Mérida, Abril Sábado 20, 2024, 06:34 am
Enrique
Rivera
Diario
Frontera-El Informador Giga 91.3 F.M
Durante este lunes a dos centros de
salud ubicado en la población de
Zea y el otro en Trujillo, ingresaron dos casos de mordeduras de serpientes
tipo Guayacán.
Según el primer caso
fue una sexagenaria fue mordida en el pie derecho, por una serpiente Guayacán cuando realizaba
labores agrícolas en el sector El Filo del municipio Zea.
Este hecho ocurrió a las ocho de la mañana del lunes en una
hacienda de dicha población merideña, donde los familiares la trasladaron al
Hospital de Zea; y después al nosocomio de San José de Tovar, estos dos centros de salud a no
contar con el antídoto, fue remitida al Iahula, donde tampoco no tenían los
sueros, para el momento,
La ciudadana fue
identificada como Ana Consuelo Parada
Velazco (60). Donde se comunicaron con el Mayor (B) Luis Contreras de Bomberos
Inea Maracaibo, quien es el encargado de
llevar el antídoto por todo el país.
Destacó el mayor (B) Contreras, que fue contactado por una
hija de la víctima para atender el caso, informando que para el momento se
encontraba en Caja Seca y tenía disponible kits de sueros antiofídicos,
logrando con ayuda de los familiares, trasladarse al Hospital Universitario de
Los Andes para poder salvarle la vida a la la ciudadana que
fue atacada por este reptil.
Mientras el segundo caso ocurrió en la jurisdicción de Trujillo, donde una serpiente de la especie Rabo Amarillo mordió en la mano
derecha a un adolescente.
El joven fue identificado como Yoandry Eduardo Castillo (13), quien se
encontraba en un sector rural de Agua Viva, Eje Panamericano del estado
Trujillo, la mañana del lunes cuando fue atacado por la culebra, por lo
que trasladado al Hospital Dr. Luis Razzetti
de Mene Grande, estado Zulia.
Manifestó Contreras que los
meses de enero a marzo se presenta incremento de mordeduras de serpientes
debido a los calores e incendios forestales que hacen que estos animales salgan
de sus madrigueras y se dirijan hacia zonas pobladas. Además se agrava por la
falta de sueros antiofídicos en los hospitales rurales.