Mérida, Octubre Domingo 13, 2024, 01:02 pm
ÁNGEL CIRO GUERRERO
La montaña, la historia, la gente: Pueblo Llano, en el Estado Mérida, es una tierra rica, definitivamente. Un solo dato: su potencial hídrico suma 1.661 millones de litros de agua al día, el 27% del total nacional. En sus 104 kilómetros cuadrados se cosechan, principalmente, papa y zanahoria en una extensión de cultivos que supera las 2.460 hectáreas, ubicadas a 2.161 metros sobre el nivel del mar. Sus productos se distribuyen en todo el país. Es el municipio número 17 de los 23 que conforman la geografía merideña y lo habitan algo más de 20.000 personas, en su mayoría dedicadas a la agricultura.
La historia refiere que Pueblo Llano estaba poblada por indígenas de la raza Chinoes. Fueron estos naturales quienes recibieron a los hombres vestidos de hierro, de rostro barbudo y curtido por el sol paramero, portando espadas de acero toledano, arriba de caballos, animales jamás vistos; que anunciaban su presencia con el ruido de tambores y flameaban hermosas banderas de distintos signos y colores. Los presidía el conquistador español Juan Maldonado cuando, hace 464 años, bajando de Trujillo, llegó al hermoso valle, de clima fresco, propio del piedemonte andino, donde se asienta un pueblo de acendradas tradiciones, muy católico, el único en Venezuela que celebra por todo lo alto el día de su Descubrimiento, el 19 de marzo de 1.559.
Juan Maldonado había nacido en Barco de Ávila, Salamanca, en 1525, embarcando hacia la América a los 15 años y arribando a Santa Fe de Bogotá a los 18 recién cumplidos. Entre sus acompañantes venía Juan Rodríguez Suárez, quien, en 1559 “trasladó la ciudad de Mérida a su actual emplazamiento y la llamó Santiago de los Caballeros, que Juan Maldonado fundara un año antes, el 9 de octubre de 1558. Fue, además, el fundador de la Villa de San Cristóbal, la capital del Táchira, el 31 de marzo de 1561. Militar de profesión, los historiadores le tienen como un hombre que amó la literatura igual que la carrera de las armas. Su familia era rica y culta, grandes eran los dueños de muchos sembradíos en Salamanca y Zamora peninsulares. Muere en 1572, y sus restos reposan en la Iglesia Mayor de Pamplona, Colombia. Vale la pena su estatua en algún lugar prominente de Pueblo Llano.
De reconocida raigambre democrática, sus mujeres y sus hombres compendian buena parte de la historia de la geografía humana de los pueblos de estas altas y hermosas montañas, que la distinguen sus habitantes, toda gente buena, laboriosa y emprendedora. Se puede afirmar que Pueblo Llano aporta más de un 12 % al crecimiento de nuestra economía y en el mapa regional está entre los primeros en producción y exportación a los mercados nacionales. Así, la flota de transporte en todo el municipio, sobrepasa las 700 unidades que semanalmente cruzan la red vial hacia los cuatro puntos cardinales del país para abastecer de alimentos la cada vez creciente demanda. Pero, como el resto de Venezuela, en especial el sector agrícola, está severamente amenazado.
La falta de combustible es del todo perjudicial. Ha causado graves pérdidas a los pequeños productores, la mayoría. Igualmente, la notoria ausencia de la ayuda gubernamental en materia de créditos y de suministros para el agro, especialmente semillas y químicos. Ha sido una constante que aún no ha recibido respuesta satisfactoria, aunque sea una sola pero efectiva, por parte de las autoridades. Las colas de autos y camiones para surtirse de gasolina son insufribles por el obligado razonamiento, en un país como el nuestro cuya economía la sostiene el petróleo, y del oro negro se extrae la gasolina.
