Ya es año nuevo, nuestras ilusiones están colmadas de
nuevos escenarios y nuevos proyectos. Todos nuevos pasos que nos guían hacia la
confianza de vivir y compartir. Durante todo el 2022 los conduje por diversas
perspectivas relacionadas con hechos, contextos y situaciones económicas,
políticas, sociales, nacionales, regionales e internacionales sesgados hacia temas
como la universidad, tecnologías financieras o FinTech, organizaciones
digitales, pobreza humana, seguridad alimentaria, liderazgo femenino,
regionalismo, integración económica, economía monetaria, economía y
transformación digital, ética, derechos humanos, responsabilidad con el medio
ambiental y las finanzas regenerativas orientadas hacia el análisis de la
realidad en China, Japón, India, Indonesia, Vietnam, Corea del Sur, Tailandia, África,
Asean, RCEP, OMC y G20. Venezuela no se apartó de mis reflexiones, como
venezolana que investiga tengo la certeza y la oportunidad de soñar, construir y
perfeccionar mis propias interpretaciones para escucharlos y seguir adelante.
Blinde mi orientación particular sobre lo que está detrás
de mi sentimiento humano y lo percibido de sus preocupaciones como lectores. De
lo escrito hoy quiero rendir homenaje y dar la bienvenida al año 2023 a la cuna
de grandes ideas y de maravillosos sueños: La Familia.
La Familia como guía personal de nuestras vidas y
memorias, representa el equilibrio entre el cielo y la tierra. Ella nos enseña
y nos ayuda asimilar la influencia de nuestros sueños, visiones y realizaciones
de atractiva y divertida mística de la intensidad de visión interior. Con todo
bajo el cielo, la Familia es el fin ético del individuo y el comienzo moral de los
deberes y derechos fundamentales del equilibrio humano perfecto. En ella se hace
imperturbable la estabilidad sensible que ocasionan los avatares de los sueños,
realizaciones e influencia interior de realización exterior. En La Familia
perdura la energía espiritual que fluye hacia arriba y hacia abajo, en el frío,
en el calor, en la lentitud, en la rapidez. Ella congrega el Yin-Yang, la
infinitud del Samsara, la infinitud
del espacio, es el Ratnavishuddha.
La Familia es eso, que, al llover muy fuerte hace que las
gotas de lluvia no se vean, no se cuentan, no subsisten, solo renacen en número
de seres, ilusiones, esperanzas, confianza, fe y esperanza dentro de la ananta -infinitud, apramana - inmenso, asamkheyeya
– incalculable. La Familia hace de la meta individual un logro comunitario.
La Familia salvífica la existencia, la creencia, la
confianza, el comienzo y el final. Ella es peculiar en la dinámica de la
realidad que la hace constante y sometida a leyes, principios, normas que
regulan y armonizan la existencia, el comportamiento, el suceder y el hacer que
co-causa y co-gobierna la realidad y multiplicidad de la integridad interdependiente
de cosas, personas y situaciones, porque libera y apoya deseos, expectativas y
realizaciones individuales altamente interdependientes. Con La Familia se “cuida
el exterior tanto como el interior, todo es uno”. Con la Familia se tiene “una
casa […] fuerte e indestructible [sostenible en] cuatro columnas: Padre
valiente, madre prudente, hijo obediente y hermano complaciente”. La Familia es
la expresión de lo que eres y lo mejor que puedes brindar y dar a la vida y a
la sociedad.
A mi Familia Gracias por la integridad interdependiente
del amor incondicional. Y para las Familias en el mundo entero les deseo sigan
cultivando ese único nido que se adapta a nuestras necesidades, que nos libera
y nos permite disfrutar de lo que somos, tenemos y logramos.
