Mérida, Abril Miércoles 17, 2024, 08:01 pm
La revisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos que a nivel regional hacen seguimiento del comportamiento del virus de la pandemia, expresan con claridad que mientras en China, país de origen de la pandemia, se ha logrado el control y no pareciera peligro de recidiva, al menos a corto plazo, Europa prácticamente ha comenzado la fase 1, es decir, la flexibilización de las medidas de confinamiento; España la comienza en una semana. La situación de la América es distinta.
Después del brote tan violento y explosivo que tuvo el comportamiento del virus en los Estados Unidos, particularmente en la ciudad de Nueva York, menos en California y el estado de la Florida, los ojos de los epidemiólogos se centran en la América Latina, es el nuevo epicentro de la pandemia.
Brasil luce como el país con mayor riesgo, está en el segmento ascendente de la curva para alcanzar el pico en unos días o escasas semanas. Para usar palabras coloquiales, “la curva se ha empinado y el pico está a la vuelta de la esquina”. Con más de diez mil muertes por el Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS) hasta la fecha, cifra que podría dispararse exponencialmente en los días venideros.
Argentina ha estado en la línea, con menos de quinientos muertos hasta el presente, que también pareciera aumentar a corto plazo, con el agravante de un costo socio-económico muy elevado.
En chile, la capacidad sanitaria ha sido copada al límite, con más de 62.000 contagiados según anuncio oficial. Las cifras también muestran una tendencia ascendente.
El virus golpeó fuertemente al país ecuatorial, con varios miles de muertes.
En México los contagios sobrepasan los 70.000 con menos de diez mil fallecidos.
El caso de nuestro país Venezuela, hasta ahora, muestra las cifras más bajas de la región, con menos de un millar de contagios y muy pocas muertes, pero la última data indica que los contagios aumentaron casi el 50% en la última semana, crecimiento que da signos que la situación podría cambiar aceleradamente.
Todo lo anterior configura un panorama particular para la América Latina, que impone mantener las medidas sanitarias ya conocidas y el deber de una población a hacer observancia de las mismas para evitar brotes tan explosivos como en otras regiones del mundo. Las próximas seis semanas serán decisivas para la mayoría de los países de la América latina.