Mérida, Mayo Domingo 28, 2023, 10:34 pm
El tema de las candidaturas
presidenciales vuelve a ser motivo de observación y seguimiento, especialmente
porque varios medios de comunicación nacionales han abierto sus puertas a
entrevistas para conocer las opiniones de los señalados como probables pre
competidores.
Por supuesto, no de todos. Una lista
de cuarenta “aspirantes” ha venido circulando, pero igualmente hay otras que
colocan menor número y hay estados donde algunos dirigentes han aprovechado
para copiar, agregar sus propios nombres y difundir en las ahora famosas redes
sociales.
Es difícil que un canal de televisión nacional pueda asumir
el trabajo de invitar tanta gente a sus espacios de opinión, especialmente
porque, en la mayoría de los casos, nada
avala esas postulaciones, tan tempraneras
como insensatas.
Aquí, ya se puede ver como hay
personas que no han pasado por los
cargos de concejal, alcalde o, al menos, aspirante a la
gobernación, y promueven sus nombres para buscar alguna notoriedad, en todo
caso efímera y que en nada fortalece el sistema democrático de gobierno.
Considero pertinente que, aun cuando no hay fecha ni acuerdo sobre
unas elecciones presidenciales, y algunos dirán que legalmente corresponden a
mayo o diciembre de 2024, es positivo para la política (hoy tan desestimada por
las mayorías) que muchos voluntarios salgan a la palestra para expresar ideas,
opiniones y criterios sobre los grandes temas de interés general.
Eso de positivo lo digo en la medida
en que todos asuman la tarea con
seriedad y altura, y no con afanes de
aparecer en los medios. Quien aspire
debe tener la sensatez para analizar sus posibilidades, tanto las
electorales como las de dinero para enfrentar un largo caminar y las
intelectuales, dadas por sus estudios y su comprensión de las realidades nacionales.
Semanas atrás planteé la idea de que el numeroso grupo de señalados
como aspirantes se constituya en un
cónclave cerrado para elegir por unanimidad (o al menos consenso) a uno de
ellos como el candidato unitario o que haya uno no señalado, lo que llaman
outsider, para quesea el representante de toda
la oposición.
Hubo opiniones positivas, sin
que esta idea pasara a ser
instrumentada. Claro, es muy temprano
porque, ni siquiera, sabemos si hará elección. Por supuesto, a la mayoría de
los que son señalados como
precandidatos no les interesa pasar a desempeñar solo el rol de
votantes en un evento privado, aunque
abierto a los medios de comunicación social.
En las semanas anteriores se produjeron
protestas en todos los estados por las nada sanas intenciones del gobierno de
cambiar el régimen laboral en cuanto a
los beneficios sociales, a lo que se
sumó el reclamo de los educadores de mayores ingresos para evitar el colapso
total del sistema educativo.
La oportunidad sirvió para mostrar la
presencia de un nuevo sindicalismo, en
nada equivalente a la vieja CTC, y un gremialismo educativo que no ha sido
disminuido por las contingencias nacionales y
el empeño del régimen de acabar
con el asociacionismo docente.
Los maestros, con la vieja e ilustre
Federación Venezolana de Maestros al frente, demostraron que siguen vigentes
y que no han olvidado el sagrado deber
de procurar una mejor educación.
Cierro mi artículo con una
interrogación.
¿Podrá surgir del conglomerado magisterial un precandidato o candidato presidencial con liderazgo probado y eficaz, como se pudo
ver recientemente, soportado por gente
que si cree en una Venezuela mejor y
que está comprometida con una de las áreas fundamentales para alcanzar
un mejor futuro?