Mérida, Diciembre Domingo 10, 2023, 03:25 pm
El actual contexto
geopolítico mundial ha incrementado la incertidumbre acerca del futuro de la
humanidad. Por un lado, cada día aumenta más la probabilidad de una recesión
económica que incremente los problemas ya generados por la actual inestabilidad
e precios que vive el mundo. Y, por otro lado, surge la necesidad de hacer las
cosas de manera distinta a nivel de gobierno, empresa y hogar, para superar las
actuales dificultades. Así, el conflicto comercial entre los Estados Unidos y
China, la pandemia del COVID-19 y la invasión de Rusia a Ucrania son a la vez
problemas que afectan a todo el planeta y constituyen la oportunidad para
realizar nuevas actividades desde distintos ámbitos de la economía
internacional.
Vietnam así lo ha
entendido, hasta capitalizar los beneficios de la promoción inteligente de la
actividad empresarial como resultado de profundas reformas internas iniciadas a
mediados de la década de 2000 —entre estas: la Ley de Inversiones de 2000 y la
Ley de Empresas de 2005—. Este marco normativo, plenamente aplicado desde 2015,
ha permitido a las empresas extranjeras adquirir participaciones mayoritarias
en empresas nacionales. A partir de lo cual Vietnam comenzó a tener participación
en el comercio mundial de bienes de última tecnología y sus componentes, logrando
elevados niveles de calidad y garantía de entrega puntual de las mercancías
dentro de cada cadena de valor. Los resultados son tan evidentes que, entre
2010 y 2020, las exportaciones vietnamitas de productos electrónicos, ordenadores
y componentes crecieron a una tasa media anual del 28,6%, un crecimiento de dos
dígitos que otros países quisieran lograr.
Otros cambios
fundamentales fueron la reducción de los costos de la actividad empresarial y
la simplificación de la relación tributaria con el sector público. En el primer
ámbito, los menores costos laborales, el bajo precio de servicios públicos como
electricidad y agua, así como la amplia y económica cobertura a Internet,
permitieron a Vietnam desarrollar una ventaja comparativa hasta afianzarse como
centro mundial de productos electrónicos. Y, en el segundo ámbito, las reformas
administrativas incluyeron una mejora en tiempo y recursos destinados para la
declaración de impuestos que, junto a la reducción de tipos impositivos generales
en un 2% y la exención cada cuatro años del impuesto de sociedades,
consolidaron un clima favorable a la inversión extranjera.
La suma de estos
esfuerzos ha permitido al país incrementar su importancia en el mercado mundial
de productos electrónicos, asumiendo un papel preponderante en las actividades
intermedias de la cadena de suministro de este sector: el montaje de productos
acabados para su exportación por parte de empresas extranjeras. Mientras que,
por ahora, las actividades previas como el diseño del producto y la producción
de subcomponentes, se realizan en otros países —Estados Unidos y Corea del Sur
suelen completar el diseño del producto, mientras que China se encarga de la
producción de subcomponentes—.
El siguiente paso
es lograr un aporte más significativo en la cadena de valor. Lo que viene de la
mano de una mayor calificación de la mano de obra y el desarrollo de
conocimientos que permitan aportar nuevos diseños y dispositivos que faciliten
el crecimiento del sector. En este orden, la acción conjunta gobierno-empresa
ha emprendido la titánica tarea de mejorar las competencias de la población
económicamente activa de Vietnam, con la ambiciosa meta de lograr que el país
alcance niveles de escolaridad similares a la de países de ingresos medios.
Este país asiático demuestra que es necesario estar preparado para aprovechar
las oportunidades.
* @ajhurtadob