Cada vez que amanece, el pueblo venezolano, piensa en lo que habrá de suceder en el día, que podrá conseguir, penuria o vicisitud deberá afrontar, si tiene celular caerá en la mediatización reinante en las redes sociales por la que escriben la mil y una cosas, falsas, verdaderas, necedades, insensateces, politiqueras que ya cansan, etc., seguirá respirando aire valerianizado, encarar la realidad país, sin luz, agua, gas, gasolina, alimentos y si los consigue, pagarlos a precio de bachaquero, en fin, es todo un pueblo de buen aguante, no hay duda en ello, para soportar tanta calamidad que se vive hoy día, a lo que suma la crisis emocional familiar por los que se fueron al exterior, al reino celestial por falta de medicinas y pare de contar.
Carajo, en verdad, que Venezuela tiene un pueblo de buen aguante, se cala todo como si nada, buena parte se lo toma en juego, chiste, si algo pasa, que eso es culpa de Maduro, de la oposición que ya no sabe que hacer, de fulano y zutano, que hay que salir a marchar pero con eso nada se logra, etc., etc., etc. y así va el pueblo, cada día, escuchando lo que no se va dar, promesas van y vienen, mentiras piadosas, diría mi difunta madre, “son pura bulla, ni saben como encaramarse en una escalera”.
La coyuntura socio económica política
venezolana, afecta a todos por igual, aquí no se salva nadie de ella, están
llevando del bulto todos, “aguantando la mecha”, a expensas de una salida que
aún no tiene ni razón de ser ni nombre ni apellido, en medio de un gran pleito
de cocineras cuyos pésimos protagonistas son los mal llamados líderes políticos
de cualquier bando, que juegan a su antojo con el aguante del pueblo y como van
las cosas, ni Mandrake ni Macgyver que aparezcan, a más ver, con Dios.