Isabel II nombra primera ministra a Liz Truss, la número 15 de su lista de mandatarios desde que es Reina de Inglaterra

Truss es la primera que es nombrada fuera del Palacio de Buckigham o del Castillo de Windsor

Liz Truss se convirtió este martes en la primera ministra británica, y en la tercera mujer que asume ese cargo, después de que la reina la nombrara oficialmente como tal. Con Truss, son quince los primeros ministros que han pasado por las dependencias oficiales de Isabel II, pero ella es la primera que es nombrada fuera del Palacio de Buckingham o del Castillo de Windsor. La monarca, que cumplió 96 años en abril, sufre problemas de movilidad, por lo que decidió no viajar a Londres y recibir en el Castillo de Balmoral, en Escocia, donde ha pasado el verano, tanto al ya ex primer ministro Boris Johnson, que le presentó su renuncia al mediodía, como a la nueva premier.

«El muy honorable diputado Boris Johnson tuvo una audiencia con la Reina esta mañana y presentó su renuncia como primer ministro y primer lord del tesoro, que su majestad tuvo el agrado de aceptar», indicó el Palacio en un comunicado una vez que Johnson y su esposa, Carrie, abandonaran el castillo. Después se produjo el encuentro con Truss, que llegó acompañada de su marido, Hugh O’Leary. La audiencia, como las anteriores, fue privada, sin cámaras y, como es costumbre, no trascendió ni una palabra sobre la conversación entre ambas mujeres. Truss regresó entonces a Londres, donde a las puertas del número 10 y en unos minutos de tregua de la lluvia que caía sobre los periodistas allí reunidos, dio su primer discurso como primera ministra. «Permítanme rendir homenaje a mi predecesor», empezó diciendo, y puntualizó que Boris Johnson consumó el Brexit, puso en marcha el programa de vacunación contra el Covid y «se enfrentó a la agresión rusa». «La historia lo verá como un primer ministro de gran trascendencia», aseveró, dejando claro, una vez más, la estrecha relación que los une..

Tras afirmar que se siente «honrada de asumir esta responsabilidad en un momento vital para nuestro país», ya que «la terrible guerra de Rusia en Ucrania» y «las secuelas del Covid» hacen que el Reino Unido se esté enfrentado «a fuertes vientos en contra», consideró que es momento de hacerles frente con medidas que transformen al país en una nación «con empleos bien remunerados, calles seguras y donde todos, en todas partes, tengan las oportunidades que se merecen». «Tomaré medidas hoy y todos los días para que esto suceda», prometió y detalló que sus tres prioridades son la economía, la crisis energética «provocada por la guerra de Putin» y la mejora de los servicios del sistema nacional de salud. «No debemos desanimarnos por los desafíos que enfrentamos, por fuerte que sea la tormenta, sé que el pueblo británico es más fuerte. Estoy segura de que, juntos, podemos capear la tormenta».

El presidente estadounidense Joe Biden fue uno de los primeros en felicitar a Truss en un mensaje en Twitter: «Espero profundizar en la relación especial entre nuestros países y trabajar en estrecha cooperación en los desafíos globales, incluido el apoyo continuo a Ucrania mientras se defiende de la agresión rusa», escribió.

Por su parte, antes de presentar su dimisión a la reina, el todopoderoso ya ex primer ministro británico que parecía flotar por encima de los escándalos, que llegó en sustitución de Theresa May en julio del 2019 y celebró una histórica victoria por mayoría absoluta para los conservadores en diciembre de ese mismo año, dio también, a las 7.30 de la mañana hora de Londres, su último discurso como ‘premier'.

«Esto es todo, amigos», dijo Johnson frente a la puerta del que fue su hogar y su oficina durante tres años, hasta que la situación se convirtió, en sus propias palabras, “en una carrera de relevos» en la que «se cambiaron las reglas a la mitad».

Sin entonar ningún mea culpa ni pedir disculpas por los escándalos que finalmente acabaron con su dimisión, sacó pecho enumerando los que consideró los logros de su mandato, y tiró de una curiosa metáfora: “Permítanme decir que ahora soy como uno de esos cohetes propulsores que ha cumplido su misión, y ahora entraré suavemente a la atmósfera, aterrizando invisiblemente en algún rincón remoto y oscuro del Pacífico». La era Johnson ha quedado atrás.

AGENCIAS / ABC