Mérida, Noviembre Jueves 30, 2023, 01:10 am
Prensa OVV Mérida
Para
ingrata sorpresa de las víctimas de distintos delitos, el rostro de sus
agresores suele ser muy conocido, incluso familiar.
Al
menos esa es la tendencia que viene registrando el Observatorio Venezolano de
Violencia en Mérida (OVV Mérida), en esta entidad andina, tras poner la lupa en
el dato específico relacionado con el tipo de victimario o, lo que es lo mismo,
sobre quiénes suelen ser los ejecutores de los delitos.
Así,
en lo que va de año 2023 -más concretamente de enero hasta la primera semana de
agosto- se han documentado 60 delitos de violencia interpersonal cometidos en
Mérida donde se conoció el tipo de victimario que consumó la transgresión.
Según lo que revelan los datos “hay una tendencia importante a destacar,
durante ese lapso observado, que los victimarios familiares y conocidos de las
víctimas desplazaron al segundo puesto a los delincuentes comunes”, detalla en
su informe el OVV Mérida.
La
evidencia de esta tendencia la corroboraron los investigadores del Observatorio
tras analizar la información que proviene del monitoreo de los medios de
comunicación que comparten sus informaciones en el escenario público.
El
particular rasgo de que los victimarios familiares y conocidos de víctimas de
violencia interpersonal ocupen el primer lugar (y que tal tendencia se venga
observando en los últimos años) puede encontrar su explicación, según el
estudio del OVV Mérida, “en el aumento que hemos detectado en los últimos
tiempos (2020-agosto 2023) de la violencia intrafamiliar, de género, sexual y
contra niños, niñas y adolescentes (NNA)”.
Por
otro lado, el ascenso de los victimarios familiares y conocidos, irrumpe a la
par de la reducción del porcentaje de delitos que ejecuta el hampa común.
Al
respecto, en el informe se explica que “la delincuencia común al parecer -y
hasta el momento- sigue perdiendo peso en la entidad, por diferentes razones
que ya hemos abordado en otros momentos: migración de delincuentes al
extranjero o que han ‘migrado᾿ al crimen organizado donde se enfilan a cometer
otros tipos de delitos más lucrativos que el robo: tráfico de drogas, trata de
personas, extorsión, entre otros; desmantelamiento de bandas delincuenciales de
parte de cuerpos de seguridad del Estado y muertes de delincuentes en
enfrentamientos con funcionarios de estos organismos”.
Porcentaje combinado
Retomando
sobre lo encontrado en la revisión de los medios y lo que muestra este 2023
(hasta inicios de agosto), según el OVV Mérida resaltan dos tipos de
victimarios: los familiares o conocidos de las víctimas y los delincuentes
comunes. “Ambas categorías concentran 90% del total de delitos documentados.
Esta es una tendencia creciente detectada al menos desde 2021, cuando en ese
año los aludidos victimarios concentraron 86% de los delitos registrados,
mientras que en 2022 ese valor subió a 87%”, exponen los investigadores sobre
las cifras.
Se
resume en el informe que desde 2021 y hasta la primera semana de agosto: “el
87,1% de los delitos de violencia interpersonal que hemos logrado documentar
por los medios, fueron perpetrados por aquellos victimarios (familiares o
conocidos de las víctimas y los delincuentes comunes)”.
Detrás
del anterior porcentaje se debe reconocer la existencia de algunas
especificidades que permiten observar las características de lo que pudiera
denominarse “el rostro de los agresores”. El primer elemento es que, en efecto,
tal como se apunta en el documento, los delitos cometidos por familiares y
conocidos de las víctimas aumentaron en valores porcentuales aun cuando en
términos absolutos de casos más o menos se ha mantenido alrededor de 58 casos
por año.
