Mérida, Noviembre Sábado 01, 2025, 07:01 pm
¡Vuelven los
Fantasmas! Una Alegría de Octubre entre Luces y Sombras
Octubre,
con sus hojas cayendo y su atmósfera de misterio, culmina en una noche donde lo
invisible parece asomar. Hablamos de Halloween, una celebración que,
como las historias de fantasmas, vive entre la tradición y la modernidad. Para
algunos es una fiesta "pagana" que se remonta al antiguo
festival celta del Samhain (fin de la cosecha e inicio del "año
oscuro"), un momento en el que se creía que la línea entre el mundo de los
vivos y el de los muertos se difuminaba. Para otros, es simplemente la excusa perfecta
para el jolgorio: disfraces, dulces y diversión alusiva.
Esta
dualidad entre lo místico y lo festivo, entre la oscuridad y el deleite, nos
recuerda a un maravilloso libro venezolano que conecta profundamente con la
esencia de estas fechas: "¡Vuelven los fantasmas!" de nuestra
querida Mercedes Franco, con ilustraciones de ensueño de Mariam Díaz.
La Nostalgia de la Penumbra y la Tradición
En el
prólogo de su obra, Mercedes Franco nos regala una estampa que hoy parece un
eco de otros tiempos, pero que resuena con la fascinación de Halloween. Ella
decía:
"Hace
apenas unos sesenta años, en Venezuela todo el mundo creía en fantasmas. Aún no
había llegado la luz eléctrica en los pueblos, así que imagínense una casa
iluminada tan solo por alguna vela y situada en una calle oscura, en la que,
cada cierto trecho, palpitaba débilmente la luz de un farolito de kerosen...
Los que vivían allí, a veces se sentían solos y asustados, y si pasaba un perro
por la calle y su silueta se deformaba bajo el farol, fácilmente podían
confundirla con un fantasma o un ser sobrenatural. Con la llegada de la luz
eléctrica y de la televisión a las ciudades, los fantasmas fueron
desapareciendo, poco a poco, de las conversaciones cotidianas y de muchos
cuentos, y sin duda, se sintieron cada vez más solitarios..."
Lo que la
autora plantea es una deliciosa y nostálgica alegoría: la luz eléctrica, el
progreso, espantó a los fantasmas, obligándolos a "refugiarse en algún
lugar a oscuras, de donde casi no salen".
Un Brindis por lo que Regresa
Aquí, en
el mes de las brujas y las calabazas, podemos darle un giro a la reflexión de
Mercedes. Si bien la realidad de la iluminación eléctrica ha tenido sus
desafíos en la actualidad, y el temor a la oscuridad es real, enfoquémonos en
la alegría y la resiliencia que resurgen con estas
fechas.Afortunadamente, el panorama ha mejorado, y la luz, como las
tradiciones, parece negarse a desaparecer por completo. Y es precisamente en
esta ambigüedad donde se enmarca Halloween. Es una fecha donde el miedo se convierte
en juego, donde el vestirse de fantasma no asusta, sino que divierte.
La Fiesta de la Tradición Oral y Escrita
El
regreso de lo "fantasmagórico" en nuestro imaginario, impulsado por
Halloween, nos invita a revivir no solo los temores, sino también las ricas
leyendas y el folclore.
Samhain y
la Memoria: Como
bien lo menciona la literatura sobre el tema (por ejemplo, el libro "Halloween:
La muerte sale de fiesta" de David J. Skal, que traza la historia
cultural de esta fiesta), la víspera de Todos los Santos (el "All
Hallows’ Eve" que se convirtió en Halloween) era una noche para
recordar y honrar a los ancestros, para poner ofrendas a los espíritus (de
donde viene la tradición del "Trick or Treat" o "truco o
trato") y para encender linternas (originalmente nabos, luego calabazas)
para guiar o ahuyentar a las almas.
El
Folclore Nacional: Al igual
que en las costumbres celtas, en nuestra tradición las noches sin luz de antaño
estaban pobladas por los Encantados, los Ceretones, el Hachador,
el Abuelón e incluso, la famosa Llorona. Son personajes que, al
igual que los fantasmas de la escritora Franco, forman parte de nuestro acervo
cultural.
La
alegría de Halloween reside en que nos permite jugar con estos miedos
ancestrales en un ambiente controlado y festivo. Nos da permiso para sacar del
rincón a la "oscuridad" y convertirla en una fiesta de disfraces y
dulces.
Así que,
tal vez, los fantasmas que huyeron no regresan para asustarnos con malas
intenciones, sino, como dice Mercedes Franco: "con el deseo de que no
los olvidemos, porque ellos forman también parte de nuestra tradición".
Este
octubre, celebremos el regreso de los fantasmas: que vuelvan los cuentos, las
leyendas, el juego con el misterio. Que la noche del 31 sea un farol de kerosen
encendido con alegría, un reencuentro lúdico con nuestras propias sombras y
leyendas. ¡Feliz Hallowee
Gracias a
Librería Temas por facilitarnos el material necesario para hacer estas reseñas.