Mérida, Diciembre Domingo 01, 2024, 01:31 pm
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
SAN CRISTÓBAL (Enviado Especial).- Es el cartel de la feria. Pero el atractivo más importante es la presentación de un torero que viene y está en un momento dulce. Embalado. Lo visto en Cali y escuchado en Manizales fue la confirmación a lo realizado todo el 2021 en España. Me refiero al coleta extremeño Emilio de Justo, la gran revelación de los últimos años, quien se dio el lujo de abrir par de ocasiones la Puerta Grande de Madrid y la de Sevilla, todo esto en una campaña histórica por el tipo de toro que lidió y la dimensión que ofreció en cada una de ellas.
El torero de la localidad cacereña
de Torrejoncillo se ha hecho a la usanza antigua y como ha sido siempre: sin
regalarle nada nadie y desde abajo, aquel foso de ostracismo durante más de dos
lustros hasta que Francia y la provincia colombiana le comenzaron a colocar en
el circuito de ferias importante. Victorinos, Adolfos, Pedraza de Yeltes,
fueron el menú que este torero se saboreó, cuajándoles a placer, lo que hizo
que las ferias españoles comenzaran a tomarle en cuenta. Luego vino los claros
toques de atención, siempre en plazas como Madrid, Valencia y otras más donde
su poso y torería deslumbraron. Hasta que llegó el 2021 y acabo con el cuadro.
Ahora es General en jefe de un escalafón que necesariamente tenía que renovarse
y darle paso.
Otro de los atractivos del cartel
es ver a un Jesús Enrique Colombo el cual el año pasado por España se le
escuchó por plazas de tercera categoría del escalafón, lidiando un toro de
primera, fruto del exceso de toros de la gafada campaña del 2020. Y ante ellos
triunfo y llamó la atención, pero cuando hubo de dar el salto de diferencia,
como sucedió en Madrid con los Victorinos, la cosa no funcionó. Por ello que de
nuevo este año se le presente como uno donde hay que buscar la reválida, de
nuevo hacer méritos para estar en el circuito de ferias que necesitan de un
torero de estas condiciones, joven atlético y en especial con carisma con el público.
Es necesario y aquí lo tenemos.
Por eso es que los toros de tal
escenario no podían ser otro que los hierros de la familia Molina Colmenares,
los que se lidian a nombre de Rancho
Grande, El Prado y La Consolación, el legado de bravura que nos dejó para la
posteridad don Hugo Domingo Molina. Esperemos que no cumplan aquel adagio de
Pepe Alameda…
POSDATA PARA LOS ÍNTIMOS.- La radio en los toros tiene su magia y en San Cristóbal mucho más.
Es indudable que el toreo hace gala de recursos para entenderle, pero la radio
en la plaza y fuera de ella es única. Así lo he comprobado desde que tengo
razón de venir a esta feria, por la forma cómo se vive y se siente una corrida
de toros en Pueblo Nuevo, donde es frecuente que los presentes cuenten con sus
radios para escuchar la narración que mejor le convenga. Así lo hacen en
Colombia y creo que lo han aprendido en esta ciudad, fruto también del hábito
de ir a ver futbol bajo estas mismas circunstancias. Lecciones que te da cada
ciudad que uno se adentra en el mundo del toro, y en este caso en la capital
tachirense no es casualidad.