Mérida, Noviembre Miércoles 29, 2023, 07:56 am
Es conocido que el desarrollo de la infraestructura
física tiene impacto positivo en el desarrollo económico de las naciones. Sus aportes
hacia la reducción de los costos de producción, el desarrollo del mercado
interno, la diversificación económica, la estructura de la producción y el
consumo, la acumulación de riqueza, la productividad, el cuidado del medio
ambiente y el bienestar de las personas así lo demuestran. En 2023 en el marco
del G20 y McKinsey Global se estimó
que a nivel mundial era necesario más de 52 mil millones de dólares para
ejecutar proyectos de infraestructura en todo el mundo. Desde ese momento hasta
hoy 2023, el monto ha ascendió a 103 mil millones de dólares para el mismo
concepto.
En Así para los países de toda la región se necesitaría
según el Banco Asiático de Desarrollo (ADB) un monto de alrededor 26 millardos
de dólares hasta 2030, es decir, 1,7 millardos de dólares al año. Dicho gasto a
la región ayudaría a promover el crecimiento económico en los países de renta y
media baja. Ello además de ayudar en la mitigación de la pobreza y estimularía la
gestión virtuosa del riesgo macroeconómico y político regional.
Frente a dicha meta, el financiamiento de proyectos de
inversión de Asia representa un reto que está siendo abordado desde 2016. En el
mercado financiero regional los servicios financieros basados en las nuevas
tecnologías como Fintech han
permitido la profundización y fomento del acceso a los servicios financieros,
ello como resultado positivo del uso de las tecnologías financieras en la
región. En conjunto un elemento positivo que ha derivado del uso de dichos
servicios a nivel regional es, las empresas como actores transnacionales están
ofreciendo alternativas para la captación de capital y financiamiento de dicho
tipo de proyectos. Para lo cual, el financiamiento deriva de préstamos entre
iguales que agrupan a personas, empresas a nivel local, regional e
internacional. A nivel empresarial el crowdfunding
ha permitido generar redes de colaboración, coordinación y cooperación
financiera internacional que ha generado una dinámica paralela de
financiamiento a través de la forma en la que se recauda la cantidad relativa
de capital mediante la captación de pequeños fondos que derivan de un gran
número de personas físicas y jurídicas destinados al financiamiento de
proyectos. El financiamiento se basa en donaciones, recompensas, capital, deuda
e hibrido, cuyas categorías van desde la recaudación de capital benéfico hasta
las recompensas por crear un fondo autónomo cooperativo. La región asiática ha
utilizado esta tecnología financiera para la recaudación de pequeños fondos.
Plataformas como GoFundMe dedicada a la captación de donaciones benéficas en
2019 ya había recibido más de 9 mil millones de dólares, luego en 2020 a dicha
plataforma se le unió Kickstarter que financió proyectos innovadores
relacionados con música, comics, arte, tecnología, cine, comida, ilustración,
diseño por más de 5 mil millones de dólares a través de 18 millones de
financiadores.
Esta experiencia ha sido replicada en América y Europa,
en los que el crowdfunding como
plataforma de financiamiento ha financiado proyectos de infraestructura
dedicados a la energía renovable. Los más populares han sido Convergence
Finance, Citizenergy, OnePlanetCrowd e InfraShares. Con todo, la experiencia de
las plataformas de financiamiento crowdfunding
están facilitando servicios financieros que apoyan y garantizan el acceso a
préstamos que además se anclan hacia la transición economía sostenible circular
y energía sostenible. Asimismo, el flujo de capital es evaluado sobre el riesgo
de los proyectos en asuntos relacionados con la orientación del mercado,
estructura, operatividad y gestión medio ambiental. Este hecho implica un
positivo ascenso en el acceso a recursos de financiamiento que garantiza el
cumplimiento de criterios de Due
Diligencia del financiamiento para las iniciativas de proyectos de
infraestructura e inversión.
@ahurtadojb*