Al Filo de La Verdad

Agua y sal = salario por Giovanni Cegarra

Sin haber sido anunciado el nuevo aumento salarial, ya todo iba por arriba de las nubes, el deterioro salarial y del bolsillo de los venezolanos, iba palo abajo, ante una presencial especulación de cualquier tipo de producto alimenticio, artículo, medicinas, etc., ante la mirada impávida de quienes, por necesidad, pagaban lo que les cobraba el bachaquero de oficio, en farmacias, supermercados, abastos, comercios, a donde acudía a buscar lo que ya era inaccesible.

Tal es la especulación, que ya ni un racimo de maduros se puede adquirir, no hablemos del pasaje en las pocas busetas que circulan en la ciudad, porque las que no circulan porque sus propietarios no tienen como echarles aceite, ponerles cauchos pero cuando les sale un viajecito a la frontera, aparece el aceite, los buenos cauchos, aparte de que se salen de la ruta establecida en la concesión municipal para operar como tal.

Anuncian el nuevo aumento salarial y ya es agua y sal. Todo ha subido, sin son ni ton, cada día, noche, minutos, hora, nadie protesta, pagan, protestan a regañadientes, “que la necesidad obliga” dicen; los especuladores y bachaqueros hacen de las suyas, ante la mirada indiferente de quienes aseguran, están prestos a controlar que nada se salga del rango de ganancia comercial establecida pero no se sabe donde andan, donde están, donde operan, no hay control de precios, todos hacen los que le viene en gana.

Agua y sal, igual salario. Uno que otro por ahí medio se alegra, el resto ni les escribo todo lo que expresan y con toda razón, porque los precios suben y suben sin control alguno, el deterioro es total, cualquiera anhela poder disfrutar, como debe ser, de un aumento salarial pero en la actual situación económica del país, imposible y lamentablemente, no hay quien le ponga el cascabel al gato, no hay gobierno que valga, punto redondo.