nos hemos dado cita en la capital caraqueña
delegados de todas las Iglesias locales de la geografía nacional para compartir
la experiencia de asumir juntos el enorme desafío de "una parroquia
misionera en salida, para los nuevos tiempos", lema que enmarca la
realidad de un país donde las parroquias siguen siendo espacios de encuentro
fraterno, cercanía, comunión, escucha y formación como instrumento importante
para iniciar este camino de transformación de país que todos soñamos.
Las distintas delegaciones tuvimos la
dicha de ser acogidos por las comunidades parroquiales de la gran Caracas,
junto con las diócesis vecinas de La Guaira, los Teques y comunidades
religiosas; en el caso de Mérida fuimos recibidos por la Parroquia La Coromoto
de los padres Redentoristas, viviendo con intensidad el testimonio de una
parroquia encarnada en los barrios más desfavorecidos como la Cota 905 donde
existen pequeñas comunidades cristianas vivas, con gran coraje de Evangelio
encarnado, siendo presencia de buenos samaritanos por medio de iniciativas como
los comedores de Caritas, roperos parroquiales, la formación en valores, entre
otras tantas, que nos muestran el rostro de una Iglesia casa de la misericordia.
Gracias a la escucha de sus agentes de pastoral, pudimos intercambiar
experiencias evangelizadoras y apreciar la riqueza de cada realidad tanto la
capitalina como nuestra andina. Verdadera riqueza de fe que anima el caminar de
Venezuela.
El trabajo de la Asamblea estuvo
acompañado por las diferentes comisiones virtuales desde cada diócesis, un
fecundo aporte que permitió gran resonancia y vitalidad al camino misionero
parroquial que nos mueve el Espíritu, además de los intensos momentos de oración,
nos permitieron preguntarnos sobre cuál es el querer de Dios para la Venezuela
de hoy.
A lo largo de tres intensos días pudimos
escucharnos, discernir juntos y reafirmar nuestro compromiso bautismal de
compañeros de camino, que sentimos en común la realidad de gozos y esperanzas
de nuestro pueblo venezolano y reconocer que todos estamos en la misma nave con
la misma misión, con la apremiante tarea de integrarnos todos para una acción
pastoral realmente encarnada con sabor a Cristo.
Con esta actitud de escucha, los
asambleístas nos reunieron en mesas de trabajo para hacer conciencia de los
cambios personales y comunitarios que son necesarios para la conversión
pastoral de la parroquia misionera y en salida con la que sueña la Iglesia en
Venezuela. La actividad estuvo marcada por la pregunta: “¿Qué cambios son
necesarios para pasar de una pastoral de mera conservación a una pastoral
decididamente misionera?”, desde la mentalidad, el corazón, las estructuras y
los métodos de ejecución.
En un segundo momento de trabajo pudimos
hacer propuestas concretas sobre los sueños de la parroquia misionera y en
salida descritos en el proceso de consulta; a partir de la invitación a
descubrir nuevas perspectivas para “operativizar” las acciones necesarias que
logren alcanzar los objetivos propuestos; la parroquia comunidad de
comunidades, kerigmática, en comunión, que celebra la fe y que acciona la
caridad y la solidaridad, al encuentro de los hermanos desfavorecidos y
alejados.
Todo ello requiere de una auténtica
conversión de corazón y mentalidad, de un dejarse encontrar con una experiencia
personal con la Palabra y la persona de Jesús que nos permita cambiar
actitudes, estructuras y métodos que obstaculizan el camino del Reino, se trata
de asumir el lenguaje de Dios que acompaña con amor, cuida de los más pequeños
y débiles y se conmueve por cada oveja. Es la hora de una Iglesia inclusiva,
abierta a todos, en la que todos tenemos acogida y participación, una parroquia
que sale de sus muros para ir al encuentro de sus periferias, el barrio, los
ancianos solos en las urbanizaciones, los enfermos y los jóvenes que aún siguen
apostando por el país, es la misión de hacer seguidores de Jesús, que conozcan
su mensaje, sintonicen con su proyecto, aprendan a vivir con él y reproduzcan
hoy su presencia en el mundo.
Para culminar este domingo 10 de julio,
con las conclusiones que nos invitan a continuar siendo instrumentos de
esperanza, caminar juntos con la certeza de que el Señor camina con nosotros en
este proceso de conversión y renovación afirmando que Él sigue vivo en sus
comunidades. Sigue con nosotros y entre nosotros curando, perdonando, acogiendo
y humanizando la vida”.
Caracas, 10 de Julio de 2022