Mérida, Octubre Miércoles 09, 2024, 06:54 am
Nos solicitaron unas palabras en el homenaje que hoy (31.10.2018) se le
rinde a un venezolano excepcional como fue William Lobo Quintero (La Sabana de
Lagunillas Estado Mérida 1934 -Mérida 2014).
Muchas gracias por encomendarme
esta labor de la cual me siento muy complacido. Trataré de compartir con
Uds. algunas remembranzas que guardo de nuestra vinculación con el
homenajeado.
Son evocaciones personales que espero sirvan para resaltar una vez más
las muchas cualidades de Lobo Quintero y
espero que de alguna manera nuestras palabras logren estimular, en los más
jóvenes, actitudes de vida similares.
Si nuestra memoria no me traiciona conocí y trabajé con William Lobo
Quintero, cuando él era Director de la Oficina de Planificación y Desarrollo de
la ULA (PLANDES), a inicios de la década
de los años 80 del siglo pasado.
Durante mi gestión como director de la Escuela de Educación de la
Facultad de Humanidades de la ULA (1980-81) quedé enganchado con el tema de los
cambios curriculares. Cosa complicada en el pasado, en el presente y supongo
que en el futuro de las universidades públicas. Son muchos los intereses y
ciertamente es complejo lograr cambios de esta naturaleza.
La idea de William Lobo Quintero era al menos, conseguir una cierta
homologación entre los pensum de estudio, que permitiera la movilización de los
estudiantes fácilmente, entre las tres Escuelas de Educación que tenía y aún
tiene la ULA: Mérida, Táchira y Trujillo. En esa tarea pasamos unos cuantos
meses y fue la oportunidad para conocernos, así como compartir reflexiones e inquietudes sobre muchos temas. En el trabajo de la comisión designada por
Lobo Quintero para adelantar este trabajo en PLANDES, solo logramos identificar la situación de los
diferentes pensum y la imposibilidad de propiciar cambios en ellos, así fueran
“aparentemente” sencillos.[1]
Pasado el tiempo, William Lobo Quintero, fue candidato a Vicerrector
Académico en una fórmula que presidía, Carlos Guillermo Cárdenas. Nos involucramos en el apoyo para ambos
colegas, pero desafortunadamente para la institución, no ganaron. En las
muchas reuniones que participé y le vi desarrollar su campaña electoral, me
reencontré con un hombre entusiasmado por la institución y por los temas de su
vida académica. Realmente su vocación de trabajo no parecía tener limites ni
fronteras. Ni había aspectos de la vida universitaria que le fueran ajenos o
distantes.
La percepción que tengo ahora, con
los años trascurridos, es que William
Lobo Quintero fue un permanente entusiasta, haciendo propuesta, no solo en el
campo de la ingeniería, su disciplina de formación básica, sino en relación con
la administración académica de la Universidad de Los Andes y también de otras
instituciones del sistema educativo superior del país. Los temas de su interés
estuvieron siempre en sintonía con los que también importaban y ocupaban a los
intelectuales en otros lugares del mundo. De allí que siendo miembro de la
Academia de Mérida presentó a su presidente, Mario Spinetti Berti, a mediados
de 2003, el proyecto “Mérida Sostenible una Ciudad para la Gente”.
En los últimos años de su fructífera vida, William Lobo Quintero, se
dedicó al proyecto de la Mérida Sostenible. Constituyó equipos de trabajo,
propicio investigaciones, produjo libros
y entusiasmo a mucha gente para “estudiar, producir soluciones y
promover acciones” -tal…que con el
tiempo pudieran desarrollar a Mérida como una ciudad sostenible. Es decir, que
satisfaciendo las necesidades actuales no comprometieran aquellas que habrían
de requerir las generaciones futuras.[2]
Tuvimos la grata responsabilidad de apoyar a William Lobo Quintero para
la publicación del primero de los muchos libros que el proyecto de la Mérida
Sostenible produjo. Así, en el 2007
aparece, bajo el sello editorial de Publicaciones del Vicerrectorado Académico
de la ULA: Mérida sostenible. Una ciudad para la gente. [3]La obra reunió
quince contribuciones de la más amplia diversidad temática: desde los aspectos
conceptuales del proyecto a cargo del propio Lobo Quintero, pasando por temas
como los riesgos naturales; la salud y la calidad ambiental; el ordenamiento
territorial; la educación para la Mérida
sostenible; los posibles aportes de instituciones académicas al proyecto de la
Mérida sostenible; las estrategias para el desarrollo económico y humano; la
gobernabilidad y finalmente; el tema de
las ciudades sostenibles en Venezuela. En el libro se incorporaron otras
contribuciones como: ambiente sostenible; el Aula Ambiental de la ULA; Mérida
desbordada; Mérida ecoacústica; la problemática de los residuos y desechos
sólidos; y finalmente, los aportes de la
Zona Libre para la construcción de un modelo económico sostenible y justo. Sin
duda en esta obra se perciben muchas de las cualidades de William Lobo
Quintero, una de las cuales fue lograr interesar a mucha gente por su ideas y propuestas. Hacer equipos y
estimular resultados.
