Mérida, Diciembre Domingo 10, 2023, 05:27 pm
El metaverso es un término
que apareció por primera vez en la novela de ciencia ficción Snow Crash (1992),
de Neal Stephenson. La distopía tecnológica predicha por este autor
estadounidense de obras de ciencia ficción, computadoras y nuevas tecnologías,
se ha hecho realidad y se considera el próximo estadio de Internet. Representa
un cambio de paradigma de lo digital como hasta ahora se conoce, porque permite
a los usuarios experimentar el ciberespacio en tres dimensiones e involucra el
uso de los cinco sentidos mediante las tecnologías inmersivas. Es decir, el
mundo digital en una nueva dimensión donde el tradicional intercambio de
información se sustituye con Internet de la experiencia.
Aún no existe
consenso sobre cómo podría —o debería— evolucionar el metaverso. Para algunos expertos
en tecnología digital, el metaverso es una red masiva e interoperable de mundos
virtuales tridimensionales en tiempo real; experimentados de forma sincronizada
por todos los habitantes del planeta. Mientras que, para otros, es el espacio que
permitirá la transformación digital de la economía mundial. Dado que facilitará
la interacción de empresas que incorporen la tecnología Blockchain en sus
operaciones y estén en capacidad de: a) permitir el intercambio de
criptomonedas, b) admitir el cambio de Tokens No Fungibles (o NFT por sus
siglas en inglés), y c) desarrollar un mayor control y propiedad de sus datos.
Todo esto estimulará a los consumidores a experimentar mundos virtuales
inmersivos utilizando teléfonos inteligentes y computadoras.
A partir de esta
falta de consenso acerca de la evolución que tendrá el metaverso, se puede
asegurar que dicha red enfrenta retos similares a los que en su momento
afectaron la adopción de Internet. En este orden, sobresalen: las normativas
sobre protección y localización de datos, la gestión del espectro, la competencia,
la ciberseguridad, entre otros.
Es decir, las
restricciones territoriales que tienen las empresas para almacenar o procesar
los datos en un determinado país —por requisitos de localización de datos y
restricciones a la transferencia internacional de datos—, añaden importantes
costos a cualquier iniciativa empresarial de incursionar en el metaverso. De
igual manera, en la medida que los países se preocupen más por la seguridad y
la soberanía de los datos, se dificultará la libre circulación de estos, con
incidencia en el desarrollo de las operaciones transregionales —fundamentales
para el comercio electrónico—. En este sentido, es probable que avancemos hacia
una Internet dividida, donde los productos, los usuarios y los datos se
encierren en conjuntos separados por esquemas de regulación.
Por otra parte, la
recopilación de datos personales es un reto para el metaverso. Los cascos de
realidad virtual equipados con sensores que rastrean los movimientos de los
ojos, las manos y el cuerpo, controlarán las expresiones faciales y las
características individuales de la población. Estos datos son valiosos para los
gobiernos interesados en garantizar la seguridad y la privacidad de sus
ciudadanos, lo que dará mayores motivos para la formulación de estrictos marcos
normativos locales. De esta forma aumenta la probabilidad de avanzar hacia una
red fragmentada en redes nacionales, en lugar de un metaverso conectado
globalmente.
El conjunto de
normas gubernamentales y comerciales que fragmentan hoy Internet amenazan con reducir
la interoperabilidad e interconexión del metaverso. Es por esto que se
necesitan acciones intergubernamentales para facilitar la digitalización de la
sociedad y el aprovechamiento del metaverso como tecnología. Algunas de estas
pueden ser: 1) cooperación internacional en el desarrollo de aplicaciones
empresariales en el metaverso, 2) iniciativas intergubernamentales para abordar
desde el metaverso los problemas del cambio climático y el desarrollo de
energías alternativas, 3) superar de manera conjunta los problemas relacionados
con el acceso desigual a Internet y a las nuevas tecnologías, y 4) reforzar la
cooperación gobierno-empresa privada en la definición de objetivos específicos
que aseguren mayor innovación e incorporación de la población a los cambios que
trae la nueva tecnología. La adopción masiva del metaverso no está garantizada,
pero debemos prepararnos para que esta red no quede en manos de una o pocas
personas.
* @zerpasad