Mérida, Junio Sábado 10, 2023, 01:13 am
Las economías del Este
de Asia, al igual que el resto del mundo, se enfrentan a una situación inusual:
altos precios de las mercancías y disminución de la actividad productiva. Es
por esto que, desde los países de altos ingresos, pasando por las economías
consideradas como mercados emergentes, hasta las naciones en desarrollo, comienzan
a tomar medidas de política económica para revertir la tendencia que sigue la
economía mundial.
En este escenario
de crisis, la estabilidad financiera y el uso eficiente de los recursos
gubernamentales son metas a lograr en el corto plazo, mientras se apaciguan las
presiones inflacionarias generadas por el excesivo gasto público realizado
durante la pandemia del COVID-19 y el incremento de la estructura de costos de
las empresas como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. La solución
ha sido convencional, se insiste en el rápido endurecimiento de la política
monetaria tanto en los Estados Unidos, como en la Unión Europea, con su inmediata
réplica en el resto de países del mundo.
Una forma de
reducir los efectos de esta política monetaria restrictiva es la cooperación
financiera que practican y promueven los países del Este de Asia. En tiempos de
altos costos del financiamiento internacional, la cooperación se convierte en
una solución no convencional a la crisis.
En este orden, los
países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), junto con
China, Japón y Corea del Sur (ASEAN+3), han desarrollado espacios para la
cooperación financiera como forma de apoyo mutuo ante crisis de liquidez. Entre
estos se encuentran: La Multilateralización de la Iniciativa Chiang Mai (MCM) y
la Iniciativa de Mercados de Bonos Asiáticos (IMBA). Además, cuentan con la
Oficina de Investigación Macroeconómica de la ASEAN (OIMA), responsable de la vigilancia
e investigación acerca de la salud financiera de los países de la región.
En este orden, OIMA
promueve: 1) mejorar la divulgación de información económica y financiera que
permita analizar el nivel de vulnerabilidad de los países en tiempo real e
identificar ajustes de políticas a tiempo y por economía; 2) avanzar hacia un
fondo asiático donde se junten las reservas que han destinado a la MCM y son movilizadas
a través de la IMBA, para administrarlo de forma conjunta; y 3) avanzar en el
carácter vinculante de las propuestas realizadas desde OIMA como institución, lugar
de interacción directa entre ministros de finanzas de ASEAN+3 y los
representantes de sus bancos centrales.
Esta forma de
responder al escenario de recesión e inflación rompe con las prácticas
ortodoxas de la política económica maximizando los beneficios de la cooperación
regional. Así, se facilita el acceso a cantidades sustanciales de recursos que
están disponibles en caso de ser necesarios, un colchón para enfrentar crisis
que pueden surgir en cualquier momento como resultado del empeoramiento de las
condiciones financieras generales de los países. Una manera eficiente de
reducir los costos del financiamiento internacional.
De esta manera, los
países del Este de Asia demuestran la relevancia de trazar un camino para el
desarrollo institucional regional. En lugar de limitarse por la percepción
local de los altos costos del financiamiento multilateral —estilo FMI—, los
funcionarios del sudeste asiático avanzan activamente explicando los beneficios
del acceso a múltiples líneas de financiamiento que permite la cooperación
regional.
* @ajhurtadob