Mérida, Octubre Domingo 13, 2024, 07:38 pm
El veto de Google a Huawei, seguido de nuevos portazos de otras empresas estadounidenses, como Intel o Qualcomm, ha tensado la cuerda en la industria tecnológica. La inclusión de Huawei en la lista negra de Estados Unidos impide a las compañías de este país vender hardware y software a la firma china. Las consecuencias no se pueden prever a largo plazo. Pero sí se espera que haya represalias por parte de Pekín.
La guerra comercial que libran ambos países ha sido un toma y daca intermitente durante el último año. Donald Trump ha vuelto a subir el tono del enfrentamiento y cabe esperar que el Gobierno chino haga lo propio. ¿Podría su próximo movimiento tener como objetivo el iPhone? En China Huawei es una compañía que contribuye internacionalmente a la marca del país. Lo mismo que Apple para Estados Unidos, así que no resultaría descabellado que el Ejecutivo chino buscara el desquite en el smartphone de Apple.
En un ejercicio de ficción política, en el que el Gobierno chino impidiera a las compañías nacionales hacer negocios con Apple, la fabricación del iPhone se vería seriamente afectada. La multinacional estadounidense publica una lista donde detalla los proveedores con los que trabaja, más de 200, de 43 países diferentes.
Dentro de esta lista hay un buen montón de empresas chinas y también muchas taiwanesas, que han forjado su negocio a base de levantar fábricas en las zonas económicas especiales, creadas por Deng Xiaoping en los ochenta. Aunque Apple no revela cuáles trabajan en el iPhone ni qué componentes específicos aportan.
Una de las firmas que proporciona las baterías del iPhone es Sunwoda Electronic, con sede en Shenzhen, aunque también Samsung provee de este componente. BYD Electronic, filial del fabricante de coches chino BYD, produce piezas para móviles y figura entre las compañías que sirven a Apple.
Nombres poco conocidos como AAC Technologies (fabricante de receptores, módulos de altavoz miniaturizados, micrófonos), Cathay Tat Ming Precision Metal Products (producción de metales), Chengdu Homin Technology (piezas de contacto de la batería, elemento de protección) o China Circuit Technology (circuitería) son otros ejemplos de empresas chinas que sirven a Apple.
También trabajan en el iPhone infinidad de compañías taiwanesas, que fabrican en China y podrían verse sometidas a restricciones por Pekín. Los chips de la serie A los diseña Apple, pero los produce TSMC, el mayor fabricante de semiconductores del mundo. Sus fábricas están en China y en Taiwán. El iPhone lo ensambla Foxconn, fuertemente implantada en el gigante asiático. Apple trabaja con otra compañía taiwanesa, Pegatron, que a raíz de la guerra comercial ha movido algunas de sus fábricas a Indonesia.
En cuanto al software, en Estados Unidos y Europa no se usan apenas aplicaciones chinas en los terminales de la empresa de Cupertino. Solo algunas son populares entre los usuarios, como la de AliExpress (del gigante chino Alibaba) o TikTok, la red social de vídeos musicales que hace furor entre los más jóvenes (perteneciente a ByteDance, una compañía china de Internet).
Pero China podría cortar por lo sano si quisiera. Si Trump ha impedido la venta de dispositivos Huawei en Estados Unidos, Xi Jinping podría hacer lo propio con los Iphones. Solo que Huawei no está presente en el mercado americano. Apple, en cambio, obtuvo en 2018 más del 15% de su facturación en el gigante asiático. Tampoco sería algo descabellado. No hay que olvidar que Google, Facebook o Amazon están vetados en el país asiático. Apple es, en realidad, una excepción de la regla.
Muchas cosas, como ya se ha visto estos días. El software es la parte más delicada. Los terminales Huawei y Honor (la segunda marca del fabricante) tendrán que abandonar Android, tal y como lo conocemos. Trump ha dado una prórroga de tres meses, a partir de la cual Google dejará de actualizar el sistema para Huawei.
A falta de ver cómo esto afecta realmente a los usuarios –el código abierto de Android ofrece ventajas para crear un nuevo sistema operativo– las aplicaciones estadounidenses son una parte vital para los teléfonos de Huawei. Ni la suite de apps de Google (Gmail, Maps, YouTube, Calendar, Drive, el buscador…), ni Facebook (junto con Instagram, WhatsApp, Messenger), Netflix, Twitter, Amazon o Skype estarían permitidas en los terminales de la marca china.
Está por ver si Huawei logra construir una plataforma que permita ejecutar todas estas aplicaciones desarrolladas para Android. Hay precedentes que hacen posible este supuesto, como el sistema Sailfish OS. Lo que no podrán hacer los usuarios será usar Google Play para descargarse estas aplicaciones, porque Google sí puede impedir su funcionamiento en los dispositivos Huawei.
En el plano del hardware, los terminales de Huawei también son altamente dependientes de las importaciones estadounidenses. El fabricante chino, que diseña sus propios procesadores, afirma tener componentes almacenados para surtir sus fábricas durante los próximos meses. Pero tarde o temprano notará la ausencia de las antenas de Qualcomm y Broadcom y, sobre todo, de las memorias de Micron y Western Digital.
Las estadounidenses Skyworks y Qorvo venden módulos con capacidades de red, 3G y LTE a Huawei y Corning proporciona el cristal Gorilla Glass para la pantalla. Por no hablar de las europeas o japonesas que se pueden sumar al veto, como ya ha hecho el fabricante de chips alemán Infineon Technologies.
EL PAÍS