Mérida, Abril Viernes 19, 2024, 07:30 am
Estaba
escrito que Hungría iba a ser el Gran Premio de Max Verstappen pero el
sueño del piloto de Red Bull solo duró 67 vueltas. El holandés había conseguido el sábado la primera pole de su carrera deportiva
y en la carrera certificó su excelente estado de forma aunque no pudo
lograr su segunda victoria consecutiva de la temporada. La distancia con
Lewis Hamilton sigue siendo un mundo en el Mundial. Verstappen se
la prometía felices gracias a una buena salida, en la que mantuvo su
primer puesto, y a una gran primera parada, en la que mantuvo los
tiempos y las distancias. Si Hamilton dudaba en
mantener las gomas al máximo y montar blandos en las últimas vueltas
para atacar al neerlandés, el aumento de tiempos intermedios le hizo
desistir de la idea y montar neumáticos con los que llegar al final de
la carrera. Antes había montado un pequeño teatro tratando de engañar a Red Bull,
amenazando con entrar a boxes y con sus mecánicos corriendo con las
ruedas en las manos. No picaron ante la buena carrera que estaba
realizando su jefe de filas y mantuvieron a Max en pista. Mientras tanto la lucha en la zona media favorecía a Carlos Sáinz,
que se upó a la quinta plaza tras una malísima parada de Lando Norris.
Cuando decidió parar (vuelta 30) el objetivo era salir por delante de Hulkenberg y
lo logró, afianzándose en esa quinta plaza. Poco después llegó uno de
los momentos más interesantes y emocionantes de la carrera, cuando Hamilton y Verstappen
coincidieron en la vuelta 39. El británico trató de rebasar al holandés
durante cuatro curvas pero el Red Bull se mantuvo firme y el Mercedes
acabó saliéndose de pista perdiendo toda la ventaja posible para
intentar un adelantamiento al entrar cinco vueltas después, tras haber
enfriado algo sus neumáticos, Hamilton volvió a la carga.
El coche de la flecha plateada se acercaba muchísimo a Verstappen.
Ambos estaba separados por un segundo. El inglés parecía olvidar todos
sus problemas en los frenos (sobrecalentamiento que se
comprobaba por un humo constante que salían de sus ruedas) y se le
inyectaba sangre en ojo. Pero cuando parecía que iba a lanzar el ataque
definitivo volvió a entrar en boxes para instalar neumáticos medios.
Desconcierto en Red Bull, que se veía con la carrera en el bolsillo.
Los ingenieros estudiaban qué hacer para mantener esa diferencia con el
líder del campeonato. Esta maniobra le dio al inglés el triunfo. Los 20 segundos que Verstappen le sacaba a Hamilton impedía a Red Bull entrar a boxes para realzar un último cambio de gomas. Estrategia arriesgada de Mercedes,
que pretendía beneficiarse del gran ritmo de Hamilton y mostraba su
ambición por ganar en Hungaroring. Si Verstappen entraba en boxes perdía
toda la distancia y si se mantenía en pista perdería tiempo por la
degradación de los neumáticos. Dudas en Red Bull y sudor frío por la espalda del neerlandés,
que además, veía como Hamilton conseguía una vuelta rápida pero
confiaba en tener tiempo suficiente para entrar primero. Volaba el
piloto de Mercedes, perpretando su asalto final en las últimas diez
vueltas, tratando de alcanzar a Verstappen mientras el holandés
procuraba mantener sus neumáticos. Las radios echaban humo
y las previsiones llevaban a una última vuelta apasionante. Mercedes
luchaban contra el crono y Red Bull contra las gomas. Pero Hamilton era
un avión y rebasó a Verstappen a falta de tres vueltas. Carrerón de
Mercedes y premio para sus ingenieros y su estrategia. Vettel completaba el podio y Carlos Sáinz lograba, por segundo Gran Premio consecutivo, un quinto puesto. abc