“La verdad los hará libres” (Jn 8,31). Conclusiones de la XLV Asamblea Extraordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana
Los obispos venezolanos se congregaron en la 45° Asamblea Plenaria Extraordinaria, los días 15, 16 y 17 de octubre para
orar y reflexionar sobre la realidad social, política y eclesial del
país. Acompañados por laicos, sacerdotes y religiosos representantes de
diversas instituciones y áreas de servicio pastoral, escucharon resonar
insistentemente -en las mentes y en los corazones- las palabras de Jesús: “La verdad los hará libres” (Jn8,31).
A continuación, se comparte la declaración final de la XLV Asamblea
Extraordinaria. También puedes descargarla y compartirla con tu
comunidad:
«Los obispos de Venezuela nos hemos reunido los días 15,16 y 17 de
octubre de 2024 en la 45ª Asamblea Plenaria Extraordinaria para orar y
reflexionar sobre la realidad social, política y eclesial del país. Nos
han acompañado en nuestros trabajos sacerdotes, religiosas y laicos
representantes de diversas instituciones y áreas de servicio pastoral.
Ha resonado insistentemente en nuestra mente y corazón las palabras del Señor Jesucristo “la verdad los hará libres” (Jn
8,31), por lo cual queremos reiterar el llamado al Consejo Nacional
Electoral (CNE), para que, conforme a lo establecido en la Constitución y
las leyes publique de forma detallada los resultados del proceso
comicial realizado el pasado 28 de julio, en el que se evidenció la
voluntad de cambio del pueblo venezolano. La presentación de los
resultados es un paso esencial para conservar la confianza de los
ciudadanos en el voto y recuperar el verdadero sentido de la política.
Sólo así podremos avanzar juntos hacia la construcción de una Venezuela
democrática y en paz.
Rechazamos de manera categórica la represión de las manifestaciones,
las detenciones arbitrarias y las violaciones de los derechos humanos
ocurridas después de las elecciones. Exigimos la liberación de los
detenidos, entre los cuales se encuentran menores de edad.
Al contemplar la difícil situación por la que atraviesa nuestro
país, nos sentimos interpelados por la palabra de Dios que nos invita a
escuchar los clamores del pueblo y consolarlo (cfr. Is 40,1).
Renovamos nuestro compromiso con todos los hermanos que sufren, de
seguir acompañándolos a través de la oración, la acogida, la compañía,
el intercambio y el servicio que brindamos por medio de las diferentes
instancias eclesiales; reafirmamos nuestro compromiso de estar a su lado
en estos momentos difíciles. Manifestamos la disposición de la Iglesia a
promover iniciativas que contribuyan a la solución pacífica de las
diferencias.
Invitamos a todos a avivar la esperanza: “Cristo es nuestra esperanza” (cfr. 1 Tim 1,1). Mostramos
nuestro apoyo a las iniciativas de oración que desde diversas
instancias se promueven para pedir por la paz y el bienestar de
Venezuela».