No podemos cortar brazos y sacar ojos por Alexis José Paparoni
Albie Sachs un activista contra el apartheid de Sudáfrica, luego de sufrir un atentado por parte de la inteligencia del gobierno de turno de este país con un carro bomba, perdió un brazo y la visión de un ojo; esto ocurrió en Mozambique estando Albei en el exilio. Cuando sus compañeros le dijeron en el hospital, mientras él se recuperaba, te vamos a vengar, Albei les dijo “no podemos ir por Sudáfrica cortando brazos y sacando ojos, ese no es el país que soñamos, soñamos es con un país de libertad, de progreso, de justicia y sobre todo, donde todos los sudafricanos no importando su color, su credo, podamos vivir como hermanos que somos Sudafricanos”.
Una historia, un ejemplo que debe llegar al corazón de todos los Venezolanos, donde el propio Albie nos dice a toda la humanidad, “el diálogo implica escuchar las múltiples voces, encontrar soluciones y confiar en el valor pacificador de la verdad”.
Cuando Nelson Mandela asumió la presidencia de Sudáfrica, nombró a Albie Sachs como juez del Tribunal Constitucional de Sudáfrica. Uno de los procesos para curar el alma de Sudáfrica como muchos de sus protagonistas lo han definido, es la creación de la Comisión de La Verdad para investigar los abusos a los DDHH suscitados en su país, los infractores podían recibir amnistía a cambio de testificar y decir la verdad, el presidente de esta comisión fue el Arzobispo Anglicano y premio nobel de la paz Desmond Tutu. (en otro artículo hablaremos de él).
En estas comisiones de la verdad, Albie Sachs conoció a Henry, el agente de inteligencia responsable del carro bomba donde perdió su brazo y la visión de su ojo, allí hablaron, entendió que este hombre también tenía familia, el entender que Henry como soldado le era difícil romper filas, le era difícil para él entender la nueva Sudáfrica y allí se
despidieron, 6 meses después Henry y Albie se consiguen en un evento, Henry se acerca a Albie a saludarlo, allí se abrazan y Henry, el mismo que había sido agente de inteligencia, se desploma a llorar, es cuando Albie Sachs, como el mismo lo ha registrado en escritos y varios documentales, entiende que el que Henry y él vivieran en el mismo país ya era un milagro. Entendió que la justicia restaurativa es una forma distinta de rendir cuentas, allí entendió que había llegado su venganza, La Venganza de La Paz.
Siento que en Venezuela necesitamos de muchos Albie Sachs, deponer nuestros prejuicios e intereses, encontrar lo positivo de cada quien, encontrar el lado humano de cada uno, conseguir el optimismo para vivir en nuestro país, todos somos personas y debemos de reconocernos, el respetar que cada quien tiene su visión, pero busquemos entre todos no importando nuestro credo, religión, ideología, soluciones, el que podamos vivir juntos como hermanos que somos, hermanos Venezolanos.