Mérida, Septiembre Martes 26, 2023, 05:56 pm
Durante los últimos años han surgido
quejas sobre el funcionamiento de las alcabalas en el territorio venezolano,
especialmente por parte de productores del campo. El gremio de los ganaderos
denunció, en Guárico, la incautación de un cargamento de queso, al igual que
exigencias en dinero por el transporte de animales. Otros hechos han sido
indicados, en diferentes momentos.
Venida de la lengua árabe, la palabra
alcabala representó en el pasado un impuesto que pagaba el vendedor, de
cualquier especie incluida la inmobiliaria, al estado o administración,
mientras que se usó también como ingreso de las ciudades por las ventas que
hacían los forasteros.
En este último caso, los residentes
en una ciudad no pagaban nada por expender cualquier cosa u objeto, pero si lo
hacían los visitantes o forasteros (los de afuera). Con los años desaparecieron estos cobros
legales y la palabra pasó a distinguir sitios de vigilancia y revisión en las
afueras de las ciudades y en carreteras.
Las alcabalas están concebidas para
revisiones, de permisos, planillas de impuestos locales o nacionales,
aprobaciones sanitarias y condiciones de los vehículos, especialmente de
transporte, pero, igualmente, se crearon para dar seguridad en las carreteras y
auxilio vial, tanto en accidentes con daños en automotores como en las
personas.
Aún se conservan lugares alcabaleros
donde hay grúas, ambulancias y equipos de primeros auxilios. No en todos.
Especialmente las dotaciones apropiadas han estado en vías dadas como
concesiones, como es el caso de autopistas.
Con esto quiero decir que una
alcabala debe ser un punto de acogida, de apoyo, de orientación y de auxilio, y
no un punto donde las personas pueden ser objeto de confiscaciones no previstas
legalmente.
En lo personal, tengo la experiencia
de que no se puede generalizar sosteniendo que cada puesto viene a ser un lugar
donde se quitan productos o especies por la fuerza, donde se extorsiona por
ilícitos cobrando la impunidad. No. Pueden ocurrir hechos lesivos a la
propiedad, pero como un todo o programa destinado a recaudar dineros sin
justificación.
Días atrás el Fiscal General informó
la detención de funcionarios por “matracas” en las alcabalas y el propio
mandatario Nicolás Maduro invitó a denunciar los hechos, por parte de las
víctimas.
Entonces, estamos ante una situación
interesante. Se debe denunciar cada atropello, se debe difundir la prueba o
evidencia, no se debe dejar pasar ningún ilícito de la autoridad, pero también
los ciudadanos deben actuar ajustados a la ley, tanto en los ingresos de
mercancías por las fronteras como en el cumplimiento de las normas de
conducción, legalidad de la propiedad y manejo de los vehículos. Es decir, todos debemos salir a las vías con
los documentos y licencias vigentes, legales y auténticos. Bien es sabido que por las carreteras circulan
miles de vehículos y que la capacidad de control o revisión no resulta a
plenitud.
En definitiva, la sociedad debe contar
con una vigilancia de alcabalas eficaz y eficiente, en la materia impositiva
legal, desterrando los abusos, pero también la ciudadanía no debe propiciar
hechos anormales mediante sobornos, comisiones, colaboraciones o aportes. Vamos
a enseriarnos para poder aspirar a tener un mejor país.