Era capaz de encontrar –ciertamente en una ciudad donde abundan
académicos-, aquellos que entendieran el tema que les proponía estudiar y con
pocas orientaciones estimularlos para
que dieran resultados en los tiempos requeridos. Él se encargaba de darle el
finiquito como editor y conseguir quién publicara las investigaciones. No es
tarea fácil y William Lobo Quintero dio demostraciones de su capacidad hacer
ésta labor, no una o dos veces, sino
muchas veces. Así fue que, nos propuso
revisáramos el tema de la educación como servicio en Mérida, aspecto
fundamental para la Mérida sostenibles. El libro vio la luz pública: William
Lobo Quintero (Editor Académico) (2013): Mérida: ciudad de servicios. Volviendo a leer nuestro trabajo para estas
palabras me asombra la cantidad de ideas, reflexiones, argumentos y
propuestas[4]. Pero además, éstas se multiplican por todas las contribuciones
que están incluidas en el libro. Enfatizo: en toda la obra y no solo en nuestro
capítulo. Ojala quienes dirijan el
Estado y la ciudad se tomaran el trabajo de releer las obras propiciadas por
William Lobo y las aprovecharan. Creo que serían de mucha utilidad y fácilmente
aplicables.
Pese a su cualidad de hombre diáfano en su proceder, a veces utilizaba
estratagemas, para lograr sus propósitos, que a las primeras resultaban
extrañas. Siendo Presidente de la Academia de Mérida por una persona
interpuesta –de mucha valía como es Nancy Freites de Sardi- me mandó a
preguntar ¿cuál era la razón de mi desacuerdo con las actividades de la
Academia de Mérida?. La pregunta me pareció extraña y la respondí recordando
que había trabajado en el proyecto de la creación de la Academia de Mérida.
Entonces, me repreguntó que si estaba de acuerdo: ¿por qué no me postulaba para
pertenecer a esa institución? Le tomé la palabra, me propuse y finalmente fui aceptado
e incorporado a la Academia de Mérida, el 11 de septiembre de 2013.
Ya para concluir, deseo resumir algunas de las cualidades personales de
William Lobo Quintero, que he venido
destacando en nuestras palabras: entusiasmo por estudiar y hacer propuestas de
políticas públicas; un amor muy grande por su terruño, capacidad para organizar
equipos de gente a la vez muy capaz y de diversas visiones políticas;
persistencia para producir resultados.
En el plano intelectual deseo destacar la profundidad conceptual como
abordaba los problemas del entorno más cercano; el sentido de globalización
conceptual que la daba a los problemas del desarrollo de su comunidad y; el
carácter de transdisciplinariedad como abordaba
sus proyectos e investigaciones. Un último aspecto que deseo destacar es
que era generoso para subrayar las cualidades personales e intelectuales de
otras personas. En el momento que me hizo entrega del libro: Mérida ciudad de
servicios, lo firmó y de manera muy sencilla dejó estampado un halago que
agradezco: “Del editor para un buen escrito”.
Me siento afortunado que la vida me haya permitido conocer y trabajar con
un hombre excepcional y un verdadero ejemplo para las nuevas generaciones de
venezolanos: William Lobo Quintero.
Notas:
[1]Al buscar en nuestros archivos encontramos algunos datos que
corroboran los recuerdos de nuestra memoria.
Cuando William Lobo Quintero estuvo en la Dirección General de
Planificación y Desarrollo (PLANDES) de la ULA, designó un grupo de trabajo, al
cual pertenecí, que se le encargo para realizar un "Diagnóstico para la
formulación de políticas de formación de docentes de la Universidad de los
Andes". En esa labor estuvimos entre Septiembre de 1981 y Diciembre de
1982.
[2]Lobo Quintero, William (2007): “Una propuesta para la sostenibilidad
de Mérida”, en: William Lobo Quintero (Coordinador): Mérida sostenible. Una
ciudad para la gente.Mérida, Universidad de Los Andes, Publicaciones del
Vicerrectorado Académico, pp. 29.
[3]Ver: William Lobo Quintero (Coordinador): Mérida sostenible. Una
ciudad para la gente.Mérida, Universidad de Los Andes, Publicaciones del
Vicerrectorado Académico, 482 pp.
[4]Ver: Ruiz Calderón, Humberto (2013): “La educación como servicio”. En:
William Lobo Quintero (Editor Académico): Mérida: ciudad de servicios. Mérida,
Universidad de Los Andes (ULA), Talleres Gráficos de la ULA, pp. 99-138.