El
segundo aspecto -aclara el informe- “es que los delitos perpetrados por la
delincuencia común descendieron entre 2021-2022 en número (63 en 2021, 42 en
2022, 26 en lo que va de año con “pronóstico” a cerrar con más de 50 casos en
diciembre) y en porcentaje de importancia (44,4% en 2021, 36,2% en 2022, 43,3%
en lo que va de año con “pronóstico” a cerrar alrededor de 45% en diciembre);
sin embargo, en lo que va de año, han tendido a subir un poco como consecuencia
principalmente de la consumación de robos, los que han tendido a aumentar un
poco en la entidad en lo que va de año”.
Agresión puertas adentro
Desde
otra perspectiva, el estudio del OVV Mérida indica que entre los delitos que
con mayor frecuencia cometen familiares y conocidos de víctimas se encuentran:
las agresiones en primer lugar con 34,2% (asociadas principalmente a violencia
intrafamiliar, de género, sexual y contra NNA); luego le siguen los homicidios
intencionales con 22,6% (dentro de estos se han cometido femicidios, asesinatos
de niños/niñas y asesinatos en riñas) y en tercer puesto los delitos de
naturaleza sexual (violaciones y otras agresiones sexuales) con 26%. El
restante porcentaje (17,1%) lo representan los delitos de tentativa de
homicidio, amenazas de muerte/agresión, extorsión, secuestro y robos.
Un
dato revelador es que dentro de los victimarios familiares y conocidos se logró
precisar en detalle el vínculo con sus víctimas. Al respecto el informe
evidencia que el 27,4% de los delitos fueron cometidos por parejas o exparejas,
donde casi en la totalidad de los casos se trató de hombres victimarios y unos
pocos casos de mujeres agresoras. La agresiones y luego los homicidios
intencionales son los delitos que más cometen.
Luego
de las parejas o exparejas, le siguen en importancia otros parientes
consanguíneos de la víctima (26,7%). “En este caso la consumación de delitos es
más variada: agresiones, homicidios intencionales, amenazas de muerte/agresión
y violaciones sexuales. Los principales transgresores son hombres: tíos,
hermanos, primos, entre otros, pero también se han contabilizado casos donde
las victimarias son mujeres madres o madrastras de las víctimas”, explica el
informe.
Después
salen a relucir otros transgresores conocidos por la víctima con 21,2%, cuyos
principales delitos son agresiones y actos lascivos.
El
restante porcentaje (24,7%), evidenciado en los datos recabados, se corresponde
con otro variado tipo de victimarios (en el siguiente orden de importancia:
padre o padrastro, otro miembro del hogar, vecino o amigo) que se vinculan con
la víctima y que perpetran diferentes delitos pero principalmente
transgresiones de naturaleza sexual (violaciones sexuales y otras agresiones
sexuales).
¿Y los delincuentes comunes?
Aunque
la atención principal de estos nuevos datos compartidos por el OVV Mérida
reposa en las preocupantes revelaciones sobre el rol destacado que tienen los
victimarios familiares y conocidos de las víctimas, la delincuencia común no ha
dejado de marcar su huella en el escenario de la violencia interpersonal.
Al
respecto, el principal delito que consuman los delincuentes comunes es el robo
(56,5%) en todo el período observado. Luego le sigue en significancia las
amenazas de muerte/agresión (17,6%) y las agresiones propiamente (16%), delitos
que se conectan con el primero porque en muchos casos se dan al momento de la
perpetración del robo. También se vinculan con los delitos de extorsión y
secuestro. Por su parte, la consumación de homicidios intencionales e intentos
de homicidio intencionales de parte de estos victimarios, muestra una vez más
una caída progresiva que, tal como ya lo han señalado varias publicaciones
anteriores expuestas por el OVV Mérida, es una propensión que se mantiene.
El
informe del OVV Mérida cierra recalcando que al provenir estas cifras del
monitoreo que se realiza de forma mensual a los medios de comunicación -en
ausencia de estadísticas públicas- se presenta un subregistro difícil de
estimar, de manera que son sólo un número de casos que logran ser conocidos por
la sociedad a través de esta fuente. Ello significa que es muy probable que en
la realidad acontezcan más transgresiones perpetradas tanto por familiares y
conocidos como por la delincuencia común. / Prensa OVV / AS / CNP: 8965