La situación circunstancial en Venezuela empeora, arrastra a todos
los venezolanos por igual, sin distingos de clase y posición política y
en medio del diluvio económico, las turbulentas aguas se llevan por
delante a nuestra Fiesta Brava, que flota en
un trocito de madera, a duras penas, duro reconocerlo pero ello no
implica, que no sigamos adelante, luchemos, a como dé lugar, para
mantenerla a flote, con todo y crisis.
No vale rendirse, bajo ningún concepto, dirán algunos que ando de
locura en esta crisis circunstancial venezolana, pero es todo lo
contrario, en tiempos de crisis se crece y cuando se lleva bien sembrada
una pasión y afición, como la nuestra, la meta es
batallar para vencer la adversidad, con tenacidad, esfuerzo, voluntad,
ganas de trabajar, dentro de lo que cabe, por mantener viva la llama de
nuestra Fiesta Brava, que bien es cierto que se la tiene super dura,
pero ello no conlleva a que la dejemos morir,
hay que continuar luchando por ella y olé.