Mérida, Junio Sábado 10, 2023, 01:35 pm
La economía digital
en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) ha crecido
significativamente en los últimos años, impulsada por múltiples factores como
los esfuerzos nacionales para el desarrollo de las industrias digitales —mediante
la promoción de la innovación, la generación de datos y la construcción de
conocimiento—; la pandemia del COVID-19, que aumentó el consumo de servicios
digitales y generó la necesidad de una rápida adopción de tecnologías digitales
en la producción de mercancías; y la modernización regulatoria y de políticas
públicas para la economía digital —gestión del espectro, competencia,
protección de datos, ciberseguridad—.
Además, los
gobiernos de la ASEAN han identificado a la economía digital como un área clave
de crecimiento. Destacando: el Plan de Investigación, Innovación y Empresa 2025
de Singapur, el Programa Nacional de Desarrollo del Comercio Electrónico
2014-2020 de Vietnam y el Plan de Economía Digital de Malasia. Este último tiene
por objetivo transformar el país en una nación impulsada por la tecnología
mediante la construcción de infraestructura digital y el impulso de la
transformación digital en el sector público, contando para esto con la Malaysia
Digital Economy Corporation (MDEC) como agencia líder. Todas estas iniciativas han
permitido un progreso significativo para la región, de allí que el Índice de
Innovación Global muestra que mientras América del Norte y Europa continúan
liderando a nivel mundial, el Sudeste Asiático, el Este de Asia y Oceanía son
las únicas regiones que cierran la brecha de innovación.
Esto implica que la
ASEAN tiene un alto potencial para la transformación digital, pero se enfrenta
al reto de reducir la brecha digital existente entre los países. Es decir, a
medida que los países de altos ingresos (Indonesia, Malasia, Singapur) aceleran
la adopción digital, los países de bajos ingresos (Laos, Brunei Darussalam, Myanmar), quedaron rezagados
porque carecen de la infraestructura necesaria para garantiza el acceso a
Internet confiable y asequible a su población. Ante este panorama, grupos
importantes de la población ASEAN no podrán acceder a los beneficios de la
tecnología; porque esta depende cada vez más de una conexión a Internet. Dicha
situación, de no corregirse, impulsará la distribución desigual de las
ganancias de la economía digital y seguirá perjudicando a los países de bajos
ingresos.
Por otra parte, un
reto adicional que trae la digitalización de la economía a los países de la
ASEAN es mejorar el acceso a dispositivos móviles que permitan conexión a
Internet. Esto implica esfuerzos para avanzar en la reducción de la brecha
digital, desde la incorporación de todos los actores interesados: Gobierno,
empresas, sociedad civil. Así, el desarrollo de habilidades digitales podrá
planificarse a partir de un mayor acceso a Internet por parte de los
trabajadores; mediante el reconocimiento de las preferencias de la industria
local por habilidades digitales específicas requeridas en cada sector; y a
través de la promoción de las actividades de formación por parte de las
organizaciones empresariales.
De esta manera, la
economía digital en ASEAN se sigue considerando como un área fundamental para
impulsar el crecimiento económico y la resiliencia a largo plazo. A partir de esto,
los gobiernos y las empresas siguen avanzando en compromisos acerca de la
estimación de los impactos que generará la digitalización de todos los sectores
de la actividad económica, la identificación de las brechas tecnológicas que
existen entre los distintos grupos de la población, y los riesgos que devienen
del esfuerzo de transformar el funcionamiento de la sociedad a partir del uso
de las nuevas tecnologías.