Mérida, Diciembre Domingo 10, 2023, 03:28 pm
Quienes tenemos un
contacto permanente, creciente y sostenido con la dirigencia de diferentes
factores políticos de todos los niveles, con los ciudadanos de todo el
territorio venezolano y con quienes se encuentran en el exterior por las
circunstancias por todos conocidas, podemos asegurar que el pueblo venezolano
frente a la creciente oferta electoral opositora carente de liderazgos , sin
sustento y en su mayoría cuestionada, comienza a identificar y discriminar los
elementos que persiguen dividir el sentimiento general de cambio, que renació
bajo la esperanza de entender, que en este momento el régimen está en su peor
momento y paso a convertirse en un modelo fracasado y derrotable electoralmente
hablando, ante la evidente e
indiscutible diferencia que existe entre la minoría que respaldan la
continuidad del régimen de Maduro y la gran mayoría del país que se prepara
para derrotarlo y liquidarlo.
Ambos sectores moribundos
creadores e instauradores de la mercantilización de la política, movimiento
mixto degradante e inmoral, generador de pobreza, tienen ya su valor en las
estadísticas de las empresas consultoras y encuestadoras más importantes del
país, con números pírricos en comparación a sus históricos alcanzados.
Los elementos coercitivos
que acorralaban a la gente como salarios, cargos y prebendas han sufrido los
rigores de la devaluación y perdieron su efecto de enganche automático para
lograr la subordinación de la población por necesidad u obligación de preservar
un trabajo para garantizar el sustento familiar. Ser empleado público de
cualquier sector se convirtió en una historia triste, humillante y denigrante
donde el estado venezolano paso de ser garante de los derechos laborales a
convertirse un entramado criminal que ha vulnera el bienestar familiar y priva
de los beneficios alcanzados durante décadas y remata con el robo descarado de
las prestaciones sociales de todos quienes cumplen sus años de servicio.
El vivir o subsistir en
un país empobrecido, dividido y sin oportunidades está directamente relacionado
con la oferta devastadora llamada revolución socialista, esa que hoy representa
para cada uno e los venezolanos la antítesis del progreso y desarrollo de la
nación.
La degradación social
producto del crecente deterioro institucional y el fomento del control social,
inducia a la población a asumir como una realidad, el tener que conformarse a
mal vivir con las miserias que el estado fallido suministraba y hoy suministra
en menor cuantía. Tanto atropello y
desconsideración con el pueblo venezolano ha generado una reacción creciente
que busca la unificación del país. Los partidos políticos perdieron el control
sobre sus seguidores. Existe una rebelión publica creciente contra el andamiaje
creado por el oficialismo que muto a la oposición donde ambos, en situación de
precariedad y decadencia, hacen grandes esfuerzos económicos por frenar la
implosión política de los factores que se niegan a dar paso y que se sienten
cómodos con la permanencia del socialismo, militarista, entreguista, corrupto y
mafioso que saquea las riquezas del país.
Indiscutiblemente el 80%
de la partidocracia en Venezuela está contaminada y comprometida con el
oscurantismo, no actúa en favor de los intereses nacionales y sus acciones y
decisiones pretenden con dificultades, arrastrar a parte de los venezolanos
para que se mantenerse leales al fracaso. El 70% de los partidos políticos hoy
vigentes nuevos y de vieja data, están activos productos de la ilegalidad y
complacencia de un CNE viciado y permisivo que se rige por normas que violan y
cambian a conveniencia del momento y no se rigen por ninguna ley. Ningún sector
político y menos en estos tiempos de evidente convivencia ha legislado en
materia electoral para garantizar la participación política y el correcto
derecho de asociación. Se ha negado el registro a muchas organizaciones
mientras a otras se les otorga la licencia de funcionamiento sin cumplir los
requisitos mínimos establecidos, para que ejecuten los acuerdos cupulares de
quienes desangran al país y vulneran la expresión popular.
Estos entre otros
señalamientos y realidades indican que las organizaciones políticas hoy
convertidas en franquicias de poca monta, tienen su fosa garantizada para los
venideros procesos electorales, donde el clamor popular define su camino para
respaldar la opción que garantice la salida de Maduro de Miraflores. La
división cupular opositora entrego en el último proceso electoral, muchos
espacios de poder y quienes direccionaron esa desleal acción contra la
esperanza del venezolano pagaran con el precio derrota, en esta era que se
avecina que enterrara lo mas perverso de la política venezolana de todos los
bandos en aparente conflicto. Venezuela verdaderamente es otra en su
pensamiento y lo va a demostrar con acción y su voto, en todos los retos que se
avecinan. Existe un sentimiento popular creciente y esperanzador. Venezuela,
para bien, les aseguro reacciono y cambio.