“Hay que razonar con el corazón en la mano”
En su pequeño despacho siempre hay mucha gente. Son campesinos, son productores, son camioneros, son liceístas, son artistas, pintores, poetas, músicos, son deportistas, son madres con sus pequeños hijos. Una larga fila que espera ser atendida por Rosalino, así le llaman. El Quintero de apellido quedó casi en el olvido, sólo para actos oficiales se le recuerda. Es que desborda simpatía, “buena vibra”, dice Luis Rangel, amigo fiel de toda la vida. Nacido en “Las Agujas”, aldea vecina a Pueblo Llano, a los 18 años se inició en la política militando en Acción Democrática, partido en el cual en poco tiempo figuró entre los muchachos con muy seguro porvenir. Igual en los estudios. De los 72 años que actualmente, tiene 52 los ha dedicado, ininterrumpidamente, a trabajar por la gente, por su pueblo, por su región, por Venezuela. “Me hice político, pero comprometiéndose a ser "un político bueno, a servir, no a servirme de la gente, ni del cargo. Y lo he cumplido. Nadie puede argumentar lo contrario”. Es un hombre humilde, sin duda. Todo el mundo lo quiere. Sus posibles adversarios, que son muy pocos, le respetan. De mensaje claro, destaca en sus relaciones con todo el paisanaje. Los “mayores” del pueblo, que así llaman a los de tercera y cuarta edad, porque los hay muy longevos, le aconsejan y él escucha con paciencia y respeto. “Sigo aprendiendo porque la vida es un aprender a vivirla, porque es muy dura, y no olvidar lo que aprendemos día a día. Esa es la mejor ganancia que podemos contar los que tenemos amigos en todas partes. Eso sí, puedo decir que nos favoreció la fortuna”, aclara..
Diligente, está en todo, supervisando lo que en su gestión se cumple, bien en la aldea, bien en la calle, bien en la plaza. A diario, con su equipo, indaga, constata y, disciplinado, planifica y decide. Observador innato, nada se le escapa. Pregunta por la salud de un anciano que está enfermo y vive a la salida del pueblo, confirma que a las siete de la noche asistirá a una reunión con transportistas y cita para el sábado, al mediodía, a un grupo de muchachos a los cuales les dará respuesta al planteamiento que le formularán una semana antes. “Antes no puedo”, aclara, “porque tengo que asistir a una asamblea de vecinos”.
Recibe al periodista, su amigo de años y le indica a los presentes (ya dijimos que eran muchos) que “si quieren pueden quedarse y escuchar lo que voy a decir, que todos ustedes saben qué es porque a nadie le oculto nada”.
-Le pregunto: ¿En cuál nivel, según su opinión, se encuentra Pueblo Llano como Municipio, dentro de la situación que se vive lastimosamente en la Venezuela de estos tiempos tan duros y difíciles?
-Sinceramente opino, igual que mis paisanos, que el país jamás había vivido una crisis tan descomunal como la fomentada por la revolución que nos gobierna. Y no es cuestión de odios, politiquería o de hablar mal por hablar mal. Es la verdad que se nota en todas partes. No hay sector alguno que no tenga una aguda problemática en lo social, en lo económico. Hay que reconocer, porque es muy cierto, que al gobierno se le ha aconsejado desde todas partes, dentro y fuera del país, por nuestros mejores técnicos y especialistas, así como del exterior, que tenía que haber cambiado el manejo torpe de la economía e impulsar, cuando lo ha debido hacer, a tiempo, planes y programas realmente dirigidos a fomentar progreso y desarrollo. Ha tomado medidas, es verdad, tratando de mejorar la crisis nacional, pero en la práctica muy pocas han resultado provechosas.
-¿Se atreve a dar alguna recomendación en medio de tanta confusión que existe en el escenario público, dada la crisis que nos agobia?
