GANÓ LULA Y ¿QUÉ LECCIONES NOS DEJA EL CASO BRASIL? por Alirio Liscano
Alirio Liscano
I
Es la primera vez que un presidente fracasa en el intento por reelegirse (Bolsonaro), pero también es la primera vez que un presidente logra ser escogido para un tercer mandato (Lula). Tomemos la nota debida. El líder del PT le ganó a "todo el Estado Brasileño" que luchó hasta el último día por su mandatario candidato. Bolsonaro había convertido las fechas patrias en eventos para "pescar" votos. Y el Ejército y la Guardia Rural, en la región nordestina, bastión de Lula, hicieron campaña hasta el día del balotaje y dificultaron el paso de los electores a los grandes centros de votación.
La derecha carioca desesperaba por hallar una ruta para derrotar al Socialismo del Siglo XXI. Y su abanderado fracasó apoyado por militares de extrema derecha. Sin embargo, los brasileros percibieron la "naturaleza fascista, supremacista y antidemocrática" de su conducta política, bien reflejada en la vocación elitista del gobernante. De allí que Lula se erigió en la alternativa democrática de su pueblo contra este curioso fascismo tropical. Bolsonaro apeló a "todo" (usó las "redes" con calumnias, noticias falsas y sospechas; la descalificación de las instituciones, primeramente el Poder Electoral y los Partidos; el control del Poder Judicial con golpetazos para imponer sus "magistrados" y el ahora "cautivo" Congreso Nacional) y mostró, eso sí, que la derecha ya "perfeccionó" el "Lawfare", un invento para derrocar a un presidente electo en forma legítima y democrática, "sólo usando las propias leyes en vigencia". Y retengamos otra clave de la derecha política brasileña: se apoya en "grupos evangélicos" que actúan en forma participativa y protagónica en las bases populares, donde ejercen con eficacia "control religioso, político y territorial".
II
Vayamos ahora a "la verdad social", que es el ámbito en que los gobernantes "no pueden mentir". Ustedes ven "complicado" a Alberto Fernández, un dignatario progresista que heredó "una Argentina quebrada" por la deuda que contrajo con el FMI el derechista Macri sólo para robarse esos fondos. Si seguimos, vemos a privatizadores, La Calle y Lasso, uno matando al pueblo de hambre y el otro reprimiendo con el "orden público" que traduce violencia, ojos vaciados y muerte. Y si queremos más intensidad, miremos al frente y veamos la masacre continuada en Haití.
Lula, ahora, tiene que partir de cero, o sea, comenzar otra vez. Bolsonaro está contra todo en primer lugar "las mujeres", pero el asunto de fondo es que "destrozó la economía, la sociedad y la política". Lula, en su fecunda gestión anterior, sacó a 30 millones de brasileños del hambre, creó 15 millones de empleos y rescató a Brasil de los índices de miseria. El Programa Hambre Cero, la Bolsa de Comida, la entrega periódica de proteínas y lácteos, al lado de la expansión de la economía, la construcción, la actividad agropecuaria, industrial y forestal junto a las vigorosas exportaciones, determinaron que cuando salía del poder había "parao" la desocupación y los sondeos de opinión le reconocían el 72 por ciento de simpatía popular. Entre tanto, abreviemos, Bolsonaro está dejando un Brasil "bombardeado", pudiera decirse
"en escombros",
en el que se alzó con la medalla "récord" de 650 mil fallecidos por la Covid 19.
Vayamos a una conclusión: ese recuerdo, porque los pueblos amarán siempre a sus grandes "protectores", es lo que hace poco produjo esta diferencia de 2.3 millones de votos. Y va de una vez la reflexión final: Qué sentido tiene que nuestros pueblos sigan votando por "hombres infernales" que sólo vienen a ensayar nuevos métodos de violencia y dominación?. Necesitamos la "ética de Lula" para empujar los proyectos de la "América Latina Potencia". Nosotros Venceremos. AL.