Mérida, Junio Sábado 10, 2023, 01:28 am
Canaguá está de fiesta. La celebración de
sesquicentenario de su fundación como Parroquia Civil, llena de júbilo a sus
hijos y enaltece la gloriosa historia de los apartados pueblos del sur
merideño.
Corría el año 1872, el mismo del inicio de la
construcción del Palacio Federal Legislativo en Caracas por el entonces
presidente de Venezuela Antonio Guzmán Blanco,
bajo el pontificado de Pío VII y ocupando
la sede Episcopal de Mérida su octavo Obispo, Monseñor Juan Hilario Bosset y
como Presidente Provincial del Estado Mérida, Dr. Lope María Tejera
(1826-1912) de profesión farmaceuta, además de haber ocupado el puesto de Vicerrector
de nuestra ilustre Universidad de los Andes, además de haber sido el progenitor
del ilustre poeta merideño Humberto Tejera.
Es cuando el Dr. Lope Tejera decide erigir como Parroquia
Civil con el nombre de Libertad, nuestra actual capital del municipio Arzobispo
Chacón; Decreto refrendado por el entonces Secretario General Pedro de Jesús
Godoy, con fecha de 27 de junio de 1872.
Varias fueron las condiciones que favorecieron la firma
de este Decreto, entre ellas se encuentran, sus primeros pobladores de
migrantes de origen europeo, venidos de Bailadores y Pregonero, con enorme
talante de emprendimiento y laboriosidad, con gran resonancia en toda la
geografía local y nacional, además de su rápido crecimiento demográfico, su
privilegiada ubicación geográfica, en medio de gran número de comunidades
sureñas, permitieron vislumbrar futuro prometedor para futuras generaciones.
Pasarían tres años para que en 1875 el entonces Vicario Provisor
de la Iglesia merideña, Monseñor Tomás Zerpa la elevara a Parroquia
Eclesiástica con el nombre de Nuestra Señora del Carmen de Canaguá. Y noventa y
tres años, para que en 1965 fuera elevada a capital del nuevo distrito Arzobispo
Chacón.
Este 01 de agosto recordamos con gratitud el centésimo quincuagésimo de la instalación de su primer
gobierno parroquial, bajo la autoridad de su primer jefe civil, José
Antonio Belandria, quien luego de tomar juramento del citado gobernador Lope
Tejera, se traslada a la población de Canaguá y reúne aquel jueves, primer día
del octavo mes de 1872, las demás autoridades designadas en el decreto del
Ejecutivo Regional y les toma juramento, figuran: Ezequiel Molina como Juez de
la Parroquia, además de los designados Patricio de Jesús Vega, Domingo
Belandria y como secretario interino Eduardo Newman. Ilustres surmerideños que
con verdadera vocación de servicio y compromiso dieron apertura al camino de
progreso de nuestro terruño surmerideño.
A lo largo de ciento cincuenta lustros Canaguá ha sido
cuna de destacados profesionales en todas las áreas del saber y el servicio a
la humanidad. Hoy referencia en el país y más allá de las fronteras patrias.
Recordar es vivir. Aquella primera aldea de doctrina
agustina, luego caserío de migrantes, llegó a ser parroquia, luego distrito y finalmente
capital de municipio. Todo un camino de superación y desarrollo integral fruto
del trabajo en equipo, de la suma de talentos, aportes, consensos y una buena
dosis de fe y trabajo.
Para 1972 se celebró por todo lo alto el “Centenario de
Canaguá”, grandes celebraciones y juntas organizadoras, lograron notables
progresos para la comunidad, como la primera visita de un presidente de la
Republica, Dr. Rafael Caldera, dejando obras perennes como la electrificación,
la culminación de la carretera por Estanques, el terreno para el liceo, entre
otras tantas iniciativas.
Hoy después de cincuenta años, son muchas las necesidades
y desafíos de sus comunidades, como la precaria condición por falta de combustible
que paraliza la producción agrícola y movilidad de su gente, la migración
forzada de sus jóvenes, la desaparición de sus entidades bancarias, entre otras
tantas complejas realidades que nos llevan a un mayor atraso y aislamiento de
las grandes urbes del país.
Nuestra felicitación al Señor Alcalde Omar Fernández y
todo su equipo por la extraordinaria programación prevista durante todo un año
jubilar para festejar, como una sola familia, y renovar nuestro compromiso de
surmerideños sembradores de bien y esperanza.
Quiera Dios que este sesquicentenario nos ayude a poner
la mirada en nuestro terruño canagüense y mantener
la unidad frente a todo intento de división ideológica.
Como bien lo dijo el Papa Francisco
“La historia la construyen las generaciones que se suceden en el marco de
pueblos que marchan buscando su propio camino y respetando los valores que Dios
puso en el corazón”.
Mérida, 31 de julio de 2022