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“Una Reina con la autoridad del ejemplo” por Padre Edduar Molina Escalona

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“Una Reina con la autoridad del ejemplo” por Padre Edduar Molina Escalona



Un hasta luego rinden los ingleses a su reina de 96 años, con una corona de 70 de ellos al frente de una monarquía sacudida y en permanentes cambios en la cultura europea, aunado a los escándalos de su propia familia, es el mejor ejemplo de permanecer firme sin perder la compostura ni el aprecio de gran parte de su gente. 

Pese a su corta edad, asumió tan difícil encargo y en tiempos en los que ver a una mujer en un puesto de poder constituía toda una excentricidad. Nadie la enseñó a reinar, ella misma aprendió sabiendo ejercitar el discernimiento de saber escoger lo mejor, enmendar y pedir perdón, escuchar a los otros y adaptarse a las nuevas realidades que cada época de su tiempo le exigían. 

 En momentos en los que en varios países las monarquías se encuentran severamente cuestionadas, Isabel Alejandra María Windsor fue un ejemplo de que la valoración positiva de quien gobierna no se gana por demagogia o vacía popularidad, sino a fuerza de constancia, de testimonio de vida al servicio de su pueblo. 

La palabra cercanía es clave para entender el amor del pueblo británico por su Reina, los eventos que marcaron la II Guerra Mundial, son los de una verdadera líder que se pone al frente como el que ha venido no ha ser servido sino a servir (Mt 20,28). sus mensajes de esperanza a los niños ingleses, su valentía en el Servicio Territorial Auxiliar, donde aprendió a conducir y reparar camiones, junto a su escapada de Buckingham Palace, al término del conflicto, para celebrar con la multitud en las calles londinenses, son hechos que nunca olvida Inglaterra. 

Dice mucho de Isabel II, por ejemplo, el respeto que por ella siempre mostraron los 15 primeros ministros británicos, entre conservadores y laboristas, que gobernaron el Reino Unido durante sus siete décadas en el trono. Que países como Canadá, Australia o Nueva Zelanda, reconocidos mundialmente por su buena salud democrática, la siguieran considerando como su jefa de Estado. O que el movimiento independentista que promovió la salida de Escocia del Reino Unido a través de un referéndum en el 2014, una de las peores crisis de su reinado, nunca pusiera en duda la continuidad de Isabel II como monarca de los escoceses.

Todo eso solo se debe a luchar contra un virus que ataca a todo aquel que posee liderazgo político, el afán de protagonismo. Ante esto, Isabel II fue el ejemplo de eso que dice el Evangelio de Juan 3,28-30: “Es necesario que él crezca y que yo disminuya”, supo mejor que nadie, mantenerse en un discreto segundo plano, ocupar su lugar, pasar muchas veces desapercibida y dejar que los órganos de su gobierno cumplieran con autonomía sus atribuciones, con un férreo compromiso con la institucionalidad. Buen ejemplo para los políticos de todo el mundo.

La casi centenaria Reina nos deja la lección de dedicación y amor por las tradiciones de su Patria, todo un símbolo de unión y de fortaleza. Gracias a la solidez de sus convicciones, su fortaleza de carácter y de ánimo, al igual que su comprensión del papel que debía cumplir, le permitieron enfrentar grandes dificultades e inconvenientes de su familia tanto como su obligación de reflejar el apego de Inglaterra y del otrora imperio británico a las tradiciones que la han consagrado como una de las naciones más respetables en el concierto internacional.

En uno de sus últimos discursos nos dijo: “Cuando tenía 21 años, prometí mi vida al servicio de nuestra gente y pedí ayuda a Dios para cumplir ese voto. Aunque ese voto se hizo en mis años de juventud, cuando estaba verde en juicio, no me arrepiento ni me retracto de una sola palabra”. Esas palabras reflejan el compromiso vital de Isabel II, por encarnar el espíritu y los valores de su pueblo.

El papa Francisco en sus palabras de condolencias expresó, “para rendir homenaje a su vida de incansable servicio por el bien de la Nación y la Commonwealth, su ejemplo de devoción al deber, su firme testimonio de fe en Jesucristo y su firme esperanza en sus promesas”. Descansa en paz Reina del ejemplo. 

Mérida, 11 de septiembre de 2022





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