Mérida, Enero Lunes 20, 2025, 02:57 pm
“…rezamos su ´oración´. Es una plegaria que
arranca desde las profundidades de su alma macerada y que nos conmueve por la
humildad con que la eleva”
Alfonso
Ramírez,
Cronista Mayor de Tovar
Aunque
de pequeña estatura, manos diminutas y facciones imberbes, José Juan Vargas
Contreras (1929 - 2002) se yergue como uno de los más grandes poetas tovareños
de todos los tiempos. Su poesía es insondable y nada fácil de entender. Además
de ser un bohemio pertinaz, por eso lo marginaron. Ayer y hoy muchos podrán
intentar hacer invisible su legado, pero allí están sus versos y su prosa
poética que seguirán siendo perennes. Pronto daremos a conocer su Obra Completa
y ante ello no quedará la menor duda: antes y después de José Juan Vargas C.,
nadie tan bueno como él en Tovar.
José Juan Vargas es dueño de un don de la escritura que supera sus límites y resiste al tiempo. Tiene, pues, la marca de un poeta que cultivó muchas tendencias, desde la palabra empuñada como denuncia social, hasta la que se adentra en ese amor profundo por la naturaleza, los animales, la mujer amada y nunca alcanzada que laceró su alma, lo ahogó en el alcohol y lo llevó al desencanto presente en sus versos, a desear su muerte, para después volcarse en un arrepentimiento consigo mismo y con el Creador. Entre esas dos vertientes resurge su voz en busca de misericordia, en una mística Oración por todos, que ahora dejamos ante sus ojos. Es una conversación intima del poeta con Dios.
La Oración la escribió José Juan Vargas en enero de 1962, recuerdo que en algún momento tuve en mis manos el original, manido de manosearlo por más de una década en busca de editor, a pesar que con mucho sacrificio había logrado que le publicaran sus poemarios: El Canto en la Honda y Sonetos de la noche (1964), Estridulos de la pena (1967), Poemas naturales (1974) y Escalas del tiempo (1977). Dejó inéditos: Contador de luz (1965), Poemas de acendrada soledad (s/f) y Cinco poemas beethovianos (1974). Me contaba Varguitas que fue a finales de 1974 que envió el texto al director de la Revista Certeza de Argentina, quien le publicó su Oración en el número 57, año 15, enero-marzo 1975. Esta revista era el órgano divulgativo de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos con filiales en Brasil, Costa Rica, Dominicana, México, Puerto Rico, Perú y Venezuela. José Juan formaba parte del Movimiento Universitario Evangélico Venezolano. En la editorial el director C. René Padilla señala lo siguiente sobre el bardo tovareño: “Damos la bienvenida a nuestras páginas a un autor, cuyo nombre está vinculado al quehacer literario de su patria, Venezuela: José Juan Vargas. Su “Oración” hace eco a la de todos los que reconocen la más profunda necesidad del hombre, que es el perdón a Dios”
Aunque parezca paradójico, a pesar que tan excelsa Oración constituye uno de los poemas místicos mejor estructurados de la literatura venezolana, nunca ha sido publicado en el país, excepto en la columna Café literario del Diario Frontera de Mérida a comienzos de los 80 y en el Suplemento Cultural Deslinde número 210 del 16 de julio de 1990, página 12 del Diario El Vigilante de Mérida, que también incluyó en la página 13 la traducción al inglés del profesor Alastair Beattie Garvie.
Para
las Ediciones del Centro de Saberes de
Tovar constituye motivo de orgullo y de profunda satisfacción iniciar con
la primera edición venezolana de la Oración
de José Juan Vargas, a 50 años
de su publicación en Argentina. Que sea un poeta raigal, olvidado y desconocido
quien marque el derrotero que con la fuerza de sus versos nos compromete a no
detenernos. Nuestra tarea se circunscribe a retrotraer las voces del silencio
que han pretendido ser borradas. Que por majadería han sido dejadas fuera de
las antologías y círculos literarios donde se imponen los egos por encima de
los merecimientos. Más que una crítica es una reflexión, Tovar merece que se
muestre de manera plural sus creadores, dándole a cada quien el sitial que le
corresponde. Ya basta de poetas de la revolución que ni fueron poetas y menos
revolucionarios. Rebeldes con causa son prohombres como José Juan Vargas que
revolucionaron la poesía, la llenaron de colores y música, de palabras que ni
siquiera encontramos en el diccionario.
La presente edición se enriquece con la carta - prólogo que el Dr. Adelis León Guevara enviara al poeta entre la emoción al leer su Oración, se complementa con la versión que preparó el Dr. Alfonso Ramírez y una segunda reescritura que el mismo José Juan le hizo al texto dividiéndolo en veinte septetos, con la traducción en inglés de acuerdo a la adaptación que hizo el Dr. Alfonso Ramírez, con su semblanza “…un bardo que la aldea, lo inspiró al infinito”, la compilación de veinte comentarios sobre su vida, obra, legado y el epilogo magistral que le escribió el cronista Mayor de Tovar.
Aspiramos que su Oración o Player logre despertar un justiciero interés entre los críticos y conocedores de la materia, tanto nacionales como extranjeros. A partir de ahora esa voz del silencio o silenciada se multiplica de manera bilingüe y seguramente pasará de mano en mano y de boca en boca. Bien por José Juan, tan grande como Tovar. Bien por el CDSTovar un minúsculo espacio para el Arte y la Cultura que busca abrirse camino desandando sin cesar.