Alejandro Talavante, torero de un corte artístico que le mantiene como una de las más importantes figuras del toreo. Foto: EFE
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
A poco de aperturarse
oficialmente la venta del abono, el cual trámites burocráticos a nivel
municipal han estado retrasando, otra gran novedad para el serial emeritense de
febrero próximo ha sido el anuncio de la contratación del diestro
extremeño Alejandro Talavante, primerísima
figura del toreo que este año específicamente en la pasada Feria de San Isidro
regresaría a los ruedos, después de un retiro de tres años de los ruedos.
Sí bien no ha sido la campaña que
se esperaba de Talavante, sobre todo su apuesta en plazas de vital importancia
como Madrid por ejemplo, hubo otras como en Bilbao por ejemplo donde mejor se
vío al mencionado coleta extremeño, caracterizado por la variedad e
impertérrito valor, aderezado por la madurez que atesora tanto su capote y
muleta.
Se une de esta manera Alejandro
Talavante a una lista de toreros de gran atractivo para lo que será la edición
2023 de la Feria del Sol, entre estos se encuentran el esperado debut en Mérida
del coleta peruano Andrés Roca Rey, el granadino David Fandila “El Fandi” y el
madrileño Francisco de Manuel, así como la de los espadas nacionales Rafael
Orellana, Jesús Enrique Colombo y Alexander Guillén, así como las ganaderías
nacionales de Los Aránguez, San Antonio y Campolargo para las tres corridas de
toros que se estarían llevando a cabo del 18 al 20 de febrero próximo.
Interesante
presencia venezolana en Lima
Este fin de semana, importante ha
sido lo acontecido en el bicentenario ruedo de Acho en la capital peruana, en
el marco de su feria taurina del Señor de los Milagros, con uno de los carteles
más fuertes del abono, con la presencia de El Juli, Roca Rey y la alternativa
del joven espada mexicano Arturo Gilio con reses españolas de El Puerto de San
Lorenzo y peruanas de San Pedro.
En tal sentido el propio
empresario mexicano Pablo Moreno, máximo responsable de la empresa taurina
internacional Casa Toreros, ha invitado a los más importantes empresarios
taurinos de la América taurina, en este caso en la denominada Cumbre Americana
en Defensa de la Tauromaquia, evento que reuniría a personalidades muy ligadas
al mundo de toro, como es el caso por el Perú de don Pablo Gómez de Barbieri,
por México Manuel Sescosse (vía zoom), don Juan Carlos Gómez por Colombia, don
Guillermo Albán, matador de toros ecuatoriano, don Victorino Martin Hijo (vía
zoom), y por Venezuela don José Luis Rodríguez Jáuregui, junto a su hijo, José
Luis Rodríguez Agostini, en la que se debatió el presente y futuro de nuestra
fiesta brava por estos lados.
Dicho conclave serviría para el
debate y análisis de lo que está sucediendo, llegándose a importantes
conclusiones, además del bautizo de par de libros de sumo interés, como lo son La
Fiesta no Manifiesta, cuya autoría corresponde al aficionado
mexicano Antonio Rivera, así como el libro La fiesta de toros en el Perú profundo (base
social) del periodista taurino del diario El Comercio de Lima,
Pablo Gómez de Barbieri.
A propósito de la participación
del rejoneador José Luis Rodríguez Agostini, en esta cumbre de lo más granado
del mundo empresarial taurino americano, señaló el hecho de la poca
comunicación o trascendencia en los medios de comunicación que tienen los
distintos protagonistas del toreo, en todos los países donde se ofrece el arte
de la tauromaquia, en contraste con la difusión que sí tienen otros personajes
de distintos ámbitos como lo son del futbol por mencionar, debido en su mayoría
a las nulas estrategias comunicacionales que se mantienen en el toreo, todo
esto bajo la lupa de la masiva asistencia de espectadores que reúne la fiesta
brava en los ruedos, en especial en América. «Deberíamos manejarnos todos en una misma línea o estrategia-modelo
para la difusión del toreo», resaltaba ante los presentes, colocando como
ejemplo la estrategia de promoción y difusión que como empresa han logrado
llevar a cabo en el marco del Carnaval Taurino de América, en su segunda etapa
como empresarios del máximo redondel emeritense.