-Mire, Ángel Ciro, todo está dicho, todo está planificado, pero al parecer no todo fue dicho con la verdad en la mano ni estuvo bien su planificación y menos su ejecución. Pareciera que no supieron qué hacer ni cómo hacerlo, por lo que mucha gente piensa que esa falla es propia del socialismo, que todo lo quiere arropar con la visión centralista, dogmática y revolucionaria que, sí a ver vamos, ninguna de sus acciones lo han sido porque, tengo entendido, si no me equivoco, que las revoluciones transforman, las revoluciones crean, las revoluciones adelantan, van hacia el futuro, conducen a las sociedades, a sus pueblos, a su gente hacia un mejor porvenir.
-¿Y eso aquí no ha sucedido? ¿Qué ha pasado en casi dos décadas y media de gobierno?
-Francamente le respondo: Muchas promesas, pocas concreciones. Mucha propaganda y nada comprobable. Es que lo bueno que en democracia había, y funcionaba, lo convirtieron en malo y lo malo, que también lo había, hay que reconocerlo, lo volvieron peor. Eso lo podemos comprobar en un solo ejemplo: ¿Cuántos ministerios, que eran eficaces realmente y en eso no hay discusión, en lo que el oficialismo llama “la cuarta república” existían? ¿Cuántos, con toda la nueva burocracia revolucionaria, existen ahora y, de verdad, son todos eficaces? La respuesta no la doy yo: la da el pueblo.
El gobierno adquirió con los productores andinos
un severo compromiso: acabar con el contrabando
El pueblo y los sectores de la alta montaña reiteraron, con su apoyo total, el liderazgo que en la región andina se ha venido ganando Rosalino Quintero. Demócrata a carta cabal, respetuoso de lo plural, dialoga sin divisiones ni menos discusiones, el devenir de la región en medio de la grave crisis que atraviesa. En especial, los productores agrícolas que, como se sabe, son el 80 por ciento de los pobladores de esas tierras tan generosas. Ese liderazgo le permitió convocar a los representantes de los muchos movimientos, organizaciones y grupos que conforman el sector agrícola y llevar a cabo un completo análisis de la situación. Portando un completo Informe, bajó a la capital con representantes de los productores y se lo entregó formalmente al General de División Jefe de la ZODI en el estado Mérida. Razones por delante y denuncias con pruebas, el alcalde Pueblo Llano planteó la necesidad, urgente, de que el alto oficial de la Fuerza Armada convocase a su vez al mayor general jefe de la REDI en Los Andes y a los generales de división responsables de la ZODI en los estados Táchira, Trujillo, Barinas, Portuguesa y el comandante general de la Guardia Nacional en Mérida. Los militares se comprometieron a reunirse con los productores para escuchar el planteamiento de los estados ya mencionados. Así, el viernes 17, en Pueblo Llano se llevó a cabo una asamblea, calificada de extraordinaria, la primera que se celebra en el país entre las FAB y los productores. En el gimnasio cubierto “José Félix Ribas”, más de 4 mil personas acompañaron a 15 dirigentes que, con respeto pero firmeza, denunciaron la situación que el sector atraviesa, consecuencia directa del contrabando desaforado, exagerado y por supuesto del todo ilegal, que desde Colombia entra a Venezuela, sobre todo de papa.
Rosalino Quintero dejó claro ante los militares que dicha situación está perjudicando notablemente no solo a la región sino a todo el país. Explicó que a Venezuela ingresan, casi todos los días, de tres a cuatro camiones cargando unos diez mil kilos de papa que, por la libre, sin que los paren en la alcabala y con permisos no siempre en regla, llegan hasta nuestros marcados mayoristas en toda la nación y la venden a precios muy por debajo de la producción nacional. A cambio, los camiones cargados de papa nacional son detenidos en cada alcabala, registrados y chequeados hasta el cansancio los permisos, en abierta demostración de favoritismo con los productores extranjeros. Pidió el cese del contrabando, tanto de papa como de ajo, zanahorias y otros rubros. Dijo que le llevaran al presidente en Miraflores el Informe, le explicaran lo que ocurre y pidieran, a nombre de más de 20 mil productores de la alta montaña, mediante decreto, la inmediata prohibición de la llegada de papa al país, procedente de Colombia.
