Mérida, Junio Sábado 10, 2023, 01:59 pm
Los últimos
acontecimientos a nivel mundial han puesto en evidencia la dificultad de muchas
personas para acceder a alimentos, tanto por falta de recursos como por la no
disponibilidad de alimentos en los mercados. En otras palabras, tanto la
pandemia del coronavirus como el cambio climático y el conflicto Rusia-Ucrania
han exacerbado la inseguridad alimentaria mundial.
Al respecto, son
los países importadores netos de alimentos los más afectados por esta coyuntura
geopolítica. Dentro de este grupo la alta dependencia de muchos Estados miembros
de la ASEAN para la adquisición en el extranjero de los alimentos para la población,
acrecientan el riesgo de no lograr una recuperación económica sostenible y crean
dificultades dentro del acuerdo de integración. Esto último porque la falta de
estrategia coordinada de la ASEAN para la producción de alimentos, impulsa la
dependencia de las importaciones y maximiza el impacto de las fluctuaciones del
mercado mundial en la seguridad alimentaria regional. De allí la importancia
para los países ASEAN de reconsiderar la posición regional sobre la producción
de alimentos y el rol que puede asumir los países de América Latina ante esta
situación.
El actual nivel de
inseguridad alimentaria ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la ASEAN
ante las interrupciones en la importación de alimentos. Desde hace un lustro de
tiempo, varios de sus miembros están dando prioridad a la producción localizada
y a la participación en cadenas de suministro cortas y fiables —con ingresos en
divisa rápidos y seguros—. En tal sentido, las economías de la ASEAN se
encuentran entre las mayores importadoras de trigo del mundo, y compran
cantidades significativas de soya y maíz en el mercado mundial de alimentos.
Esto refleja la
insuficiente producción de la ASEAN de los principales alimentos consumidos en
la región. Además, los países de esta región tienen amplias diferencias en
cuanto a sus capacidades de producción de arroz, trigo, soya, maíz, aceite
vegetal y ganado. La producción de maíz de la ASEAN cubre aproximadamente el
75% de las necesidades regionales debido, entre otras cosas, a la producción
relativamente baja en comparación con los principales países exportadores de
maíz de América del Norte, América del Sur y Europa.
Por otra parte, la
producción de soya de la ASEAN se concentra en Indonesia, Myanmar, Vietnam, Camboya
y Tailandia. Pero el total anual cultivado solo alcanza para una décima parte
de las necesidades de su población, de allí la gran oportunidad que tiene los
países latinoamericanos productores de soya —principalmente Argentina y
Brasil—. Para la dotación del trigo, el panorama es más preocupante, la región
del Este de Asia, con baja productividad local concentran el 15% de las
importaciones mundiales de este rubro —de allí el alto impacto en los precios
provocado por la guerra entre Rusia y Ucrania—. Y en cuanto al arroz, este es
el único alimento básico del que la ASEAN produce un excedente, debido a que la
producción de arroz ocupa alrededor del 66% de la superficie total de tierra
cultivable en la región.
Ante esta
situación, es evidente que las autoridades de la ASEAN se enfrentan a uno de
los grandes desafíos a nivel de seguridad alimentaria, ya que, de no trabajar
juntos y desarrollar una estrategia coordinada con potenciales socios
comerciales no podrán reducir la dependencia de la región de las importaciones
de alimentos y podría iniciarse una crisis alimentaria. Sin embargo, también
para América Latina se presenta otra oportunidad pero de no mejorar las
inversiones en las tecnologías de cultivo innovadoras y la mejora de la gestión
de las plagas, que permitan incrementar la productividad regional de arroz, trigo,
soya y maíz a nivel regional. Todo ello y más podrán encontrarlo en Mercosur, Asean, Alianza del Pacífico y
otras economías asiáticas: ¿una posible dinámica de cohesión comercial?
capítulo del libro Mercosur en el nuevo
escenario latinoamericano. Volumen 11, de Ediciones UCC- Colombia. https://doi.org/10.16925/9789587603750, obra editada por Alberto José Hurtado Briceño y Roberto
Mirabelli.
* @zerpasad