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"Carajo, me engañaron": El indulto de Miraflores (I) por Orlando Oberto Urbina

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"Carajo, me engañaron": El indulto de Miraflores (I) por Orlando Oberto Urbina


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Eran las ocho y media de la mañana de aquel 27 de octubre de 1993. Estaba previsto el Consejo de Ministros para la reunión ordinaria en el salón Bolívar de Miraflores. En la Agenda estaba pautado discutir la reforma de la Ley de Bancos, pero luego hubo que enfocarse en otro asunto más urgente y que hacía tambalear los frágiles cimientos del gobierno de Ramón J. Velásquez. 

"Señores… he sido traicionado, engañado. De una perversa, sucia patraña por parte de un funcionario", así dijo a sus ministros y contó la noticia, que como toda noticia, había salido de la prensa matutina.

“En plena libertad quedará en los próximos días el cabecilla de la conexión euroamericana dedicada al tráfico de drogas, al obtener el indulto concedido por el presidente de la república Ramón J. Velásquez..." Fue indultado mediante el decreto presidencial nro 3.215 de fecha 21 de Octubre de 1993, quedando el ministro de justicia Fermín Mármol León, como encargado de la ejecución del decreto presidencial. (El Universal, 27 de Octubre de 1993).

El titular decía: “Miraflores indultó a  jefe narco”.

Había plena libertad para informar sobre aquella situación que colocaba a un país al borde de una crisis institucional, y que desmoralizaba a la sociedad. (Mucho después, a las afueras de algunas instituciones públicas, hubo muchas concentraciones en favor de la libertad para los presos del intento de golpe; es decir, pedían la libertad de Chávez Frías y de todos los involucrados en el intento de golpe del 4 de Febrero de 1992. Esto generó su indulto por parte del presidente Rafael Caldera en marzo de 1994).

Aquel indulto de 1993 se trataba de Larry Salvador Tovar Acuña, jefe de la conexión euroamericana, a quien en 1989, la Policía Técnica Judicial y la Guardia Nacional lograron decomisarle 100 millones de bolívares en propiedades, 40 k de cocaína, un avión, armas y proyectiles.

Por gaceta oficial fue publicado el beneficio presidencial de Velásquez. El Nacional había publicado en su edición del día 27 de octubre de 1993: "¡Carajo!" Ese día se había enrojecido, y estaba en desespero. Antes de abandonar el salón, expresó: "¿Pero quién me mandó a aceptar esta vaina?" En ese tiempo, Luis Alfaro Ucero era el secretario general de Acción Democrática e Hilarión Cardozo presidía el partido socialcristiano COPEI. Dos meses atrás, conversaba con Ramón J. Velásquez el Fiscal General de la República, Ramón Escobar Salom, quien había solicitado ante la antigua Corte Suprema de Justicia un antejuicio de mérito contra el Presidente de la República Carlos Andrés Pérez por malversación de fondos públicos en el orden de Bs. 250 millones de la partida secreta.

Por los mismos cargos, el fiscal consideró que recaía responsabilidad penal sobre Alejandro Izaguirre, senador y ministro de Relaciones Interiores, y el diputado Reinaldo Figueredo, exministro de la presidencia y excanciller. La ponencia la haría el Magistrado Gonzalo Rodríguez Corro, como presidente de la Corte Suprema de Justicia. Con respecto al caso de Larry Tovar Acuña, el diario El tiempo, fechado 5 de septiembre de 1994, señalaba que una mano peluda, como la llamó entonces el fiscal general Ramón Escobar Salom, puso en el escritorio presidencial el indulto, lo que permitió al detenido salir de la cárcel en menos de 24 horas.

Los titulares de la prensa decían que la salida de la cárcel de Larry Tovar Acuña se había convertido en un escándalo político como pocos en los últimos años en la Venezuela del siglo XX. El periodista  Orlando Gamboa, del Tiempo de Bogotá, publicaba lo siguiente: "El 30 de Marzo de 1989, La GN, dijo que en el aeropuerto de Maiquetía capturó a Tovar Acuña y le decomisaron un cargamento de 26 kilos de cocaína, tres automóviles, una avioneta, según la Policía Técnica Judicial".

El decreto presidencial 3.215, publicado en la gaceta oficial 32.322, como último requisito formal, concedió el indulto a Larry Tovar Acuña, que estaba preso en el retén de procesados del Rodeo, cerca de Caracas. El 27 de octubre El presidente Ramón J. Velásquez señaló que había pedido a su colega Colombiano Cesar Gaviria Trujillo toda la colaboración para detener al indultado quien viajó a Colombia al día siguiente de salir del Rodeo. El presidente Velásquez dijo en esa oportunidad que había firmado confiado en que el decreto emanaba de la Consultoría Jurídica ejercida por su hijo Gustavo Velásquez.

La primera acción fue destituir a su secretaria privada, María Auxiliadora Jara de Tarazona. Ella fue acusada de ser la responsable de entregarle al Presidente el decreto, para que lo firmara. Para el 28 de octubre, fuentes del  gobierno anterior había afirmado que el decreto de indulto de Larry Tovar Acuña había sido rechazado meses antes por el presidente Carlos Andrés Pérez.

El hecho de haber sido un procesado, no un condenado, fue al parecer una de las razones que influyó para la decisión según El Diario de Caracas. Surgieron rumores de que la libertad de Tovar Acuña había costado 800.000 dólares.

El entonces candidato a la presidencia de la republica Rafael Caldera dijo que el caso del indulto no debía quedar en el simple hecho de investigar a una secretaria. El 29 octubre Orlando Jordán Petit, director de la PTJ, dijo que "cualquiera sea el responsable de lo ocurrido, será detenido". El comisario Guillermo Rosquete, director de protección y defensa social del Ministerio de Justicia, reconocía que fue él mismo quien transmitió por error de procedimiento la orden de liberar a Larry Tovar Acuña.

Por otra parte, el fiscal Escobar Salom seguía insistiendo en que la mano peluda era la culpable, y el padre de Larry Tovar Acuña replicaba y decía según la televisión, que se trataba de una mano peluda… fina y con las uñas bien arregladas.

El 30 de octubre se dio orden a todos los cuerpos de seguridad de buscar a Tovar Acuña, quien fue calificado de fugitivo pese a que técnicamente su libertad se cumplió dentro de la ley. El 31 de octubre, el presidente Ramón J. Velásquez ordenó investigar a su hijo Gustavo Velásquez, quien dijo ante la juez que la misma secretaria había redactado el indulto. “El poder impone la verdad”, así escribía Adolfo Rivero al escribir un artículo sobre la situación que puso en tela de juicio a muchas personalidades, a la institución del poder, a Miraflores, y la activación de mucho de lo que el país siguió y sigue viviendo. Se incriminó a la sra. María Auxiliadora Jara de Tarazona, secretaria privada de la presidencia de Ramón J Velásquez, historiador, periodista y político.

En el prólogo de su libro: “Impunidad de un Indulto”, un tovareño de proceder honesto y muy claro en sus actuaciones como Domingo Alberto Rangel, señala que dentro de un siglo, historiadores y arqueólogos mirarían a María Auxiliadora Jara de Tarazona, su prima, como una curiosidad. En un país donde a ningún magistrado prevaricador se le citó a declararle al juez más benigno, ella fue condenada a varios años de cárcel.

Continuará una segunda parte de esta crónica.





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