Junto con los líderes, que hablaron todos, escucharon las respuestas de los militares, comprometiendo su ayuda. Uno de ellos dijo que, siendo las FAB el ejército del pueblo, cumplirían la tarea encomendada, como siempre cumplen cuando el pueblo los llama. Señaló asimismo que están “a favor de los productores de papa venezolanos. Queremos a la papa venezolana. No queremos la papa colombiana”, precisaron en medio de atronadores aplausos. Lo que fue considerado “El Grito del Páramo”, se constituyó en abierto llamado al ejecutivo nacional a frenar, de una vez por todas, el contrabando. Desde el viernes 17 de agosto, hasta la fecha, se han detenido ya varios camiones procedentes de Colombia. Una demostración de cumplimiento que, ojalá, prosiga y no sea transitoria.
“Todos estamos obligados a sacar al país del atolladero”
Rosalino Quintero no se siente del todo satisfecho por la tarea que le ha correspondido desempeñar a favor de las comunidades de Pueblo Llano, manifiesta: “Sigo trabajando con igual ímpetu que el primer día. Sólo que al país lo retrocedieron, insisto, por lo que se triplicó, no, me equivoco, se quintuplicó su problemática en todo sentidos, desde el racionamiento obligado de la electricidad, porque dejaron perder el Guri; del gas, teniendo Venezuela uno de los principales yacimientos existentes en el mundo: los servicios públicos esenciales, como la Salud, la Educación, la Alimentación y medicamentos ,en fin el cuido y atención social a la gente, no sirven, por más pañitos calientes que de vez en cuando el gobierno les coloca. A cambio, ¿qué ha sucedido? Pues que la pobreza crítica supera el 80%, lo testimonian los pobres hurgando en la basura buscando qué comer; el desmesurado abuso del alza de los precios y el vergonzoso y miserable salario que perciben los empleados y trabajadores de la administración pública, sin que olvidemos que la seguridad de las personas está en mano, no de la policía, sino de los bandidos, los criminales de los llamados “trenes”, que son tan poderosos que hasta invadieron Colombia, Ecuador, Perú y llegaron hasta Chile”.
-Le insisto: ¿Qué hacer para encontrar el remedio, pero uno que no resulte peor que la enfermedad?
-Hay que razonar con el corazón en la mano. El destino de la república no puede seguir del timbo al tambo; en medio de discusiones que no llegan a nada; de acuerdos que no se cumplen; de negociaciones que nadie sabe qué fines buscan los llamados representantes de la oposición, que nadie sabe a quién representan ni quiénes los eligieron. Razonar con sinceridad es una obligación que, modestamente, les pido a los aspirantes a presidentes. El tiempo de las promesas pasó. Llegó el de la verdad. Venezuela quiere y logrará el cambio, que es una demanda nacional inalterable, irreductible, que ya el gobierno no puede frenar. Pero esa victoria pide sacrificios: quizás el más importante sea el de la unidad, igual el dejar de lado lo personal, lo partidista, lo ideológico. Esa unión, que debe ser sincera, tiene que comprobarla el pueblo, los ciudadanos, en fin la gente. De serlo, acudirá mayoritariamente a sufragar por quién considera el mejor.
“El pueblo buscaba un líder, y ya la encontró”
Se levanta, va hacia la ventana y observa la Plaza Bolívar, al frente. Es un mediodía de fuerte sol. Afuera hay mucho movimiento. La gente, va de un lado al otro, conversa (con el “cantaíto” tan singular con que aquí se habla el español, herencia del europeo que llegó hace más de 4 siglos a este pueblo de montaña) y sonríe, otra virtud muy elogiada de esta buena gente. Da media vuelta y de pie, sonriente, espera la nueva interrogante.
-¿Usted a quién apuesta, a quién va, a quien apoya y por qué le ofrece su respaldo?
