Mérida, Diciembre Lunes 02, 2024, 07:14 am
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
TOVAR (Enviado Especial).- No ha perdido emoción la corrida de principio a fin. Tal vez el de menos opciones fue el que abrió plaza, pero de resto, los demás toros que salieron por la “puerta de los sustos”, cada uno con sus matices, ofrecieron opciones de lucimiento. Al final, tuvo que venir las sempiternas vacadas de los Molina Colmenares para poner un poco de sosiego al “baile de corrales” que ha supuesto esta feria en materia ganadera –y eso que para tal efecto se lidiaron dos toros multados por falta de peso, dejando de sobrero el más pesado del lote, caprichos de los representantes de los toreros por la mañana-, donde nuevamente los Santana’s dejan entredicho su criterio a la hora de elegir el elemento principal en esta fiesta que gira en torno al toro. De él depende todo lo demás, así se traiga a Tovar hasta el mismísimo Joselito El Gallo y Manolete, sí para ello no hay toros dignos a la categoría de esta plaza, y en especial, cónsonos al esfuerzo que se hace por armar una cita ferial de este calibre.
Abrió plaza El Fandi con un toro que no le dejaría estar nada a gusto desde su mismo saludo de capa. Tras medirle sangría en el caballo, y luego de su respectivo acto de banderillas, Fandila se encontraría en la muleta unas ásperas, geniudas y correosas embestidas, que no le permitió explayarse en toreo quieto de piernas, a tal punto de lucir por momentos a merced del animal, en atropellados trances por ambos pitones. Y eso que este torero tiene oficio por no decir otras cosas. El mero trance hizo que desistiera no sin antes dejar un pinchazo y media tendida para ser silenciado.
Pero la suerte le vendría de cara con las embestidas del bravo y noble «Lunero» un jabonero sucio que se vino arriba luego del alegre saludo con el percal y el certero puyazo con la que se le midió en el caballo. Las banderillas colocadas por el propio torero –faltaría más- hizo que los presentes entraran en calor con la faena, que tomaría ribetes de apoteosis en las series largas, templadas y mandonas, frente al recorrido franco del cuatreño, dosificando fuerzas, para de esta manera lucir más de la cuenta un toro que tal vez le faltó un poquito más de sangría con el del castoreño, para atemperarlo. Largo sería dicho trasteo, en series por la diestra y zurda de gran mérito, que tendría en los tres cuartos de ración toricida, tendidos y traseros, motivo suficiente para que tras doblar el animal se le concediera las dos orejas al torero y la generosa vuelta al toro en el arrastre. Aseguraba la puerta grande el coleta granadino.
Lo de Orellana fue verle con su primero, con la intención y ganas de lucirse, pero no del todo de la misma manera con ángel ni ideas claras para hacer ver mejor de lo que se pudo a «Molinero», que tampoco fue un dechado de virtudes… pero se pudo haber estado mejor.
La suerte no le dejaría huérfano tampoco, pues vino a encontrarse con «Socio», otro jabonero claro, al cual se le ofrecería una lidia modélica por parte de la cuadrilla, empezando por la templada brega de Gerson Guerrero, así como los buenos pares de Contreras y Ortega, previo puyazo en toda la “yema” de Álzate. Vamos, que le mostrarían al veterano espada tovareño la senda por la cual el animal se aprovecharía, en labor de firmeza y entrega de parte del torero, en aras de aprovechar las boyantes y largas embestidas del astado, de los toros destacados del ciclo. Por la derecha se verían muletazos de sublime trazo, como lo fueron de la misma manera las series por la zurda que colocaron unánime a los presentes. Con todo ello, aprovechó que el toro bajaría el diapasón de su embestida, para irse tras la espada, dejando un espadazo perpendicular en buen sitio, de dilatada agonía para al doblar el animal, desatarse la pañolada y concederse las dos orejas, así como la vuelta al ruedo merecida al toro.
Lo del debutante Joaquín Galdós ha sido demostrar que no solo Roca Rey es el único torero peruano que interesa para el aficionado. El espada en mención ha dejado en claro que conoce la papeleta del toreo al pie de la letra, como lo demostró ante «Yerbabuena», ejemplar con un tranco de emoción que supo ver inmediato el coleta limeño desde que inició trasteo, en el tercio, para luego en los medios sacar provecho a la veta de bravura y codicia del anovillado astado. Ha lucido Galdós a un nivel pleno que encandiló a todos los presentes, a tal punto que tras el espadazo trasero y desprendido, poco importó esto para que de una se asomara el par de pañuelos blancos.
En el que cerró plaza, nuevamente el mencionado espada ha dejado en claro que no es baladí el hecho que sea una de las banderas del toreo inca en ruedos españoles, en esta ocasión ante un burel de corto recorrido, que se le fue acabando el gas de la codicia ante las telas, previa lección de toreo de mucho mérito, para aguantarle las probaturas que el exigente morlaco le exigió por ambos pitones. El certero volapié con la que le despachó valdría para que se le premiara generosamente con la oreja que cerraba el saldo de la tarde, y con ello la feria, esa que pasara a la historia por otras causas que debieron solventarse desde el mismo momento que se planteó la feria en el aspecto torista. Ya quedara tomar cartas en el asunto, quedando en evidencia fehaciente el hecho que lo más importante en esto es el toro, y a él se le debe respeto y primera consideración… lo demás viene por añadidura.
Plaza de Toros Coliseo El
Llano de Tovar. Domingo 10 de septiembre de 2023. Tercera y ultima corrida de
la edición 180ª de la feria en honor a la Virgen de Regla.
Con poco más de un tercio
de plaza (aproximadamente 2000 personas) en tarde fresca y ventosa se han
lidiado tres toros del hierro de RANCHO
GRANDE (2º, 3º y 4º) y EL PRADO
(1º, 5º y 6º) ambos hierros propiedad de la familia Molina Colmenares, dispares
de presencia, multados por no dar el peso reglamentario los corridos en 1º y 3º lugar; en su conjunto nobles en
distinto grados, sacando algunos genio, destacando el recorrido del 4º, y más
completo aun la clase del 5º, ambos premiados con vuelta al ruedo.
Pesos: 410, 426, 384, 428,
431 y 425 kilos.
EL FANDI (Añil y azabache): Silencio y dos orejas.
RAFAEL ORELLANA (Rosa chiclet y plata): Silencio tras aviso y dos orejas tras
aviso.
JOAQUÍN GALDÓS (Tabaco y oro con cabos y remates en blancos): Dos orejas y una
oreja.
Incidencias: Buena intervención en la modélica lidia en la brega de Gerson
Guerrero, y en las banderillas de Ramón Contreras y Abrahán Ortega en el 4º; así
como pares de Francisco “Chico” Paredes. Buena vara de Carlos Álzate en este
mismo ejemplar. *** Presidió el festejo sin novedades don Roger Barón. *** Joaquín
Galdós debutó en Venezuela con el toro de nombre «Yerbabuena» N° 269 de 384
kilos (multado). *** El festejo tuvo una duración de dos horas y treinta y
cinco minutos.