Mérida, Octubre Miércoles 09, 2024, 05:06 am
La exorbitante descarada especulación que afronta y confronta el colectivo venezolano y por ende, el merideño, sobrepasa los límites de aguante que pudiera tener un padre de familia que devenga un paupérrimo salario e ingresos por otra fuente, en una economía totalmente dolarizada, que se mueve al libre albedrío, en el sobreprecio que diariamente cobran por los productos de primera necesidad, en fin, por todo tipo de artículo, sea alimentario, de uso personal, medicinas, transporte público, hasta por una cita médica, etc., etc. y lo peor del caso es que nadie protesta, sumisos caen todos.
En Mérida, la descarada especulación, no tiene control alguno. El ente oficial que le debe darle un parao a la misma, parece no existe y si existe, será de puro nombre y eso, si acaso. Prácticamente cada hora, sin pecar de exageración, el comerciante hace de las suyas, juega con la capacidad que pudiera tener, cualquier habitante de esta urbe andina, para hacerse de un artículo de primera necesidad, ya que si no lo puede adquirir el día que lo requiere, mucho menos lo podrá hacer al día siguiente, pues ya tendrá un nuevo costo, todo un calvario que incide, irremediablemente, en su calidad de vida
La pregunta de las mil lochas ¿qué hacer?. La respuesta no se asoma por ningún lado. ¿No comprar el producto alimentario? pero cómo dejar de hacerlo, si de carambola, muchos en la ciudad, a duras penas si comen una vez al día y no exagero. En medio de este negro panorama, el colectivo no protesta, se la come verde, se cala la especulación, sin pretender ofender, caen en manos del especulador como los propios zombies, es la cruda y patética realidad que se vive y convive en Mérida, ciudad que ya algunos catalogan, como la más cara del país, aunque los politiqueros de oficio digan lo contrario, la prueba de que la descarada especulación, se ve a diario en la calle y ya nos podemos imaginar cómo cabalgará para final de año, “la cosa está ruda” dirían mis ancestros, mentiras no son.