-Todo Pueblo Llano sabe que nací en democracia, me hice hombre en democracia, trabajé duro por ella, la sufrí en carne propia y por ella, que es defender sus postulados, que no son otros que clamar por un Estado de Derecho; defender la letra y el espíritu de la Constitución, repudiar la violación de los Derechos Humanos, en fin de exigir la libertad, me llevaron preso, de una prisión a otra y todavía, a ciencia cierta, sin saber cuáles fueron los motivos pues, que yo sepa, actué de acuerdo a la ley. Y le respondo, amigo Ángel Ciro: Estoy claro, muy claro, como demócrata que soy, que veo en María Corina Machado a la líder que el país estaba esperando. Su mensaje es esclarecedor, el pueblo lo entiende y lo acepta. Interpreta lo que el venezolano siente, sufre y anhela. Su liderazgo crece cada día como crece el respaldo a favor suyo. No lo digo yo, lo muestran todas las encuestas. Está muy por delante de los restantes contrincantes. Las líneas maestras de lo que habrá de ser el gobierno, hasta la fecha definen lo más propicio a la solución de los grandes problemas nacionales en lo económico, en lo social. Ha dicho que con ella gobernarán los mejores, lo cual es una garantía de que se cumplirá con lo ofrecido.
-Por supuesto, ¿usted entonces cree en las primarias del 22 de octubre y, piensa que María Corina Machado. las ganará? ¿Ese triunfo significará que en las elecciones nacionales también ella resultará electa presidente de Venezuela?
-No tengo la mejor duda, si analizamos con honestidad lo que salta a la vista, a pesar de las dificultades, que son muchas, tanto por parte del oficialismo como de los otros adversarios de la democracia, que los hay, será la triunfadora. El gobierno, que se desestabilizó en su creencia, hasta el día de hoy, de que tenía la mayoría; de haberlo hecho bien en los 25 años que lleva en el poder, entró en una fase, mortal en política y sobre todo en materia electoral, que es la fase de la desesperación. La persecución, la ofensa, el irrespeto y la aplicación de medidas tan burdas como írritas, el de la inhabilitación total y absolutamente ilegal, por ejemplo, están demostrando que perdió la brújula. Y lo peor, que no la encuentran.
-Usted es un reconocido líder político en el páramo merideño, así opina mucha gente de todos los sectores. La prueba está que, de prisión llegó, triunfante y llevado por el pueblo, de nuevo a la Alcaldía. ¿Observa, acaso, despejado el horizonte, aunque aquí entre montañas resulta muy difícil?
-A los “gochos”, como nos llaman el resto de los venezolanos, nos caracteriza –y lo hemos demostrado- saber avizorar el panorama nacional, desde el encierro geográfico en que nos encontramos. Y lo hemos hecho bien a través de la historia, eso es notorio. No podemos ni la fe ni la esperanza. Creo, seriamente, que a Venezuela le llegó la hora de producir el cambio. Los pueblos cada cierto tiempo sienten la necesidad de dar un vuelco en su tránsito hacia la superación. Sobre todo cuando ha venido sufriendo la más dura de todas las crisis que el país haya vivido en toda su historia. Los venezolanos queremos que ese cambio se produzca cuanto antes, para detener la alocada carrera que la nación lleva hacia el abismo. Pero lo queremos por la vía democrática, que es la electoral, en paz y sin violencia alguna. Esperamos que el gobierno nos demuestre estar de acuerdo.
-¿Cree usted que lo estará?
-Debe estarlo. Tendría que estarlo. Es una obligación suya propiciar lo mejor para el país. Y nada mejor para Venezuela que regresarle su progreso, su desarrollo, la paz y la libertad. Creo, asimismo, que el gobierno tiene frente a sí el reto de su vida: demostrar que piensa, que quiere, que trabaja y que gobierna para los ciudadanos. No creo que en estos tiempos pueda estar pensando en atrincherarse en el poder e imponer una ideología que, en todo el mundo, ha fracasado. Que busque un sitial de honor en la historia, no el degredo..