Mérida, Diciembre Domingo 01, 2024, 01:36 pm
Prensa OVV Mérida
En
el conversatorio denominado Cobertura periodística en torno al suicidio, que
organizó recientemente el Observatorio Venezolano de Violencia en Mérida (OVV
Mérida), más de treinta asistentes, entre periodistas y estudiantes de la
carrera de Comunicación Social de la ULA, analizaron algunos de los aspectos
más controversiales referidos a la difusión de información pública vinculada a
la llamada violencia autoinfligida, una denominación que incluye la ideación
suicida, los intentos de suicidio y la muerte por suicidio.
La
actividad se cumplió en la sede de la organización Somos, ONG que ha mostrado
su preocupación por la discusión pública de temas relacionados con el suicidio
y que en esta oportunidad dio su apoyo logístico al OVV Mérida.
Como
facilitadores estuvieron los periodistas Nilsa Gulfo, coordinadora de
comunicaciones del OVV; Gustavo Páez, coordinador del OVV Mérida, Magda
Uzcátegui, quien es psicóloga y periodista, y Adelfo Solarte, encargado de
prensa del OVV en esta entidad andina.
El
conversatorio contó con la presencia de varios periodistas de emisoras de radio
y medios digitales, quienes, por su labor diaria, deben atender de forma
recurrente la redacción y difusión de noticias vinculadas con los intentos de
suicidio y las muertes por suicidio. Doce estudiantes de la carrera de
Comunicación Social, de la ULA, también acudieron a la cita formativa.
Decir antes que callar
Durante
el desarrollo del conversatorio, los facilitadores se ocuparon de recalcar una
máxima que han asumido las principales organizaciones internacionales
vinculadas con la salud (como la OMS y la OPS) y, más específicamente, a la
salud mental: que siempre será mejor abordar públicamente las informaciones
sobre la violencia autoinfligida, que optar por la desacertada medida de
silenciarlas o censurarlas.
En
ese sentido, Nilsa Gulfo, coordinadora de comunicaciones del OVV, explicó que
en el caso de esta organización se asume que las informaciones que generan los
periodistas sobre todo tipo de violencia “permite llevar un registro de casos
que ayuda a vencer la opacidad de las cifras del sector gubernamental”. Afirmó
que en el caso del abordaje a los casos de muertes por suicidio “es indudable
que la cobertura ha sido un factor clave en el estudio científico de este
problema en el país, pero particularmente en Mérida”.
Por
su parte Gustavo Páez, coordinador del OVV Mérida, destacó que los casos sobre
violencia autoinfligida reseñados por los medios constituyen una de las siete
fuentes de información para el estudio científico del problema. Precisó que en
todo el país el OVV da seguimiento diario a 85 medios de comunicación. “Este
dato ya de por sí indica la importancia que le damos a los aportes de medios y
periodistas”, agregó Páez al tiempo que, una vez más, dejaba establecida la
gravedad que el flagelo del suicidio ha alcanzado en Mérida.
Desde
una perspectiva comunicacional pero planteada desde sus conocimientos como
psicóloga, Magda Uzcátegui trató el delicado asunto de la incidencia, en la
audiencia, de la información periodística sobre los suicidios. Al respecto
señaló que cada información generará unas reacciones que dependerán de la
situación particular de cada persona. “Está claro que, por ejemplo, los
adolescentes pueden ser más susceptibles de ser afectados por una noticia sobre
una persona que se haya suicidado, si ese joven atraviesa un momento
emocionalmente difícil, en el que haya manifestado su ideación suicida”,
precisó la especialista.
Interiorizar los manuales
Las
intervenciones de los facilitadores si bien apuntaron a resaltar el trabajo
periodísticos, convergieron en la necesidad de que dicha labor sea asumida
apegándose a las recomendaciones que desde hace años vienen planteando no sólo
los entes mundiales de salud, sino también varias organizaciones periodísticas
que han basado sus orientaciones en la existencia de varias decenas de trabajos
de investigación que, desde el punto de vista científico, han demostrado que
una cobertura sensacionalista, reiterativa, exagerada en los detalles sobre los
métodos suicidas o especialmente descriptiva en torno al lugar usado para
atentar contra la vida, todo ello puede, en sí mismo, ser un factor generador
de más suicidios.
“Es lo que se conoce como el efecto imitación o efecto Werther, una situación movida por la difusión de contenidos inadecuados vinculados a los intentos de suicidio o a las muertes por suicidio”, refirió en su intervención Adelfo Solarte, periodista del OVV Mérida.
Solarte
mencionó la existencia de hasta seis manuales o guías para orientar el trabajo
periodístico a la hora de cubrir el suicidio. Aclaró que tales consejos, en su
gran mayoría, no son imposiciones de personas ajenas al trabajo periodístico,
sino que en su elaboración tales recomendaciones proceden de organizaciones o
profesionales del periodismo.
Estrategias a largo plazo
Los
periodistas presentes en el conversatorio tomaron ampliamente la palabra para
dar sus puntos de vistas. En casi todas las intervenciones los profesionales
presentes expresaron estar de acuerdo con la necesidad de concebir las notas
sobre los suicidios como un contenido altamente delicado, que no puede
manejarse de forma similar a otras informaciones de la cotidianidad y que
entraña una postura ética a la que es necesario darle respuesta.
El
OVV Mérida compartió con los asistentes no sólo las presentaciones de cada
facilitador sino también cuatro manuales o protocolos que deben ser leídos y
revisados en sus alcances. “No se trata de seguir las indicaciones
automáticamente, sino de que cada orientación sea producto de una reflexión del
profesional, en la que valore la pertinencia y viabilidad de esa recomendación
en específico”, recomendó Adelfo Solarte sobre los documentos.
Entre
los aportes que quedaron tras la dinámica de participación, por parte de varios
de los participantes, destaca el hecho de “pasar de la teoría a la acción, lo
que implica asumir una nueva narrativa enfocada hacia la prevención del
suicidio”.
También
los periodistas consideran que se debe delimitar con claridad las responsabilidades
periodísticas de aquellas acciones divulgativas inapropiadas que son
responsabilidad de “influencers, instagramers, youtubers, tiktokers y usuarios
en general de las redes sociales” ya que en buena medida, estiman, son estos
los que mayor perturbación social pueden ocasionar con la difusión no
profesional de casos de suicidio. Al respecto proponen que se deben generar
estrategias que logren atraer a los principales generadores merideños de
contenido para que asuman su responsabilidad pública. Sobre este particular es
mucho lo que pudiera hacerse desde el Colegio Nacional de Periodistas (CNP),
seccional Mérida, en función del importante peso que tiene este gremio ante la
opinión pública de la entidad.
También sumaron a las acciones futuras “lograr que en Mérida sea decretada la condición de Problema de Salud Pública, en cuanto al suicidio”, una declaratoria que permitiría generar otras dinámicas políticas, gubernamentales y sociales para atender la magnitud que ha tomado la violencia autoinfligida en Mérida.