Uno de los temas recurrentes en la vida política nacional es el de la unidad, como anhelo colectivo y como expresión de integración dirigencial en pro del cambio del modelo de funcionamiento del Estado venezolano, hoy en manos de los autoproclamados revolucionarios y socialistas (porque ocultan lo del comunismo al que aspiran) del siglo veintiuno.
Se ha generado la idea de que todo el segmento poblacional que no está de acuerdo con el actual estado de cosas, o, dicho en otras palabras, la oposición debe estar unida, abigarrada, para enfrentar el esquema de poder que suponen los grupos que detentan el poder y que, por tener como agregado al estamento militar, no resulta fácil derrotar.
Parte del grupo opositor, asumiendo como tal los que no son Psuv y aliados específicos, ha tenido la circunstancia de provenir de viejos partidos envueltos en procesos y litigios judiciales, de lo cual han resultado sentencias que los mantienen divididos legalmente y separados afectivamente.
Hay un sector partidista opositor que es señalado como afecto al gobierno por ser el resultado de varias decisiones de la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia, de lo cual se dice que es la oposición a la medida y exigencia de los señores que gobiernan. En atención a la costumbre nacional de los apodos, se les llama alacranes.
Formalmente hay una división porque partidos judicializados mantienen dos directivas. Unos sujetos a la legalidad y exigencia del poder electoral y otros autoacreditados como auténticos u originarios. Esto hace que en plenitud de la palabra no tengamos el agrado ola integración que supone la unidad.
En las encuestas nacionales se ha podido apreciar que son muchos los electores que no acudirán a sufragar en caso de que no se presente un candidato (a) unitario, lo cual es un factor sumamente importante, a los fines de consolidar una victoria que borre del panorama a los actuales gobernantes.
Lo cierto del asunto es que no habrá unidad total y plena, pero que sí se puede obtener la integración de quienes hoy son los precandidatos para las elecciones primarias previstas para el domingo veintidós de octubre. Es más, quienes se inscribieron asumieron el compromiso de apoyar a quien gane el proceso previo o preliminar.
El pasado miércoles doce de julio fue celebrado un evento denominado Hablan los Candidatos, promovido por estudiantes dela Universidad Católica Andrés Bello, por cierto hoy la más importante y acreditada de Venezuela y con gran prestigio internacional.
De catorce candidatos, trece para ser precisos porque uno cuida la silla, acudieron ocho aspirantes, lo que mostró una debilidad numérica. De los cinco ausentes, uno de ellos es el posicionado como segundo o tercero en las encuestas, el caraqueño Henrique Capriles, dos veces perdedor de elecciones nacionales frente al chavismo.
Del debate queda como análisis final que en las encuestas llamadas flash, rápidas, resaltan dos aspirantes de la provincia (andes y llano) frente al predominio capitalino, lo que muestra el sentido útil del debate, donde a la vez se notó que cada quien estaba en lo suyo, buscando originalidad, sin apelar, en ningún momento, a la mención unitaria.
En lo folklórico quedó como denominador final la ausencia de la foto donde todos debían mostrarse como ganadores o celebrantes optimistas, asunto evitado o evadido por la actitud de la candidata caraqueña Machado, lo que ha generado en redes muchas críticas y hasta descalificaciones, que, en todo caso, representan una piedra en el camino de la apetecida unidad.